Disturbios en París tras la victoria de Emmanuel Macron

Emmanuel Macron fue reelegido este domingo presidente de Francia tras imponerse en la segunda vuelta de las presidenciales a la ultraderechista Marine Le Pen, que firmó su mejor resultado en unas elecciones.

Sin embargo, después de anunciarse los resultados se registraron varios disturbios en el centro de París, donde se concentraron decenas de personas.

Según informó EFE, los manifestantes, la mayoría estudiantes convocados por agrupaciones anticapitalistas y antifascistas, se citaron a través de las redes sociales en la plaza de Les Halles a las 20:01, justo tras la publicación de las primeras proyecciones de voto.

Además de esta manifestación en París, la plataforma convocante había citado otras concentraciones de más de veinte grandes ciudades de Francia, entre ellas Marsella, Lyon, Nantes, Toulouse, Rennes o Montpellier.

En redes sociales se difundieron videos de las manifestaciones que se mantienen en este país, donde ya es de madrugada. Hasta el momento se reportan dos fallecidos y varios heridos.

En las imágenes se observa a decenas de personas, que con gritos protestan mientras los policías intentan dispersarlos. Además, se registraron varios enfrentamientos entre los manifestantes y la fuerza pública.

Los manifestantes también lanzaron fuegos artificiales a un auto de policía y caminaron por las calles con pancartas de «Abajo Macron».

Policías en el centro de París dispararon a un vehículo que intentó embestirlos y mató a dos personas, informaron las autoridades a AFP.

El coche avanzaba a contramano y aceleró hacia los oficiales, quienes debieron abrir fuego, según la policía. Los hechos ocurrieron sobre el Pont-Neuf del centro parisino.

TRIUNFO DE MACRON

Con el 97 % del voto escrutado, el liberal, de 44 años, consiguió el 57,41 % de los votos, con lo que vio como se evaporaba la mitad de la ventaja que hace cinco años le permitió ganar la Presidencia; lo que muestra las heridas abiertas en un país por un periodo marcado por las crisis, desde los «chalecos amarillos» a la pandemia.

Otro signo inquietante es la baja participación, con una abstención se situó en el 27,63 %, la más alta en medio siglo en una segunda vuelta, solo superada por las presidenciales de 1969, marcadas por la retirada de De Gaulle tras las revueltas estudiantiles del año anterior y por un claro llamamiento a la abstención de la izquierda.

Consciente de esas máculas, Macron se mostró modesto en su discurso, pronunciado frente a la Torre Eiffel, a la que llegó de la mano de su esposa Brigitte y rodeado de un grupo de niños entre las notas del Himno a la Alegría, el mismo himno europeo que eligió hace cinco años frente al Museo de Louvre.

El presidente limitó la ceremoniosidad de 2017 y reconoció que el resultado de esa noche pone de manifiesto «un país lleno de dudas» y prometió trabajar para darles una respuesta.

Tras asegurar que ha «dejado de ser el candidato de un partido para convertirse en el presidente de todos», se comprometió a «escuchar el silencio» de los abstencionistas y «la cólera» de quienes optaron por su rival y prometió abrir «una nueva era» con una «nueva ambición».