Esos detalles que no se deben olvidar en el Día del Alzheimer

El evento fue instituido por la Organización Mundial de la Salud y auspiciado por Alzheimer ‘s Disease Internacional (ADI) en 1994.

Equilibrándose sobre una de sus piernas y sonriendo como una niña. Así avanza Gloria F. sobre una rayuela pintada en una de las veredas de Puyo, en Pastaza, en la Amazonía ecuatoriana.

Al mirarla nadie pensaría que padece Alzheimer, pero su mente es como la de una pequeña de 7 años. A veces piensa que sus hijos son sus tíos o sus hermanos. Siempre pregunta dónde está. Es como si viviera desorientada, esperando a alguien que nunca llega.

Por las noches se resigna a dormir en la casa de Daniel, el cuarto de sus seis hijos. Él la hace jugar y la cuida, pero sabe que cada mañana ella olvidará todo lo que ocurrió el día anterior y la aventura comenzará nuevamente.

En el laberinto que se ha formado en la mente de Gloria, quien tiene 76 años, cualquier día puede ser su cumpleaños, Navidad o el día en que renegó porque no quería estar en la casa de su abuelo en el campo.

Lo único que hace la diferencia son los cuidados y la medicación que recibe para que su condición no empeore. Esos y otros detalles son los que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) no se pueden olvidar al conmemorar el Día del Alzheimer, el 21 de septiembre.

Este año la consigna, es conocer las necesidades reales de las personas que viven con este trastorno, para poder brindarles terapias de estimulación para la memoria y canalizar ejercicios mentales. La OMS también insta a los gobiernos a ofrecer apoyos públicos a las personas con Alzheimer y sus cuidadores y a apoyar las iniciativas de investigación y de nuevos tratamientos para la enfermedad.

La epidemia del siglo

Para 2050 se estima que 131.5 millones padecerán la misma condición que actualmente agobia a Gloria. Durante todo septiembre la OMS, los Gobiernos, los Ministerios de Salud Pública y hasta organizaciones particulares promueven actividades que ayudan a concienciar y a reivindicar mejoras para la enfermedad.

Lo que se busca lograr con esas propuestas es que la población entienda la importancia de que haya una detección precoz del trastorno, según los especialistas, es punto de partida para detectar y poner en marcha los procesos de intervención terapéutica que deben dirigirse al conjunto de la familia afectada por el Alzheimer u otro tipo de demencia.

En la actualidad no hay una cura para el Alzheimer, pero el especialista señala que se pueden realizar rutinas y actividades para retrasar el deterioro mental que causa este trastorno, por eso es necesario acudir a un especialista que oriente a la familia sobre el tratamiento adecuado.

Impacto social y económico

Según el estudio Farypdea, en Ecuador la prevalencia del Alzheimer es de 36,3% en mayores de 65 años. Eso significaría que 4 de 10 personas mayores de 65 años tienen esta enfermedad.

El tratamiento más común es farmacológico con Memantina, Rivastigmina, Memantina y Donepezilo. Dichos productos ayudan a retrasar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente y su cuidador. No existen tratamientos que curen esta demencia degenerativa primaria, que es considerada como enfermedad catastrófica. Todos los medicamentos cumplen la función de regular los agentes químicos que transmiten mensajes entre las neuronas (neurotransmisores), al mismo tiempo ayudan a conservar las destrezas concernientes al pensamiento, a la memoria, el habla, y ayudan con ciertos problemas del comportamiento.

Además de la medicina, el tratamiento se debe enfocar en adaptar las condiciones de vida a las necesidades de una persona con Alzheimer, para que esta pueda desarrollar y reforzar hábitos que formen parte de su rutina y para minimizar las tareas exigentes para su memoria.

Aunque en el país no existen datos completos sobre la prevalencia, los costos del tratamiento individual y el acceso real al sistema de seguridad de las personas con Alzheimer, un estudio realizado en Colombia permitió calcular costos mínimos directos por paciente, según su estado de severidad. Dicha investigación, realizada en 2013 estableció, que el valor mínimo directo promedio por paciente/año por estado de severidad estimado era de $389,89 (leve), $1.039,71 (moderado) y $2.209,38 (severo). Esto sin tomar en cuenta el valor y la importancia de quienes cuidan a los pacientes.

¿Qué es el Alzheimer?

El Alzheimer es una enfermedad neuro psiquiátrica, incurable que va degenerando las células nerviosas del cerebro y disminuyendo la masa cerebral, de forma que los pacientes muestran un deterioro cognitivo importante que se manifiesta en dificultades en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para la resolución de problemas sencillos de la vida cotidiana.

Una vez que aparecen los primeros síntomas, los pacientes van degenerando y se van volviendo más dependientes, de forma que hay que ayudarles para vestirse, asearse, comer.

Se sabe que las primeras lesiones pueden aparecer unos 15 o 20 años antes de que se muestre algún síntoma, y aparecen en la región del cerebro llamada hipocampo, que se encarga, entre otras cosas, del aprendizaje y la formación de nuevas memorias. De ahí se extienden a otras partes del cerebro, cuando ya aparece el deterioro cognitivo, que finalmente desemboca en demencia.

En Ecuador se estima que hay más de 120 mil personas con esta enfermedad, pero todavía son pocos los centros especializados en la atención de este tipo de demencia degenerativa, debido a que se requiere cuenten con los parámetros ICE (Instrucción, Capacitación y Enseñanza Científico Académico en Psiquiatría).

En este contexto para el tratamiento de pacientes con Alzheimer se recomienda un equipo multimodal de especialistas como neurólogos, psiquiatras, geriatras, entre otros expertos calificados; así como también áreas que cuenten con un servicio de alojamiento temporal y cuidado para adultos mayores con trastornos mentales que reciben el cuidado integral, terapias grupales, alimentación según recomendaciones médicas y otros beneficios en un ambiente adecuado.

Hay estudios realizados a escala mundial que han demostrados que alimentarse con una dieta saludable, mantenerse socialmente activos, evitar el tabaco y el exceso de alcohol y ejercitar tanto el cuerpo como la mente, podrían reducir el riesgo de padecer Alzheimer entre un 70% y 80%. Alzheimer o demencia vascular parecen aumentar con varias de las afecciones que dañan el corazón y los vasos sanguíneos. Estas incluyen las cardiopatías, diabetes, accidentes cerebrovasculares, presión arterial elevada y colesterol elevado.

Datos

10 millones de nuevos casos se registran cada año, según la OMS.

Entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más, sufre demencia en un determinado momento. 

En Ecuador se estima que hay más 120 mil personas con Alzheimer.

La mayoría de las personas con la enfermedad tienen 65 años o más. Una de cada nueve personas en este grupo etario y cerca de un tercio de las personas mayores de 85 años tienen Alzheimer.

Las personas con padre, madre, hermano o hermana con Alzheimer tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad. 

Los estudios establecen que las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de desarrollar Alzheimer. Esto por la presencia de la variante genética llamada APOE-e4.