Por Doménica Montaño
Han pasado 10 años desde la última vez que Alexandra Córdova vio a su hijo Santiago David Romo Córdova con vida. La noche del jueves 16 de mayo de 2013, David salió de la Universidad Central, donde estudiaba comunicación social, hacia su casa en la Mitad del Mundo. Pero nunca llegó.
La Policía dice que, según testigos, el joven estuvo en la Estación del Metrobús de La Ofelia mientras subía a un bus Transhemisferios color azul. En entrevista con Teleamazonas, su madre asegura que no es cierto. «Nunca se vio a David desde el trayecto de la universidad a la casa». Además señala que no aparece en ninguna de las cámaras.
Lo que sí es seguro es que a las 22:22, Córdova llamó a David y él le contestó en voz baja, casi susurrando. Le dijo que pronto llegaría a casa y que la llamaría cuando estuviera cerca. A Alexandra le pareció extraño que su hijo le hablara de esa forma y le preguntó si estaba bien.
Sin mayor detalle, el joven, de entonces 20 años, solo respondió que si hablaba más alto, unas personas que aparentaban ser policías lo bajarían del bus. David no explicó por qué harían eso ni tampoco dijo dónde estaba. Solo se despidió y colgó. Alexandra Córdova nunca más escuchó su voz.
Lea también:
- Madre de David Romo crea fundación en honor a su hijo
- Madres de desaparecidos ya no tienen motivos para celebrar su día
La búsqueda de una madre
Esa misma noche, cuando David no llegó a casa ni respondía su celular, su madre fue a poner una denuncia por su desaparición. Sin embargo, las autoridades le dijeron que debía esperar 48 horas, hasta la noche del sábado, para hacer el trámite. Alexandra sabía que algo andaba mal, así que decidió buscarlo por su cuenta, junto a amigos y familiares.
La mañana del 17 de mayo, Córdova decidió seguir a un bus de la compañía Transhemisferios para ver cuál fue la posible ruta que David tomó la noche anterior. El bus que siguió hizo su última parada en Rumicucho, un sector de San Antonio de Pichincha, en las afueras de Quito.
Cuando Córdova logró poner la denuncia de la desaparición de David, fue precisamente en ese lugar donde se concentraron la mayoría de búsquedas del joven. Pero no hubo resultados positivos. Córdova dice que no hay un sustento científico que respalde las búsquedas del joven en Rumicucho sino solo su propia investigación.
Días después de que el joven desapareciera, el 29 de mayo de 2013, la Policía encontró su celular Blackberry en la casa de un controlador de bus. El hombre, dice la Policía, admitió que David subió al bus cerca de las 22:00 de aquel 16 de mayo, pero dijo que no se fijó a qué hora se bajó. Además, aseguró que tenía el teléfono porque lo encontró botado cuando limpiaba la unidad. El hombre fue sentenciado a un año de detención provisional por robo.
A pesar de la sentencia, las versiones contradictorias del controlador, el conductor y el cobrador de ese bus no ayudaron a ubicar a David Romo. El chip del celular nunca apareció y hasta este 2023 ni la Fiscalía ni la Policía han rastreado dónde estuvo el teléfono la noche del 16 de mayo, hace 10 años.
Teorías inconsistentes
En 2018, Víctor Araus, entonces titular de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión (Dinased), dijo en una entrevista que la Policía ya descubrió qué pasó con David. Su teoría era que el joven fue secuestrado por el dueño de una clínica de adicciones en Pisulí y que, tras robar droga, David fue asesinado, descuartizado e incinerado hasta no dejar rastro.
Por esa teoría, la Fiscalía procesó a cinco personas por el presunto delito de asesinato. Sin embargo, el 23 de agosto de 2018, un Tribunal de Garantías Penales de Pichincha declaró inocentes a los cinco procesados por falta de pruebas. Además resolvió que se investigue a los policías y a los fiscales que estaban a cargo del caso.
Una investigación periodística del medio Plan V dice que un joven que estaba en la clínica de adicciones aseguró que fue torturado por la Policía para que dijera dónde estaba David. La misma investigación dice que otro joven contó que cuando la Policía allanó la clínica de adicciones, le prometieron que si decía que Romo estuvo allí, lo sacarían del lugar, y así se hizo inicialmente, hasta que decidió contar la verdad.
Alexandra Córdova considera que la teoría de Araus y de la Policía nunca contó con evidencias físicas. “Todo fue direccionado de tal manera que se pueda cerrar un caso que le ha incomodado al Estado ecuatoriano y a sus instituciones”, afirma la madre de David.
Las razones por las que la Policía querría ocultar lo que sucedió con David Romo son inciertas. Pero su madre cree que saben algo y no lo quieren decir. Por eso, en agosto de 2018, ella junto a su abogado pusieron una denuncia contra jueces, fiscales y policías por la desaparición forzada de su hijo. El proceso está siendo investigado por la Fiscalía y aún no hay ningún sentenciado.
Además, frente a la falta de respuestas del Estado, Alexandra Córdova acudió a instancias internacionales. En agosto de 2017, ella y su abogado presentaron el caso de la desaparición de David Romo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En abril de 2020 le informaron sobre la admisión del caso y ahora este se encuentra en la etapa de fondo, donde se determinará si hubo o no violaciones a los derechos humanos.
Un caso sin resolución
A pesar de que el caso avanza internacionalmente, en Ecuador está estancado. Desde el fallo de 2018 que anuló la teoría de la Policía sobre un presunto asesinato de David en una clínica de adicciones, el caso no ha avanzado. David Romo sigue desaparecido y su madre, Alexandra Córdova, mantiene la misma incertidumbre que hace 10 años.
Ahora hay dos procesos de investigación con dos fiscales distintos. En la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos de la Fiscalía se investiga la desaparición forzada de David, mientras que en la Unidad de Desaparecidos se lidera su proceso de búsqueda.
Sin embargo, ninguno de los dos procesos ha logrado aclarar qué pasó o dónde está el joven. Su madre asegura que para ella todos estos procesos legales han sido una forma de revictimización y exige que se haga justicia.
Ha sido una década llena de dolor “que no se puede sanar con absolutamente nada, ni con el tiempo transcurrido”, dice. Con la voz quebrada, la mamá de David Romo dice que cuando un familiar muere es doloroso, pero al menos se sabe qué pasó. Pero en el caso de las personas desaparecidas no hay certeza de nada. “Es un duelo inconcluso”.
Alexandra cuenta que a veces se levanta con la esperanza de que va a ser un mejor día y que el caso se va a llevar de mejor manera. Sin embargo, nada ha cambiado en 10 años y eso, asegura, “es una angustia que le va carcomiendo, es un dolor que nos va atacando día a día”.
Este 31 de mayo de 2023, Santiago David Romo Córdova cumpliría 31 años. Al recordarlo, Alexandra Córdova se quiebra. Hace silencios largos y con la voz temblorosa dice que “este mes es muy significativo para la familia”.
También en Teleamazonas:
Para las madres de hijos desaparecidos no hay nada que celebrar este domingo. ¿Qué significa el Día de la Madre para Alexandra Córdova, mamá de David Romo? 👉https://t.co/287u05A71s 👉https://t.co/287u05A71s pic.twitter.com/uxwlqicIZZ
— Teleamazonas (@teleamazonasec) May 12, 2023