Con un doble desafío, Argentina enfrenta a Bolivia

Argentina tendrá que sortear un doble reto el martes al visitar a Bolivia: la altura de La Paz que casi siempre la ha sido adversa en las eliminatorias mundialistas, incluso con Lionel Messi en la cancha, y la pandemia de coronavirus que obligó a viajar a la capital boliviana dos días antes, algo que no ocurrió antes.

La incógnita es el equipo que el técnico Lionel Scaloni enviará a la cancha y si el astro del Barcelona jugará de inicio. Messi anotó de penal el gol con el que Argentina derrotó en casa 1-0 a Ecuador en la apertura de las eliminatorias.

Tras un debut de poco brillo, Argentina llegó al altiplano el domingo en la noche.

La preparación de los argentinos para cada expedición a La Paz, situada a 3.600 metros, siempre ha sido una tara compleja. ¿Armar equipos alternos? ¿Viajar con anticipación para adaptarse a la falta de oxígeno? ¿Llegar sobre la hora del partido?

Esas han sido varias de las estrategias de los técnicos argentinos, dejando diversos resultados.

La experiencia exitosa más reciente fue en el camino al Mundial de 2006, un triunfo 2-1, que fue el primero en La Paz en 32 años. El entonces técnico José Pekerman optó por el plan de un equipo alterno, muy joven. Scaloni era defensor en ese plantel.

“No hay una fórmula, si venir un día antes, justo antes o dos días antes, no lo sabe nadie”, comentó Scaloni el lunes. “Al menos hay que estar 20 días entrenando para estar en una condición física igual o mejor que ellos.

“Intentaremos tener la pelota y cuando el equipo pueda, ser punzante”, añadió.

También subrayó que “hay jugadores que sufren más y otros menos” con la altura.

La pandemia obligó a modificar la logística argentina en contra de la estrategia anterior que era llegar unas horas antes del partido para reducir los efectos de la altura.

Otra duda podría ser la inclusión del volante Marcos Acuña que padece una sobrecarga muscular. Eduardo Salvio o Exequiel Palacios podrían reemplazarlo. El delantero Paulo Dybala quedó descartado por el mismo malestar estomacal que le impidió jugar ante Ecuador.

Varios hinchas argentinos dieron la bienvenida con banderas al ingreso de los jugadores a un hotel en un barrio al sur de la ciudad el domingo en la noche. El lunes los argentinos planificaron un entrenamiento ligero en el campo del club The Strongest.

Bolivia arrancó las eliminatorias frente a los más grandes de Sudamérica, y tuvo un debut de pesadilla con el 5-0 que le propinó Brasil el viernes. Buscará reivindicarse en su casa.

“Debemos aprovechar la localía”, dijo el técnico César Farías. El venezolano entrena desde mediados de agosto, ya que una mayoría de jugadores juegan en el torneo local que paró desde marzo debido a la pandemia.

Farías preparó dos equipos: para la altura y para el llano. Gran parte de los jugadores que saldrán al terreno serán de Bolívar y The Strongest. La duda es el delantero Marcelo Martins (Cruzeiro de Brasil)

“Fue difícil con Brasil, pero ahora estamos enfocados en Argentina”, comentó el portero Carlos Lampe.

Messi no tiene buenos recuerdo de La Paz, incluyendo la goleada 6-1 en 2009 con Diego Maradona en el banco. Será su tercer partido en esta ciudad.

En sus cinco visitas a La Paz por las eliminatorias, Argentina logró una victoria, dos empates y dos derrotas.

Lo que rema a favor de la Albiceleste es que Bolivia ya no es imbatible en su reducto. También atraviesa una crisis institucional tras la muerte en julio del presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) César Salinas por complicaciones de COVID-19, abriendo disputas entre clubes y dirigentes. Tres jugadores se retiraron de los entrenamientos la semana pasada por orden de su club Oriente Petrolero.

En teoría la diferencia es abismal. Argentina se nutre con jugadores de la élite europea, mientras que Bolivia apenas cuenta con cuatro legionarios. Además de Martins están los mediocampistas Alejandro Chumacero (Puebla de México, Boris Céspedes (Servette de Suiza) y Jaumé Cuéllar (SPAL de Italia).

Bolivia no se clasifica a un Mundial desde 1994.

“Ellos han podido entrenar 25 días en la altura, es un hándicap a favor”, dijo Scaloni. “Ellos de local van a salir a atacar como ha sido siempre en la altura y su entrenador es ofensivo. Seguramente no tenga nada que ver con el partido de Brasil”.

El partido se jugará en el estadio Hernando Siles sin público.