Ciudades Latinoaméricanas más afectadas por la COVID-19

Las ciudades latinoaméricanas más afectadas por la COVID-19 atraviesan duras situaciones y terribles escenarios por la pandemia del nuevo coronavirus.

Hospitales con pocas camas y sin rayos X, recorridos por río de 6 horas a 3 días para ir a un centro de salud, mal manejo de cadáveres, son algunas de las realidades en estas ciudades latinoamericanas.

Guayaquil en Ecuador, Manaos en Brasil, Iquitos en Perú y Tijuana en México, son las cuatro ciudades Latinoaméricanas más afectadas por la COVID-19.

En estos lugares, que se han convertidos en epicentro de la pandemia, los sistemas sanitarios y funerarios han colapsado, o están a punto de hacerlo, por la forma descontrolada como avanza la enfermedad.

En la región se registran más de 125 000 casos y de 6 000 muertos, según los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras que las autoridades aseguran que el pico máximo del COVID-19 ni siquiera ha llegado y se espera para mediados o finales de mayo.

GUAYAQUIL

«Guayaquil ha vivido una de las tragedias más grandes de la historia», así se refirió la alcaldesa Cynthia Viteri, a la realidad que vive Guayaquil.

La «Perla del Pacífico concentra la mayor parte de los casos de contagios en el Ecuador. Siendo una de la ciudades más afectadas dentro de la provincia del Guayas que hasta este viernes registró 15 365 casos.

La segunda ciudad en importancia de Ecuador pasó de ser el centro económico del país a convertirse en el escenario de una situación alarmante.

Tras colapsar el sistema funerario y de cremación, los familiares de los fallecidos tuvieron que esperar por varios días el levantamiento de los cadáveres e incluso se especuló sobre un mal manejo de cadáveres por parte de la ciudadanía.

Además, varias personas emprendiendo durante semanas búsquedas desesperadas de sus familiares en las morgues y luego esperaron por varios días para enterrarlos.

«En un camposanto aquí en Guayaquil antes de la pandemia tenían un promedio de 10-20 sepelios diarios. Luego vi la lista de fallecidos y tenían 140 a las 5.30 de la tarde», dijo Merwin Terán, presidente de la Asociación de Funerarias del Guayas, para después añadir: «No me pueden decir que no son porque… ¿De dónde salió tanto muerto? Eso era COVID, no quedaba nada más».

A todo esto se le suma que con el paso de los días, la ciudadanía ha infringido las medidas de confinamiento. El lunes y martes pasados se veían largas filas de vehículos en el principal puente de ingreso a la ciudad, como si fuera un día laboral normal.

«Es muy preocupante y peligroso el aumento de movilidad. En la última semana el incremento en Guayaquil es de 17,7 %. Si bajamos la guardia se perderán vidas», escribió en Twitter el presidente Lenín Moreno. 

MANAOS

En Manaos, la emergencia afecta tanto a los vivos como a los muertos. Los hospitales están colapsados y los ataúdes ya no caben en su mayor cementerio.

Los cuerpos van ahora a intentar descansar a fosas comunes: de un promedio de 20 a 35 entierros diarios se ha pasado a casi 100.

Muy pocas camas y casi equipamiento nulo para los casos graves, frigoríficos instalados hace poco en un hospital para suplir la falta de espacio para los cadáveres, trabajadores sanitarios con trajes blancos, máscaras y guantes trasladando cuerpos y excavadoras abriendo trincheras en el cementerio.

El ”Estado se encuentra extremadamente ausente», denunció Luigi Fernandes, que sufrió hace un par de semanas la muerte de su suegra, de 67 años, por culpa del COVID-19. Y que dijo que en el hospital en el que estuvo internada 8 días los rayos x no servían, solo contaban con un respirador y ellos mismos tenían que comprar los medicamentos.

Una radiografía que muestra por sí sola que los 2 270 casos confirmados y las 193 muertes que se reportan oficialmente en la Amazonía brasileña están lejos de la verdadera dimensión del problema en esta zona del norte de Brasil.

IQUITOS

Iquitos, la mayor ciudad de la Amazonía en Perú, es la que concentra la mayoría de los problemas de la región.

En esta ciudad las medidas de contención, como cuarentenas o uso de mascarillas, son prácticamente inexistentes. Situación que se agrava con las comunidades indígenas a su alrededor, que viven alejadas de los hospitales y centros de salud.

De seis a ocho horas y hasta tres días por río. Eso es lo que a los habitantes de la zona les toma llevar a esos puestos de salud.

“Más del 60 % de las comunidades carece de postas médicas y las que existen están desabastecidas, no cuentan con equipos ni medicamentos y difícilmente se aplica el enfoque intercultural”, denunció días atrás la Organización de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO), con base en Iquitos.

Por eso, advierten la ORPIO y otras organizaciones indígenas: si no se contiene el brote del coronavirus, el daño será dramático.

TIJUANA

Las autoridades sanitarias advierten que en esta ciudad están al borde de la saturación. lo que la ubica como una de las ciudades latinoaméricanas más afectadas por la COVID-19.

Aunque actualmente la ocupación hospitalaria en ese estado es de entre el 44,9 % y el 73,02 %, dependiendo de la entidad, y con una utilización de un 69 % de los ventiladores disponibles, lo que preocupa a las autoridades es que el pico máximo de la enfermedad se estima que se dé entre el 8 y el 10 de mayo.

Tijuana, junto con Ciudad de México, es el epicentro de la pandemia en el país.

Además, hace poco el gobernador estatal, Jaime Bonilla, aseguró que los trabajadores sanitarios están «cayendo como moscas» ante la falta de protección y seguridad en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Una coyuntura por la que las autoridades regionales se preparan para una saturación del sistema de salud, pese a que Baja California, y «en particular Tijuana», es donde mayor cumplimiento se da de las medidas de aislamiento social, con un 74 %, según reconoció este viernes el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Con información de EFE