La FIFA ha revelado que Sudáfrica pagó 10 millones de dólares en 2008 a tres miembros del Comité Ejecutivo, órgano encargado de elegir al país organizador del Mundial.
Esos diez millones fueron pagados a Jack Warner, expresidente de la CONCACAF, Chuck Blazer, expresidente de la Federación de Fútbol de Estados Unidos, y a un tercer miembro del comité que la FIFA.
Warner, quien fue detenido y acusado por la justicia estadounidense de fraude y blanqueo de capitales, actualmente está en su país, Trinidad y Tobago, con una orden de extradición a Estados Unidos pendiente.
Blazer, suspendido a perpetuidad por la FIFA, era el estadounidense más importante de la FIFA hasta 2013, cuando renunció porque estaba siendo investigado. Su confesión ha sido una pieza clave en toda la investigación.
Al mismo tiempo que la FIFA ha hecho esta revelación de compra de votos en elecciones para las sedes de los Mundiales, la FIFA quiere reclamar las “decenas de millones de dólares” que percibió por sobornos y que fueron incautados por los fiscales federales de Estados Unidos.
El ente rector del fútbol mundial remitió el martes un documento de 22 páginas a la oficina del fiscal de Estados Unidos en Nueva York para reclamar la devolución de gran parte de los 190 millones de dólares ya abonados por responsables del mundo del fútbol y del marketing que se declararon culpables en un vasto caso de corrupción.
Es probable que las autoridades estadounidenses recauden decenas de millones de dólares más cuando se conozcan sus condenas, que podrían llegar además de decenas de responsables ahora acusados pero que han negado cargos por soborno o luchan contra los procesos de extradición.
La FIFA dice ser víctima de la actuación de individuos corruptos, a pesar de las críticas extendidas de que el cobro de sobornos formaba parte de la cultura del ente durante las presidencias de Joao Havelange y Joseph Blatter, a quién el escándalo obligó a dimitir tras 17 años en el cargo. / Agencias