EEUU afirma haber matado al jefe de Estado Islámico en Siria


El líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria murió el martes en un ataque con un dron de las fuerzas estadounidenses, confirmó el Pentágono a la AFP. Maher al-Agal murió mientras conducía una motocicleta cerca de Jindayris, en Siria, y uno de sus principales ayudantes resultó gravemente herido, señaló el portavoz del Comando Central del Departamento de Defensa, el teniente coronel Dave Eastburn.

Se le encargó «perseguir incisivamente el desarrollo de las redes de Estado Islámico fuera de Irak y Siria», afirmó el portavoz del Mando Central del Ejército de Estados Unidos, el coronel Joe Buccino.

Biden se congratuló en un comunicado del éxito de la operación, que «elimina a un terrorista clave» y «debilita significativamente la capacidad del EI para planificar, financiar y dirigir sus operaciones en la región».

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una fuente de referencia en la región, confirmó que Agal, calificado por esta organización como gobernador de Estado Islámico para el Levante, murió en un ataque con drones.

Las Fuerzas de Defensa Civil de Siria aseguraron que una persona murió y otra resultó herida en un ataque contra una motocicleta en las afueras de la ciudad de Alepo.

Este conjunto no identificó a las víctimas, pero sí señaló que ambos hombres estaban vinculados a Ahrar al-Sharkiya, un grupo armado sirio pro-Ankara.

El grupo figuraba en la lista de sanciones de Estados Unidos, acusado de abusos contra la población cometidos durante la ofensiva turca en el norte de Siria en 2019, y del asesinato de Hevrin Khalaf, activista kurda por los derechos de las mujeres.

– La «sombra» del EI en Siria –

Según los observadores, Ahrar al-Sharkiya ha integrado en sus filas a antiguos dirigentes del EI para luchar contra las fuerzas kurdas en las zonas controladas por Turquía y sus aliados en Siria.

En 2014, Estado Islámico ascendió de forma meteórica en Irak y Siria y conquistó varios territorios. Pese a ello, pronto vio como su autoproclamado «califato» era derrocado por sucesivas ofensivas en estos dos países, en 2017 y 2019 respectivamente.

Desde entonces, la organización se ha visto desestabilizada en varias ocasiones por la muerte o la captura de sus dirigentes en Siria.

El máximo líder del EI, Abu Bakr al-Baghdadi, murió en 2019 en una incursión de las fuerzas estadounidenses, que también eliminaron a su sucesor, Abu Ibrahim alHashimi al-Qurachi, en febrero de 2022 durante una operación en el noroeste controlado por los yihadistas.

En junio, el ejército estadounidense también capturó a un «alto dirigente del EI» en el norte de Siria. Hani Ahmed Al-Kurdi fue líder de Estado Islámico en Raqa, un antiguo feudo del grupo yihadista en Siria, según la coalición antiyihadista liderada por Estados Unidos.

Derrotado militarmente en sus antiguos bastiones, el EI «sigue siendo una amenaza para Estados Unidos y sus aliados en la región», insistió Buccino.

Damien Ferré, fundador de Jihad Analytics, que analiza la yihad a nivel global y cibernético, declaró a la AFP que la muerte del líder «no debería afectar realmente» al grupo yihadista.

«Cada vez que asesinan a un líder del EI, es sustituido inmediatamente», afirmó.

Pero «el EI en Siria es una sombra de lo que fue», subrayó el analista. «Todavía es capaz de llevar a cabo ataques contra las fuerzas sirias y realizar operaciones contra las fuerzas kurdas aquí y allá, pero ya no tiene nada que ver con el período del califato».

La organización también ha extendido su influencia en otras regiones del mundo, como el Sahel, Nigeria, Yemen y Afganistán, donde reivindica regularmente la autoría de atentados.

Con información de | Agence France-Presse/