Argentinos ven el atractivo de un Uruguay sin pandemia

Figuras de la farĆ”ndula, familias, empresarios acaudalados, busca vidas y hasta un par de balseros deportados han cruzado las fronteras hĆŗmedas que separan Argentina de Uruguay. EstĆ”n azuzados por el coronavirus, el prolongado encierro decretado por las autoridades, las medidas econĆ³micas restrictivas y el ensanche de lo que llaman ā€œla grietaā€, una distancia insalvable entre partidarios del gobierno y la oposiciĆ³n.

Las fronteras uruguayas estƔn cerradas, pero miles de argentinos parecen haber permanecido en Uruguay entre abril y agosto. AdemƔs, aquellos con inmuebles, empresas o lazos familiares tienen la frontera abierta de forma excepcional por el gobierno de Uruguay.

Desde el inicio de la pandemia los medios de comunicaciĆ³n en ambos paĆ­ses reportan un ā€œĆ©xodoā€.

ā€œEn la televisiĆ³n argentina hay una propaganda impresionante. Dicen que Uruguay es ideal, que es el lugar para irse, que no hay contagios de coronavirus y es verdad. Pero tampoco hay mercado laboral como se creeā€, advirtiĆ³ a The Associated Press Soledad Parodi, argentina con 20 aƱos viviendo en Punta del Este, el balneario mĆ”s caro de Uruguay y donde mĆ”s argentinos parecen afincarse.

Su desarrollo estƔ ligado a inversores argentinos desde los aƱos setenta. Uruguay siempre ha sido una plaza financiera liberal de refugio para capitales de la vecina orilla del Plata.

Desde hace un mes, Soledad Parodi gestiona un grupo de WhatsApp para responder las mĆ”s variadas dudas a sus compatriotas sobre cĆ³mo llegar a Uruguay. Es un grupo cerrado y con reglas: sĆ³lo argentinos, no se habla de polĆ­tica ni se pueden ofrecer servicios. Hace una semana eran 200 mujeres. Esta semana ya eran casi 400 y abriĆ³ otro grupo para hombres.

Parodi sigue recibiendo consultas y hasta currĆ­culos de personas buscando empleo. ā€œPero Punta del Este es mĆ”s para invertir que para buscar trabajo que no sobra. Hay una confusiĆ³n. Es un paĆ­s caro, tenĆ©s que planificar quĆ© vas a hacerā€, advirtiĆ³.

La ciudad adquiere un carĆ”cter pueblerino en invierno, cuando apaga los semĆ”foros, su oferta gastronĆ³mica, turĆ­stica y cultural. En verano es un lugar muy visitado por gente de todo el mundo y en invierno es casi una ciudad fantasma.

Entre abril y agosto, casi 13.661 argentinos ingresaron a Uruguay y volvieron 3.864, segĆŗn datos de las autoridades migratorias uruguayas entregados a la AP. Carlos Enciso, embajador uruguayo en Argentina, informĆ³ a la prensa bonaerense que tramitan 100 permisos de residencia semanales.

ā€œEl mayor porcentaje de gente son argentinos, empresarios y profesionales. Sienten que les falta libertad, quieren calidad de vida y seguridadā€, dijo Claudia Gasco, del International College de Punta del Este, uno de los cuatro colegios con bachillerato internacional del balneario uruguayo a dos horas al este de Montevideo. Gasco atiende una creciente demanda de consultas. El colegio tiene 500 alumnos, 65 entraron desde marzo.

Mientras el gobierno argentino gravĆ³ las compras con tarjetas esta semana y topĆ³ en 200 dĆ³lares las compras mensuales en moneda extranjera, semanas atrĆ”s el gobierno uruguayo flexibilizĆ³ las condiciones de la residencia fiscal para extranjeros al rebajar las exigencias.

Este invierno, Punta del Este tuvo un flujo de residentes como ningĆŗn otro.

ā€œHay mĆ”s gente, mĆ”s movimiento en los restoranes, mĆ”s casas habitadas y matrĆ­culas argentinas en el estacionamiento del supermercado, sobre todo en el Ćŗltimo mesā€, dijo MarĆ­a MartĆ­n, una profesional independiente que ve un nicho por construir en un lugar ā€œdonde estĆ” todo por hacerā€. LlegĆ³ a Punta del Este en verano y se afincĆ³ con su novio uruguayo. En esa costa ā€œbastante idĆ­licaā€ proyectan su familia.

La mujer de 39 aƱos dice que en Argentina ā€œno hay perspectivas que el panorama cambie. Es como pasĆ³ en el Ć©xodo del 2001ā€, cuando su paĆ­s viviĆ³ una crisis financiera e institucional muy grave.

El miĆ©rcoles el gobierno de Alberto FernĆ”ndez anunciĆ³ que las compras con tarjetas de crĆ©dito o dĆ©bito no podrĆ”n superar los 200 dĆ³lares por mes por persona. Es una acciĆ³n mĆ”s para evitar una fuga de capitales que crece desde hace aƱos en Argentina.

El anuncio ocasionĆ³ que muchos de los argentinos residentes en Punta del Este corrieran al supermercado a comprar todo lo que pudieran almacenar esa misma noche. TambiĆ©n adquirieron vales de compra para administrar en el futuro. Parodi comprobĆ³ el frenesĆ­ del grupo de WhatsApp. ā€œLo de la tarjeta fue tremendo. 200 dĆ³lares en Uruguay no es nada para una familia. AquĆ­ los pesos argentinos no valen nadaā€, apuntĆ³.

