Nunca en toda la era Diego Simeone, el Atlético de Madrid ha afrontado una eliminatoria con los pronósticos tan en contra.
Esta vez, el equipo de Simeone desafía al Liverpool, el actual campeón de Europa, en los octavos de final de la Liga de Campeones, que comienzan este martes en el Wanda Metropolitano y con Diego Costa, previsiblemente, de vuelta a la acción.
No hay ningún dato objetivo esta temporada que discuta el papel de favorito del duelo del equipo inglés; imponente en su campeonato -con una colección de 25 victorias, un empate y cero derrotas-, temible por extensión en Europa -fue líder de grupo con 13 de 18 puntos- y con la vuelta en su territorio, Anfield, el 11 de marzo.
Es imposible elegir un instante del Liverpool a lo largo de los últimos meses y decir «llegan en el mejor momento». El equipo de Jürgen Klopp ha elevado el techo futbolístico en Europa e Inglaterra y bate récords, apisona y destroza rivales a su gusto, con una facilidad que asusta y que hace presagiar un dominio mundial.
Desde hace semanas tiene la Liga atada, la primera en treinta años. Era la prioridad de la temporada, la Premier, por lo que la ‘Champions’, de la que es el actual campeón, pasaba a un plano secundario, pero el paseo triunfal que ha resultado el campeonato doméstico ha vuelto a poner en el punto de mira el doblete.
El mayor miedo de un equipo llamado a hacer historia eran los problemas físicos, pero ni siquiera esos están mermando a la plantilla. Sadio Mané se lesionó muscularmente y estuvo fuera tres semanas, coincidiendo dos de ellas con el parón invernal. El resto están todos disponibles, a excepción de Xherdan Shaqiri.
Tampoco la carga de partidos ha dañado al equipo. Klopp ha rotado lo suficiente, tiró la Copa de la Liga y dejó la FA Cup para los canteranos, con la buena (o mala) suerte de haber pasado dos rondas con ellos. De este modo, en los últimos 17 días, el Liverpool sólo ha disputado un encuentro con sus jugadores habituales.
Llegan frescos, con ganas, como los vigentes campeones y a un Wanda Metropolitano que ya los coronó como reyes de Europa hace unos meses. Buscan extender su legado. Y con una plantilla formidable; línea por línea, jugador por jugador y partido a partido.
A las órdenes de Jurgen Klopp están el fenomenal portero Alisson, el extraordinario defensa Virgil Van Dijk, los trepidantes laterales Trent Alexander Arnold y Andrew Robertson, el comodín James Milner, el capitán Jordan Henderson, los centrocampistas Fabinho y Georginio Wijnaldum, y, sobre todo, los desbordantes delanteros Sadio Mané, Firmino y Mohamed Salah. Entre los tres suman 44 goles este curso.
Más que todo el Atlético (37 en 33 partidos oficiales), que no ha ganado ni la mitad de los duelos que su rival (15 de 33 choques), pero que no entiende ni de lógica ni de favoritos ni de nada más allá de lo que se demuestra sobre el terreno, capaz en más de una ocasión de transformar lo imprevisible en una realidad indudable, más aún desde que lo dirige Diego Simeone, con el que ha alcanzado cotas impensables, incluso más complejas, que eliminar al Liverpool.
En un momento diferente en su temporada, con menos certezas en todos los sentidos y con un triunfo en los últimos siete encuentros oficiales, surge un reto de enorme dimensión, que dispara la exigencia de un grupo por debajo de las expectativas, pero también con un indudable potencial, desde la portería hasta al ataque.
Necesita competitividad, ambición, rebeldía, fe, determinación, carácter, concentración, intensidad, rigor táctico, pegada ofensiva… En suma, un partido y unas características de altísimo nivel, que reconocía no hace mucho y que hoy parecen casi ajenas, para desarmar a uno de los peores rivales posibles en la actualidad.
El Atlético, que sólo ha perdido dos de sus 33 choques como local en la Liga de Campeones de la era Simeone, se ha rearmado por su primer tiempo contra el Valencia y porque va recuperando efectivos; de las ocho bajas que sufrió hace semana y media ante el Granada a las que tres que padece contra el Liverpool: Joao Félix, Héctor Herrera y Kieran Trippier, que siguen con su puesta a punto.
El resto están listos, incluido Diego Costa, que ya se entrena con el grupo desde hace dos semanas, que no ha jugado ninguno de los últimos 16 encuentros por la operación de la hernia discal cervical a la que fue sometido el pasado 21 de noviembre y que está ya solo pendiente del alta médica para volver de inmediato a la competición.
Previsiblemente lo hará este mismo martes, bien desde el once o bien desde el banquillo. No ha dado ninguna pista Simeone sobre la configuración de la alineación. No ha probado nada, aunque no variará mucho de la base que ha empleado en los últimos duelos, con Álvaro Morata de vuelta al once en el ataque tras tres encuentros.
A su lado estarán Ángel Correa o Víctor Machín, ‘Vitolo’. O incluso Diego Costa. Es una de las dudas del equipo titular. Hay más: el lateral izquierdo, entre Renan Lodi o Saúl Ñíguez, y uno de los dos puestos en el centro de la defensa, entre José María Giménez, tras un mes y una semana sin competir, o Stefan Savic.
En el resto de posiciones, Jan Oblak es indiscutible en la portería, igual que Felipe Monteiro en el centro de la zaga, Koke Resurrección y Thomas Partey en el medio campo y Saúl Ñíguez ya sea en esa línea o en el lateral zurdo. También se espera en el once a Marcos Llorente, que crece cada partido en la alineación inicial en el interior derecho, y Santiago Arias, como lateral diestro.
- Alineaciones probables
Atlético de Madrid: Oblak; Arias, Savic o Giménez, Felipe, Lodi; Llorente, Koke, Thomas, Saúl; Correa o Diego Costa y Morata.
Liverpool: Alisson; Alexander-Arnold, Van Dijk, Gomez, Robertson; Henderson, Fabinho, Wijnaldum; Salah, Mané y Firmino.
Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia).
Estadio: Wanda Metropolitano.
Hora: 21.00. EFE