Los más atroces crímenes de Popeye, el sicario de Pablo Escobar

El exjefe de sicarios del abatido jefe del Cartel de Medellín Pablo Escobar, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias «Popeye», murió este jueves en un hospital de Bogotá debido a un cáncer de estómago, informó el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia (Inpec).

A Popeye se le acusó de ser responsable de por lo menos 3000 crímenes, que van desde secuestros y extorsiones, hasta asesinatos y magnicidios.

La historia de John Jairo Velásquez Vásquez comenzó un 15 de abril de 1962 en un pequeño pueblo de Antioquia llamado Yarumal. Durante su juventud prestó el servicio militar en el Ejército colombiano.

Su lugar en la estructura del Cartel de Medellín está abierto a debate, aunque su participación en los crímenes más atroces adjudicados a esa organización da cuenta de le cercanía que tenía con su líder, Pablo Escobar.

Confeso asesino de más de 250 personas, de secuestros, extorsiones y atentados con bombas en varias ciudades de Colombia, estos son los crímenes más destacados que cometió en su carrera al lado de Escobar y los narcos de Medellín.

El último de los crímenes adjudicados a Popeye por la justicia colombiana fue el homicidio al director del Espectador, Guillermo Cano Isaza, el 17 de diciembre de 1986. Ese año, Velásquez Vásquez era jefe de sicarios del Cartel de Medellín y tuvo una participación crucial en la planeación y ejecución del asesinato al reconocido periodista colombiano.

Por este crimen, la Fiscalía le impuso una medida de aseguramiento en reclusión penitenciaria en mayo del año pasado, cuando estaba a pocos meses de recobrar la libertad tras regresar a prisión en 2018 por incurrir nuevamente en los delitos de extorsión y concierto para delinquir.

«Hay indicios que darían cuenta de su participación en una reunión en la que los cabecillas del cartel de Medellín, entre ellos Pablo Escobar, concertaron atentar contra Guillermo Cano Isaza por sus publicaciones contra la organización narcotraficante y definieron la forma y quiénes ejecutarían el crimen», indicó la Fiscalía en su momento.

Cano Isaza fue uno de los periodistas más valientes durante la era de los narcos, enfrentándose públicamente a Pablo Escobar desde las editoriales de su periódico, en donde denunciaba las actividades criminales en las que incurría quien hasta entonces era reconocido como un filántropo empresario de la ciudad de Medellín.

Al periodista lo mataron en la puerta de su diario, cerca de las siete de la noche, cuando sicarios al servicio del cartel de Medellín y presuntamente comandados por Popeye, le esperaron que llegara en su Subaru Leone Wagon vino-tinto de placa AG 5000 para acercarse al vehículo y dispararle ocho veces en el pecho con una ametralladora.

En 2010 el crimen de Guillermo Cano fue declarado de lesa humanidad, pero aún sigue en la impunidad.

Asesinado en la plaza pública de Soacha, un 18 de agosto de 1989, cuando se disponía a dar un discurso en el marco de la campaña presidencial que lideraba para ese entonces, el magnicidio de Luis Carlos Galán pasó a la historia como una de los crímenes más atroces ordenados por Pablo Escobar.

Galán era un opositor acérrimo de Escobar, y había hecho de la extradición, el principal miedo de los narcos colombianos, su bandera de campaña a la Presidencia de la República.

En 2007 durante una entrevista, Popeye confirmó la autoría del crimen por órdenes de Escobar y de Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el Mexicano, otro de los narcos más poderosos del Cartel de Medellín.

El sicario afirmó que hizo parte de varias reuniones donde Escobar y Gacha acordaron asesinar a Galán, algo que habían intentado sin éxito meses antes al atentado de Soacha.

Popeye dijo que el asesinato «fue planeado y dirigido por la clase política contraria a él. Yo lo he catalogado como un suicidio del doctor Galán porque a pesar de que sabía que el cartel de Medellín no era solo un informe de inteligencia, se fue para Soacha».

Popeye es confeso autor de muchos secuestros, pero dos de ellos fueron los de mayor notoriedad por tratarse de reconocidas figuras públicas quienes años después llegarían a los más altos cargos del Estado.

