Argentina despide a Diego Maradona y celebra su mito

Diego Maradona, el futbolista que con su zurda y su voz logrĆ³ que el paĆ­s sudamericano fuera sinĆ³nimo de su apellido para el mundo, muriĆ³ el miĆ©rcoles de un paro cardĆ­aco.

En Villa Fiorito, la barriada al sur de Buenos Aires en la que naciĆ³ y se criĆ³; el estadio de Argentinos Juniors, donde debutĆ³ como futbolista profesional, y en la mĆ­tica cancha de Boca Juniors, club de sus amores, cientos de sus fanĆ”ticos se reunĆ­an para llorarlo y rendirle tributo. Misma escena se repetĆ­a en la sede de Gimnasia La Plata, del que fue su entrenador hasta el dĆ­a de su muerte, casi un mes despuĆ©s de haber cumplido 60 aƱos de edad.

ā€œEstoy conmovido. No entro en razĆ³n, no entro en realidad. Diego nunca va a morir, sino hoy nace la mitologĆ­a o la leyenda Maradonaā€, dijo a The Associated Press Dante LĆ³pez, un mĆ©dico que se acercĆ³ al estadio Diego Maradona, como bautizĆ³ Argentinos a su estadio en el barrio de la Paternal.

En un muro que rodea la cancha y tiene pintado el rostro del Diez, hinchas del ā€œBichoā€, como se apoda del modesto club, prendieron velas y dejaron flores. En ese equipo, el exastro debutĆ³ como profesional, a los 16 aƱos, en octubre de 1976.

ā€œDiego era Argentina en el mundo, nos llenĆ³ de alegrĆ­a y nunca le vamos a poder pagar tanta alegrĆ­aā€, lo recordĆ³ el presidente de la naciĆ³n, Alberto FernĆ”ndez, quien decretĆ³ tres dĆ­as de duelo nacional y ofreciĆ³ el palacio gubernamental, la Casa Rosada, para velarlo.

Sentado junto a su esposa y su bebĆ© en cochecito sobre uno de los accesos al estadio de Boca, Mariano Jeijer contĆ³ que ā€œmi viejo (padre) me decĆ­a que cuando pasa la historia que te agarre en la calle, no querĆ­a quedarme en mi casa solo y triste. Era un dĆ­a para estar con otros que tambiĆ©n lo sientan. Diego es como un sĆ­mbolo de la argentinidad, alguien que nos hizo muy felicesā€.

Como la gran mayorĆ­a de los argentinos, el hombre justifica su devociĆ³n por Maradona en los dos goles que le convirtiĆ³ a Inglaterra en el Mundial de MĆ©xico 1986, que ganarĆ­a Argentina.

ā€œEl momento mĆ”s feliz fue el primer gol a los ingleses, yo tenĆ­a 12 aƱos. Lo gritĆ© como loco, el segundo ni me acuerdo. Le estĆ”bamos haciendo un gol a los ingleses y cuando me enterĆ© que fue con la mano lo gritĆ© mĆ”sā€, rememorĆ³.

Con el doblete de Maradona, la victoria 2-1 por los cuartos de final de la Copa del Mundo fue tomada por los argentinos como una revancha de la derrota que sufrieron en 1982 ante Gran BretaƱa en la guerra por las islas Malvinas, a las que los ingleses llaman Falklands.

ā€œDiego era todo para nosotros, era como un papĆ” y nosotros como sus hijosā€, lamentĆ³ con la voz quebrada Patricia SĆ”nchez, acompaƱada por su pequeƱo hijo Ɓngel, vestido con la casaca azul y amarilla de Boca, club donde Maradona jugĆ³ en 1981 antes de ir a Barcelona y luego regresĆ³ para retirarse en 1997.

No habĆ­a lĆ”grimas en Villa Fiorito, una barriada pobre situada en un suburbio al sur de Buenos Aires donde Maradona se criĆ³ y empezĆ³ a jugar al fĆŗtbol en un ā€œpotreroā€, como se apoda a las canchas de fĆŗtbol de barro.

ā€œOlĆ©, olĆ©, Diego, Diegoā€, cantaban los vecinos apostados frente a una humilde casa de ladrillos y techo de chapa sobre la calle Azamor, donde viviĆ³ el emblemĆ”tico Diez hasta que Argentinos le comprĆ³ una vivienda de mĆ”s categorĆ­a. ā€œEl Diego es lo mĆ”s grande, el orgullo nacionalā€, repetĆ­an.

La propiedad en la villa ya no pertenece a los Maradona, pero meses atrĆ”s se presentĆ³ un proyecto para expropiarla y declararla monumento. Este miĆ©rcoles, los vecinos empezaron a pintar un mural de Maradona en el frente de la propiedad.

ā€œSe nos quitĆ³ el hambre a todos y nos vinimos para acĆ”ā€, relatĆ³ la joven Mariela CĆ³rdoba tras enterarse de la muerte de Maradona al mediodĆ­a. ā€œVinimos a ayudar con el mural porque somos los vecinos de la vida Maradona. La gente acĆ” estaba muy orgullosa, decir que acĆ” viviĆ³ Maradonaā€.

En el estadio de Gimnasia La Plata, donde Maradona habĆ­a asumido como entrenador en septiembre de 2019, varios hinchas lo lloraban desconsolados en las tribunas. En esa cancha ademĆ”s hizo su Ćŗltima apariciĆ³n pĆŗblica para dirigir al equipo el 30 de octubre pasado, cuando cumpliĆ³ los 60 aƱos.

ā€œNos quedamos con esa sonrisa, y el escudo mĆ”s hermoso en tu pecho. Vivimos un cuento inolvidableā€, expresĆ³ el club en su cuenta de Twitter.