El gobierno uruguayo modula las perillas de sacarle rĆ©dito a la temporada de verano, un rubro del que depende parte de sus finanzas ā€”un 7% del PIB en 2019ā€” y la del riesgo de multiplicar el coronavirus entre su poblaciĆ³n.

ā€œTodos estĆ”n esperando quĆ© pasarĆ” con las fronteras. EconĆ³micamente los estĆ”n encerrando. Las noticias estĆ”n siendo peores. Por eso hay mĆ”s ganas de venir. EstĆ”n desesperados por salir. Uruguay va a tener que ponerse firme para evitar contagiosā€, seƱalĆ³ Parodi. El flujo ā€œde ahora a fin de aƱo seguramente seguirĆ”ā€, anticipĆ³.

Victoria Granotich es una agente de bienes raƭces con varios aƱos trabajando en Punta del Este. No recuerda un invierno con tanta avidez por compra de inmuebles ni tantas preguntas de argentinos para construir.

Aunque recibe mĆ”s consultas, no ha concretado tantas ventas. ā€œA futuro se van a hacer buenas ventas. Es un movimiento evolutivoā€, seƱalĆ³ a la AP.

Parodi entiende que la emigraciĆ³n a Punta del Este estĆ” preocupada por ā€œmucho de polĆ­tica, economĆ­a y tambiĆ©n por la residencia fiscalā€. Eso porque el nuevo gobierno de Luis Lacalle Pou decretĆ³ la flexibilizaciĆ³n de sus requisitos.

Las excepciones tributarias en Uruguay no son el Ćŗnico atractivo. En el paĆ­s no hay una epidemia y destaca por su privilegiado estatus sanitario. El gobierno de Lacalle Pou ha hecho de la ā€œlibertad responsableā€ el lema de la campaƱa contra el coronavirus. En Argentina rige una cuarentena total y obligatoria desde hace seis meses.

El estatus sanitario de Uruguay con 252 casos activos de coronavirus, 46 fallecidos y en este momento sin pacientes en cuidados intensivos tambiĆ©n es parte de la ecuaciĆ³n.

ā€œMe impresionĆ³ el buen manejo epidemiolĆ³gico y las medidas contra el nuevo coronavirusā€, dijo Federico Van Geldern, administrador de empresas con posgrado en gestiĆ³n de servicios de salud. Las ā€œmedidas han sido acertadas y tomadas en consenso, explicadas a la poblaciĆ³n, hay buen nivel de informaciĆ³n y eso hace al resultado. Se apelĆ³ a la responsabilidad social y es impresionante vivirloā€, seƱalĆ³ este argentino de 60 aƱos jubilado por su delicado corazĆ³n.

Van Geldern vive 50 kilĆ³metros al oeste de Punta del Este, en un plĆ”cido balneario llamado SolĆ­s.

Con su pareja se mudĆ³ definitivamente desde Buenos Aires unos dĆ­as antes del cierre de fronteras. En esta playa encontraron muchas de las variables importantes para vivir. Factores culturales similares entre los dos paĆ­ses, cercanĆ­a con la naturaleza y vivir con menos dinero, en calma. EstĆ”n cerca de varias ciudades y a pocas horas de Buenos Aires, donde viven sus hijos.

Uruguay ā€œreĆŗne muchas condiciones para nuestra ecuaciĆ³n en calidad de vidaā€, dijo Van Geldern.

La pareja tuvo que atravesar varios problemas de salud y decidieron dejar atrƔs el frenesƭ porteƱo para concentrarse en los atardeceres de su nuevo hogar, donde el Rƭo de la Plata se funde con el OcƩano AtlƔntico.

Es la segunda vez que Van Geldern abandona Argentina. La primera fue en 1994 tras una de las inflaciones mĆ”s grandes que conociĆ³ el paĆ­s. ā€œMe fui porque estaba cansado. Es un paĆ­s muy cĆ­clico y lamentablemente la historia lo demuestraā€, dijo.

ā€œVa a haber una corriente importante de migraciĆ³n desde Argentina. La pandemia se junta con un perĆ­odo de gobierno donde muchos no quieren permanecer. Se estĆ” produciendo una fractura social que va a ser dura con el tiempoā€, opinĆ³ Van Geldern. A esa divisiĆ³n le dicen ā€œgrietaā€ en Argentina. ā€œY no cierra cuando una sociedad se pone tan disfuncionalā€, aƱadiĆ³ el argentino.

ā€œLa gente se separa, amigos de toda la vida no se hablan. Se cierran en su visiĆ³n. El diĆ”logo se acabĆ³. Es el gran problema argentinoā€, resumiĆ³ Parodi.

ā€œLas personas quieren disfrutar de sus bienes sin culpa y con seguridad. Si la brecha se ensancha vendrĆ” mĆ”s genteā€, dijo Mariana Bakst afincada desde el verano en Punta del Este y nieta de uruguayo. En su infancia vivĆ­a en un barrio privado de Rosario, Argentina, luego se mudĆ³ a Belgrano en Buenos Aires y ahora busca la ā€œnaturaleza, el glamour y lo bohemioā€ de Punta del Este.