16,8 millones de estadounidenses se quedan sin empleo

La asombrosa cifra de 16,8 millones de estadounidenses que han quedado sin empleo en solo tres semanas subraya la velocidad aterradora con la que el brote de coronavirus ha llevado a las economĆ­as mundiales a un punto muerto.

Mientras tanto, los lƭderes mundiales y las autoridades de salud estƔn advirtiendo que los avances obtenidos con tanto esfuerzo en la lucha contra el flagelo no deben verse en peligro, relajando las medidas de distanciamiento social durante el fin de semana de Pascua, mientras que las autoridades de toda Europa prohibieron los viajes de vacaciones y establecieron bloqueos policiales.

Un aumento en las muertes en Gran BretaƱa y Nueva York y las oleadas de nuevas infecciones reportadas en JapĆ³n y en las ciudades congestionadas de India dejan en claro que la batalla estĆ” lejos de terminar.

Las cifras publicadas el jueves por la economƭa mƔs grande del mundo mostraron que 6,6 millones de trabajadores estadounidenses solicitaron el seguro por desempleo la semana pasada, ademƔs de mƔs de 10 millones en las dos semanas anteriores. Eso significa que mƔs de uno de cada 10 trabajadores estadounidenses se han visto obligados a dejar el trabajo desde que se produjo la crisis.

Las cifras reales podrĆ­an ser aĆŗn mayores porque el aumento de las solicitudes del seguro de desempleo ha abrumado a las oficinas estatales de recursos humanos en todo el paĆ­s y algunas personas no han podido comunicarse por telĆ©fono o sitio web. Adicionalmente, se esperan mĆ”s recortes.

La tasa de desocupaciĆ³n de Estados Unidos en abril podrĆ­a alcanzar el 15%, un nĆŗmero no visto desde los aƱos de la Gran DepresiĆ³n.

La organizaciĆ³n de ayuda Oxfam Internacional advirtiĆ³ sobre un aumento inminente en la pobreza global, estimando que alrededor de medio billĆ³n de personas en todo el mundo podrĆ­an ser empujadas a la pobreza si las naciones mĆ”s ricas no toman medidas urgentes.

El doctor Anthony Fauci, el principal experto estadounidense en enfermedades infecciosas, dijo que la epidemia exigirĆ” cambios permanentes en el comportamiento de las personas hasta que se desarrolle una vacuna. AgregĆ³ que las personas deberĆ­an lavarse las manos constantemente y que los enfermos no deberĆ­an ir a la escuela o al trabajo.

ā€œNadie vuelva a darse la manoā€, dijo. ā€œQuiero decir, parece una locura, pero asĆ­ es como debe ser hasta que lleguemos a un punto en el que sepamos que la poblaciĆ³n estĆ” protegidaā€. TambiĆ©n derribĆ³ las esperanzas de que el tiempo mĆ”s cĆ”lido de la primavera en el hemisferio norte pondrĆ­a fin a la crisis.

Esta naciĆ³n de consumidores y viajeros despreocupados estĆ” hoy confinada, lo que detuvo casi por completo a la economĆ­a. SegĆŗn Morgan Stanley, el menudeo _sin incluir los comestibles_ se desplomĆ³ 97% en la Ćŗltima semana de marzo en comparaciĆ³n con 2019. Los usuarios de lĆ­neas aĆ©reas han caĆ­do 95% y los ingresos hoteleros un 80% en comparaciĆ³n con el aƱo pasado, segĆŗn datos del sector.

Mientras, los economistas batallan para evaluar la duraciĆ³n y la gravedad del daƱo.

El Modelo de Presupuesto Penn Wharton, creado en la Facultad de Negocios de la Universidad de Pensilvania, proyecta que la economĆ­a estadounidense se contraerĆ” 30% en el trimestre abril-junio, pese al paquete de ayuda por 2,2 billones de dĆ³lares autorizado por el gobierno, el programa de ayuda federal mĆ”s grande en la historia del paĆ­s. Una contracciĆ³n econĆ³mica de esa escala serĆ­a la mayor caĆ­da trimestral desde la Segunda Guerra Mundial.

Un aspecto clave del paquete de rescate es un programa de prĆ©stamos para pequeƱas empresas por 350.000 millones de dĆ³lares destinado a prevenir despidos. Las pequeƱas empresas pueden pedir prestado lo suficiente para cubrir la nĆ³mina y otros costos durante ocho semanas y los prĆ©stamos serĆ”n perdonados si las pequeƱas empresas conservan o contratan nuevamente a su personal.

Ante el fuerte incremento de la demanda, muchas personas han expresado su frustraciĆ³n y desconcierto para tratar de solicitar el seguro de desempleo. Margaret Heath Carignan dijo que llamĆ³ a la oficina de desempleo en Maine, donde vive, 291 veces en el dĆ­a, cuando las personas con los apellidos de la ā€œAā€ a la ā€œHā€ podĆ­an telefonear, pero nunca pudo hablar con alguien./ AP