Será el encuentro más esperado de la Cumbre.
Raúl Castro entra por la puerta grande a un foro del que la isla comunista estuvo excluida desde la primera Cumbre de las Américas de 1994. A esta cita con la historia el presidente estadounidense no llega con las manos vacías.
«Lo que hace histórica a esta Cumbre es la participación de Cuba. Pero nadie hubiera asegurado que el estreno cubano tuviera lugar en medio de intensas negociaciones bilaterales para reabrir embajadas y restablecer plenamente las relaciones», afirmó Carlos Malamud, investigador de América Latina del Real Instituto Elcano de Madrid.
Obama informó que el Departamento de Estado terminó de revisar la presencia de Cuba en la lista de países patrocinadores de terrorismo. Pero aún no ha tomado una decisión sobre ese asunto, indicó Rhodes.
Aunque el retiro de esa lista allanaría el camino para la reanudación de nexos diplomáticos, queda mucho por andar. Respaldada por América Latina, Cuba reclama el territorio de Guantánamo que ocupa la base naval estadounidense y el fin del embargo impuesto en 1962. Estados Unidos pide avances en derechos humanos.
«Nunca predije que todo se pueda transformar de la noche a la mañana», manifestó Obama, en una escala en Kingston antes de llegar a Panamá.
En la capital panameña, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, consideró que el deshielo entre Washington y La Habana «mejora sustancialmente las relaciones con el resto de las Américas, porque el problema con Cuba era una especie de ampolla».
Fuente: AFP
Foto: AP