Todo lo que debe saber sobre la consulta popular por el Chocó Andino

Por Doménica Montaño

El próximo 20 de agosto, los habitantes del Distrito Metropolitano de Quito no elegirán solo a un binomio presidencial, a asambleístas y responderán la consulta popular del Yasuní como en el resto del país. También deberán votar por la consulta popular del Chocó Andino.

Esta última fue aprobada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), la noche del 21 de junio de 2023. El proceso busca que los 2,01 millones de empadronados decidan sobre el futuro de uno de los lugares más biodiversos del país: el Chocó Andino.

La Mancomunidad del Chocó Andino está ubicada en el noroccidente de Quito y está compuesta por seis parroquias: Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto. Los defensores de del Chocó, como se lo conoce, sostienen que está amenazado por la actividad minera y los votantes decidirán su futuro.

Si en la consulta gana el Sí, los proyectos mineros que se planteen a futuro en el territorio del Chocó deberán negarse. La Corte Constitucional enfatizó que la consulta no es retroactiva por lo que no se podrá suspender los proyectos que ya estén en curso.

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¿Cuáles son las preguntas?

La consulta popular por el Chocó Andino consta de cuatro preguntas sobre la explotación minera a diversas escalas en las parroquias que conforman la mancomunidad. Las preguntas plantean si el ciudadano está de acuerdo con:

  1. Que se prohíba la explotación de minería metálica de escala artesanal dentro de las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, que conforman la Mancomunidad del Chocó Andino.
  2. La prohibición de la explotación de minería metálica a pequeña escala en Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, que conforman la Mancomunidad del Chocó Andino.
  3. Prohibir la explotación de minería metálica a mediana escala en la Mancomunidad del Chocó.
  4. Que se prohíba la explotación de minería metálica a gran escala en los territorios de las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto.

¿Qué es el Chocó Andino?

El Chocó Andino es un bosque nublado de 286 000 hectáreas que representan el 30,31% de la provincia de Pichincha. Es considerado un área de prioridad de conservación mundial y alberga nueve bosques protectores, más de 35 reservas naturales, cuatro áreas de conservación y uso sostenible y el corredor ecológico del oso andino.

En 2018, el Chocó Andino fue declarado como reserva de la biósfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés). Una reserva de la biósfera es un lugar en el que se reconcilian la conservación de la biodiversidad y la actividad humana, a través del uso sostenible de los recursos naturales.

Además, el Chocó Andino es considerado un ‘hotspot’ de biodiversidad y dentro de su territorio se esconden centenas de especies de flora y fauna:

  • 150 especies de mamíferos,
  • 700 especies de aves,
  • más de 3 200 especies de flora,
  • 40 especies de reptiles,
  • 140 especies de anfibios,

Algunos de los mamíferos más destacados del Chocó son el puma, cuatro especies de venado, el oso de anteojos y el olinguito. Además, en su extensión, este bosque nublado esconde al menos 320 sitios arqueológicos de la cultura precolombina Yumbo.

La reserva de la biósfera del Chocó también es un importante reservorio de agua. En la mancomunidad se encuentran cinco cuencas hídricas que aportan agua a poblaciones dentro y fuera de la reserva. Según datos de la ahora extinta Secretaría Nacional del Agua, el Chocó produce un caudal de 291 856 litros de agua por segundo. Esta zona, dijo la institución, beneficia con agua potable a más de 20 000 personas.

La importancia del Chocó también está en su capacidad para remover dióxido de carbono de la atmósfera. Los bosques de esta reserva remueven al menos 266 000 toneladas de carbono cada año, según datos del Colectivo Quito Sin Minería. Esto ayuda a disminuir el cambio climático y el calentamiento global.

Amenazas del Chocó

Una investigación de Mongabay Latam dice que una de las principales amenazas del Chocó Andino es la minería. En los últimos años, según datos del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, se han otorgado varias concesiones mineras en la zona. Estudios aseguran que estas ponen en riesgo a la biodiversidad del lugar. El Ministerio de Ambiente dice que hay un total de 26 concesiones en el Chocó.

De ellas, cuatro tienen licencia ambiental, cuatro tienen registros ambientales y seis están en proceso de regularización. Otras 12 concesiones todavía no han comenzado con el proceso de regularización para operar en el área. Es por esto que se impulsó la consulta popular que busca frenar el avance de la minería.

Sin embargo, esta no es la única amenaza. El Chocó Andino también se ha visto en riesgo por otras actividades humanas como la expansión agropecuaria, la cacería y la deforestación. Por ello, las comunidades que habitan en el Chocó proponen, por ejemplo, actividades como la agroecología, la ganadería sostenible, el turismo regenerativo, la agricultura sintrópica y la agricultura orgánica.

Origen de la consulta popular

La consulta popular por el Chocó nació de una iniciativa del colectivo Quito Sin Minería. El grupo conformado por organizaciones, colectivos y habitantes de las poblaciones del noroccidente de Quito propuso una consulta popular en marzo de 2021. Su objetivo es defender al Chocó de las actividades mineras.

En enero de 2022, la Corte Constitucional aprobó la solicitud para llevar el tema a consulta popular. Meses después, y tras haber recolectado el número mínimo de firmas, el 21 de junio de 2023, el CNE convocó a la consulta.

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