Inseguridad y comercio informal afectan a Cotocollao y Comité del Pueblo

La inseguridad, el comercio informal y el tráfico de droga afectan a los sectores de Cotocollao y el Comité del Pueblo. En estas zonas del norte de Quito existe una gran población y movimiento comercial, pero estas problemáticas complican su desarrollo y la convivencia.

En el parque del Comité del Pueblo existe la presencia de un grupo de presuntos vendedores de droga, quienes al notar la presencia de las cámaras arrojaron pequeños paquetes en las piletas del lugar. César Ron, morador del Comité del Pueblo, recalcó que esta situación genera inseguridad y violencia.

A esta situación se suma la concentración de comerciantes informales. La avenida Jorge Garcés, calle principal del sector, se encuentra llena de carpas, donde se ofertan diferentes productos y comida, sin ningún control sanitario.

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Mientras esto ocurre, el mercado se encuentra vacío. «No estamos en contra del derecho al trabajo. Queremos un lugar más ordenado, que las calles estén limpias y puedan tener la amplitud para acudir a este centro y potenciarlo», señala una comerciante del centro de abasto.

Este mismo panorama se registra en Cotocollao. Desde muy temprano, los ciudadanos instalan puestos de comida y otros productos que causan mal estar a los propietarios de los locales. Los ciudadanos aseguran que esto afecta a su economía pues ellos deben cancelar un valor por el arriendo para brindar sus servicios.

También la inseguridad en la zona dificulta la reactivación. Robos, peleas, venta de droga y otros incidentes se registran a diario en este sector.

Controles en Quito

Hasta febrero del 2024, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) realizó 1 348 operativos y 162 actas de inicio. Según la supervisora de la AMC, Lira Villalba, requieren una intervención interinstitucional. Villalba enfatiza que en estas zonas registran hechos relacionados con el trabajo infantil, receptación de objetos robados e incluso temas de salud.

En el caso del Comité del Pueblo, la funcionaria dice que está catalogada como zona conflictiva pues los comerciantes informales no quieren una regularización y se resisten a los controles, incluso múltiples funcionarios han resultado heridos.

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