Un 30 por ciento de las personas ve correcto vigilar digitalmente a su pareja sin su consentimiento aunque para ello tenga que instalar un software espĆa en alguno de sus dispositivos para controlar y rastrear asĆ sus movimientos, sus fotos, su mensajerĆa o sus redes sociales.
MĆ”s de la mitad de la poblaciĆ³n (el 60 por ciento) desconoce sin embargo en quĆ© consisten esos programas Ā«espĆaĀ» -que los principales gigantes tecnolĆ³gicos ya han eliminado de sus Ā«tiendasĀ»-, conocido tĆ©cnicamente como Ā«stalkerwareĀ», y las posibilidades que la persona que lo instala tiene de conocer una ubicaciĆ³n, la actividad en internet e incluso de grabar conversaciones y vĆdeo.
Los datos se desprenden de un estudio encargado por la multinacional del sector de la ciberseguridad Kaspersky y varias ong al cumplirse el segundo aniversario de la CoaliciĆ³n contra el Stalkerware, una iniciativa a la que se han adherido ya cuarenta instituciones, asociaciones, empresas y organizaciones no gubernamentales que trabajan contra la violencia machista.
El estudio se ha realizado en 21 paĆses con el fin de conocer la actitud ante la privacidad y el acoso digital en las relaciones de pareja, y revela que una inmensa mayorĆa (el 70 por ciento) considera inaceptable ese tipo de control en ninguna circunstancia.
Y los que sĆ lo aprueban justifican ese tipo de acoso y de control cuando sospechan de la fidelidad de su pareja, por razones de seguridad o porque creen que su pareja pudiera estar implicada en un delito.
ENCUESTADOS
El 8 por ciento de los encuestados reconoce tambiĆ©n que su pareja les ha pedido instalar alguna aplicaciĆ³n de vigilancia, aunque ese porcentaje se eleva al 34 por ciento en el caso de las personas que han sufrido algĆŗn tipo de abuso por parte de sus parejas.
La presidenta de la organizaciĆ³n Stop Violencia de GĆ©nero Digital, Encarna Iglesias, ha manifestado que enfrentarse a la pareja ante una situaciĆ³n asĆ Ā«sĆ³lo aumentarĆ” el riesgo al que se enfrenta una vĆctimaĀ» de este tipo de acoso y violencia, por lo que ha desaconsejado esa confrontaciĆ³n.
A su juicio, es necesario trabajar para formar, educar y ayudar a las personas que sufren este tipo de acoso por parte de sus parejas, y a las fuerzas de seguridad para que conozcan cĆ³mo detectar y combatir ese tipo de programas para evitar esas situaciones.
Los programas espĆa, que aunque ya no estĆ”n disponibles en las principales Ā«tiendasĀ» (la de Google o la de Apple) se pueden conseguir muy fĆ”cilmente en otras plataformas, permiten incluso acceder a las claves de registro de los usuarios, avisan al acosador si una vĆctima intenta desinstalarlo de su dispositivo y envĆan notificaciones cuando la persona que lo lleva en su mĆ³vil entra en casa.
ESTUDIO
El estudio encargado por esta empresa -miembro de la CoaliciĆ³n y del proyecto DeStalk que la UniĆ³n Europea ha puesto en marcha para combatir la ciberviolencia- revela la preocupaciĆ³n de muchos encuestados ante la posibilidad de que su pareja viole su privacidad digital y acceda a sus mensajes de texto, a sus redes sociales o a sus correos electrĆ³nicos.
Sus datos apuntan que Rusia, Brasil y Estados Unidos son los paĆses en los que se registran un mayor nĆŗmero de incidencias de este tipo, y que en Europa esa clasificaciĆ³n la encabeza Alemania, seguida de Italia, el Reino Unido, Francia, Polonia y EspaƱa, aunque los paĆses donde mĆ”s permisivos se mostraron los encuestados fueron India, Malasia y China.