El expresidente Alberto Fujimori fue trasladado el domingo desde su lujosa residencia en Lima a una clínica local por un cuadro de arritmia, informó su médico.
“Se le va a hacer un chequeo porque, si bien ha tenido una evolución favorable estos 7 días, no está totalmente estable. Tiene periodos cortos de arritmia”, declaró su doctor Alejandro Aguinaga al diario peruano El Comercio. Dijo que el traslado se realiza por recomendación de los cardiólogos que examinan al exmandatario.
Así, Fujimori retornó a la clínica “Centenario” tras salir de allí en libertad a su residencia hace nueve días después de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski lo indultara por razones humanitarias de una condena a 25 años de cárcel. Ésta le fue impuesta en 2009 por el asesinato de 25 peruanos a manos de un grupo militar clandestino que actuaba bajo su conocimiento, según los jueces. También tenía otras tres condenas por corrupción y un próximo juicio por el asesinato de otros seis peruanos.
Había sido hospitalizado en diciembre.
El indulto desató la furia de izquierdistas y activistas por los derechos humanos, quienes llevaron al poder a Kuczynski bajo la promesa de que no excarcelaría a Fujimori.
Kuczynski otorgó el indulto horas antes de la Navidad y tres días después de que una facción del partido fujimorista que domina el Parlamento intentó destituirlo de su cargo, lo cual no ocurrió por una abstención a último momento de un ala minoritaria de esa fuerza, facción encabezada por Kenji Fujimori, el hijo menor del exmandatario.
La excarcelación provocó el rechazo internacional y fue percibida por quienes protestan como un “canje político”. El gobierno admitió que el proceso fue uno de los más rápidos en la historia peruana, con apenas 13 días de duración, cuando en promedio demoran más de 100.
Kuczynski afirma que indultó a Fujimori porque padece “una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable”, pero no ha mostrado detalles que justifiquen su decisión.
Fujimori gobernó Perú durante una década, y a fines del 2000 huyó a Japón acosado por escándalos de corrupción. El Parlamento lo retiró del cargo por “incapacidad moral”./AP
El expresidente Alberto Fujimori salió el jueves de la clínica donde estuvo internado y en la que recibió un indulto humanitario del mandatario Pedro Pablo Kuczynski la víspera de Navidad, lo que desató una ola de protestas en todo Perú.
Fujimori, de 79 años, iba en una silla de ruedas acompañado de su hijo menor, el legislador Kenji Fujimori, y subieron a una camioneta negra con rumbo desconocido. Ambos saludaron desde lejos a varios simpatizantes que los aclamaban mientras decenas de policías protegían su salida.
Alberto Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años de prisión por el asesinato de 25 peruanos realizado por un escuadrón militar clandestino que actuaba bajo su conocimiento, según los jueces que lo condenaron. También tenía otras tres condenas por corrupción.
Kuczynski otorgó el indulto tres días después de que una facción del partido fujimorista que domina el Parlamento intentó destituirlo de su cargo, pero no lo logró en el último momento debido a la abstención de un ala minoritaria de esa fuerza, facción encabezada por Kenji Fujimori.
La excarcelación fue percibida por quienes protestan como un “canje político”. El gobierno admitió que el proceso fue uno de los más rápidos en la historia peruana, con apenas 13 días de duración, cuando en promedio demoran más de 100.
El indulto provocó el rechazo internacional, y un grupo de expertos de las Naciones Unidas consideró la liberación como una “bofetada en la cara” de las víctimas.
Kuczynski indicó que indultó a Fujimori porque padece “una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable”, pero no se han conocido detalles de sus dolencias. El 23 de diciembre, un día antes de su excarcelación, Fujimori fue trasladado a la clínica limeña “Centenario” por un cuadro de “hipotensión y arritmia”.
Kuczynski también liberó al exmandatario de tener que someterse a un próximo juicio por el homicidio de seis peruanos perpetrado por el mismo grupo de militares, según las autoridades.
