Holanda autoriza el retorno de la prostituciĆ³n a los Ā«barrios rojosĀ»

Ā«Las trabajadoras sexuales pueden volver al trabajo. Se permiten todas las posturasĀ». El Gobierno de Holanda autorizĆ³ asĆ­ a los Ā«barrios rojosĀ» neerlandeses a retomar sus labores este miĆ©rcoles.

Algunas prostitutas decidieron marcharse a su paĆ­s de origen, en especial las que proceden de Europa del Este. La razĆ³n, afirman los involucrados, porque los distritos de la prostituciĆ³n, como el famoso Ā«barrio rojoĀ» de Ɓmsterdam, han dejado de ser concurridos.

Tras cuatro meses de parĆ³n por la pandemia de coronavirus la zona luce con las calles desiertas y los ventanales con las luces rojas apagadas; una zona fantasma.

Testimonios de una realidad que golpea a todos

Ā«Se quedaron sin dinero y tuvieron que volverse con sus familias para poder sobrevivir allĆ­. Estaban muy decepcionadas con el Gobierno. Casi todas las profesiones que requerĆ­an contacto habĆ­an retomado el trabajo, excepto nosotrasĀ», lamentĆ³ una mujer de 34 aƱos.

Bajo el seudĆ³nimo de Felicia Anna, que lleva mĆ”s de una dĆ©cada en el gremio, considerĆ³ que cualquiera Ā«puede infectarse incluso en el supermercadoĀ».

AsĆ­, asegurĆ³ al diario neerlandĆ©s Ā«ADĀ»: Ā«Afortunadamente, tenĆ­a algunos ahorrosĀ» para sobrevivir a la pandemia.

Pero todo es incierto. Ā«Estaba muy preocupadaĀ», y lo sigue estando porque Ā«si se avecina una crisis, el golpe tambiĆ©n llegarĆ”Ā» a la prostituciĆ³n.

En todo caso, el Gobierno de Holanda las incluyĆ³ en las ayudas ofrecidas a las profesiones afectadas por el parĆ³n de la crisis de la COVID-19.

Sin embargo, afirman que dicha ayuda apenas daba para Ā«pagar el alquiler y los costes fijosĀ» que tienen. Al considerarse alto el riesgo de su trabajo se ven obligadas a pagar un seguro mĆ©dico o un alquiler mĆ”s caro que otras profesiones.

Coronavirus, cuarentena e ilegalidad

Como presidenta de un sindicato de prostitutas, Anna advierte que muchas trabajadoras sexuales Ā«acabaron ejerciendo en la ilegalidadĀ».

Afirma que Ā«siguieron recibiendo clientes en secreto durante los Ćŗltimos mesesĀ», lo que amenazĆ³ la salud y seguridad de hombres y mujeres.

El protocolo de trabajo es estricto, en especial porque no se puede mantener la distancia interpersonal con el cliente. Esto llevĆ³ al primer ministro holandĆ©s, Mark Rutte, a subrayar en una rueda de prensa que Ā«todas las posturas estĆ”n permitidasĀ». Eso sĆ­, previo al contacto se verificarĆ” de antemano que el cliente no tiene sĆ­ntomas de padecer la COVID-19.

Ā«Le hemos pedido al Instituto de Salud PĆŗblica consejos mĆ”s detallados, quĆ© posiciones estĆ”n permitidas y cuĆ”les no lo estĆ”n. Pero no ha habido mayores explicacionesĀ», asegurĆ³ Rutte, al decidir escuchar las reclamaciones de las prostitutas.

Normas de seguridad

En un entorno que originalmente implica controlar la salubridad, ahora se advierte una normativa adicional para reducir el riesgo de contagios.

Reemplazo de sĆ”banas tras cada servicio, habitaciĆ³n limpia, desinfectar cerraduras de puertas, lavar los objetos o usar desechables, desinfectarse las manos y ducharse es obligatorio. Ā«Esto no es nuevo. Siempre nos hemos adherido estrictamente a las reglas de higieneĀ», recuerda Anna.

Los empresarios del Ā«barrio rojoĀ» de Ɓmsterdam, capital de Holanda, como los dueƱos de los clubes erĆ³ticos, han apelado a las ayudas estatales para hacer frente al salario de los empleados. Las prostitutas, consideradas Ā«trabajadoras autĆ³nomasĀ», pueden solicitar una ayuda destinada a autĆ³nomos de entre 1.050 y 1.500 euros al mes.