Fujimori gobernó Perú durante una década, y a fines del 2000 huyó a Japón acosado por escándalos de corrupción. El Parlamento lo retiró del cargo por “incapacidad moral”./AP
Con letreros que decían “no es odio ni rencor, es memoria y conciencia”, miles de peruanos marcharon por las calles de Lima y otras ciudades de Perú para exigir que se anule el indulto humanitario otorgado por el presidente Pedro Pablo Kuczynski en favor del exmandatario Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por el asesinato de 25 peruanos.
La policía desplegó cientos de agentes antimotines que bloquearon el acceso al interior de la principal plaza de protestas de Lima pero los manifestantes caminaban por las calles con sus pancartas y coreaban frases como “Kuczynski y Fujimori la misma porquería” o “PPK (iniciales de Kuczynski) traidor”.
Los agentes también vigilaban con un helicóptero la extensa marcha que estaba encabezada por familiares de los 25 asesinados durante la gestión de Fujimori (1990-2000). Los familiares llevaban los retratos en blanco y negro de sus muertos que fueron ejecutados en dos matanzas por un grupo militar que actuaba bajo el conocimiento de Fujimori, según los jueces.
Las 25 víctimas eran universitarios y vecinos de un barrio pobre cercano al palacio presidencial que disfrutaban de una fiesta. También se encontraba un niño de ocho años que recibió más de una decena de tiros de ametralladoras con silenciadores que usaron los militares que combatían con métodos de guerra sucia al grupo terrorista Sendero Luminoso.
El indulto otorgado por Kuczynski, quien llegó a la presidencia en 2016 con votos anti-fujimoristas y prometiendo no excarcelar al exmandatario, se produjo tres días después de que una facción del partido fujimorista que domina el Parlamento intentó destituir de su cargo a Kuczynski, quien fue salvado a última hora por la abstención de un ala minoritaria de esa fuerza.
Kuczynski también liberó a Fujimori de un próximo juicio por el asesinato de seis peruanos perpetrado por el mismo grupo de militares asesinos, según las autoridades.
La excarcelación anunciada en un comunicado presidencial horas antes de la Navidad provocó manifestaciones de furia que no se han detenido.
Un grupo de expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas consideró previamente que el indulto otorgado a Fujimori es una “bofetada en la cara” de las víctimas y un gran revés para la justicia peruana.
Se trata de la segunda declaración de Naciones Unidas contra el indulto a Fujimori. El martes Amerigo Incalcaterra, representante en América del Sur del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, lamentó la decisión.
“Es una bofetada en la cara de las víctimas y testigos cuyo compromiso incansable lo llevó a la justicia”, dijeron en un comunicado Agnes Callamard, relatora especial sobre ejecuciones extrajudiciales, y Pablo de Greiff, relator sobre la promoción de la verdad, la justicia y la reparación.
Indicaron a su vez que el derecho a indultar del presidente Kuczynski debió tomar en cuenta los convenios internacionales ratificados por Perú.
En octubre, la ONU advirtió al gobierno de Kuczynski que por la gravedad de los crímenes cometidos por Fujimori un indulto tenía que involucrar a la comunidad internacional.
El gobierno admitió que el indulto otorgado a Fujimori, de 79 años, fue uno de los más rápidos otorgados en la historia del país y que solo demoró 13 días. Kuczynski también liberó a Fujimori de un próximo juicio por el asesinato de otros seis peruanos durante sus dos mandatos (1990-2000).
El lunes en un mensaje al país, Kuczynski le pidió a los manifestantes pasar la página y no dejarse llevar por el odio y las emociones negativas heredadas del pasado.
Fujimori seguía internado en una clínica limeña donde se recuperaba de una arritmia y en las afueras del centro de salud unas trescientas personas que vestían polos blancos le animaban a recuperarse. Sus simpatizantes llevaban carteles que decían “gracias presidente Kuczynski por el indulto”.
A inicios de semana, Fujimori pidió perdón a los peruanos a quienes defraudó durante su mandato, pero no se ha referido de forma directa a los familiares de las víctimas por los cuáles fue condenado. Durante los procesos que afrontó desde 2007, tras ser extraditado de Chile, el mandatario ha repetido ser inocente. AP