Tal fue el caso de Andrés Pastrana, quien gobernaría Colombia entre 1998 y 2002. Diez años antes, el 18 de enero de 1988 sería víctima de un secuestro que realizó personalmente el lugarteniente de Escobar, quien lo tuvo retenido durante ocho días con el fin de presionar al Gobierno para que aboliera la extradición, el castigo más temido por los narcos colombianos.

Para ese entonces Pastrana era candidato a la Alcaldía de Bogotá, cargo que finalmente ganó. Los sicarios que lo secuestraron lo esperaban a las afueras de su sede de campaña y después de pasarlos por varios vehículos terminaron recluyéndolo en una casa de un narco a las afueras de la ciudad. Pese a ser enviados por Escobar y sus secuaces, se identificaron como miembros del M-19, una guerrilla que operó en Colombia hasta 1991.

Durante su secuestro el expresidente colombiano se encontró cara a cara con el propio Pablo Escobar quien según ha contado Pastrana lo saludó con un “buenas noches, Andrés”. Pastrana le respondió: “Pablo, ¿buenas noches? Usted me tiene secuestrado y no sé si en el próximo minuto voy a estar muerto, ¿cuáles buenas noches?”

Así le narró el encuentro a El Espectador: “Hablamos de las doce de la noche hasta las seis de la mañana. De la extradición y de la mafia, pues acababan de ponerle una bomba al Edificio Mónaco. Escobar me contó cómo casi le matan a su señora y a sus hijos. Hablamos de todo, de cómo metía la droga a los Estados Unidos y cómo manejaban el negocio. En un momento, me dijo que el viernes siguiente iba a secuestrar a Carlos Mauro Hoyos, procurador general de la Nación”. Así, Pastrana se enteró del episodio que paradójicamente sería clave para su liberación.

Años después, en prisión, el expresidente cuya profesión es periodista fue a entrevistar a su secuestrador, allí Popeye le pidió perdón personalmente por haberlo raptado.

Algo similar sucedió con otro famoso secuestrado del Cartel de Medellín, Francisco Santos Calderón, quien en 1990, año de su secuestro, era editor del periódico El Tiempo.

Santos, que sería el vicepresidente de Álvaro Uribe Vélez durante los dos periodos que estuvo en el poder (2002-2010), fue retenido por Escobar y sus sicarios durante ocho meses. Popeye de nuevo fue uno de los responsables de su tiempo en cautiverio y años después en 2012 fue entrevistado por su víctima. “Cuando le secuestramos, estaba en un 99,9% muerto”, cuenta Santos que le dijo entonces.

El 25 de enero de 1988 el Procurador General de Colombia, Carlos Mario Hoyos, fue asesinado por la propia mano del jefe de sicarios del Cartel de Medellín, John Jairo Velásquez Vásquez, Popeye.

En su propia narración de los hechos, el confeso asesino recuerda: le hago el juicio y le pego tres o cuatro tiros. Busco un teléfono, llamo a Caracol Radio y digo que acabamos de ejecutar al Procurador, doy el sitio y logro centrar la atención de las autoridades para poder escaparme”.

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«Popeye» estaba «hospitalizado desde el pasado 31 de diciembre de 2019, y padecía un cáncer de estómago», dijo el Inpec en un comunicado en el que precisó que el fallecimiento ocurrió en el Instituto Nacional Cancerológico.

El asesino padecía la enfermedad en fase terminal y tenía metástasis en los pulmones, hígado y otros órganos.

Velásquez fue capturado el 25 de mayo de 2018, acusado de concierto para delinquir y extorsión.

«Popeye» nunca se arrepintió de sus numerosos crímenes, aunque estando en la cárcel se reunió con algunas de sus víctimas o familiares.

Siempre se jactó de ser el jefe de sicarios de Escobar y en sus antebrazos llevaba tatuada la frase «El general de la mafia», que le gustaba exhibir.

En varias entrevistas a medios locales aseguró que cuando mataba a una persona «no empezaba a sudar ni a fumar marihuana; lo mataba, me iba para la casa, me bañaba, me ponía a ver televisión y vivía normal porque soy un asesino profesional».

Antes de volver a prisión, «Popeye» estuvo más de 23 años en la cárcel, y en varias entrevistas manifestó que se había reintegrado en la sociedad.

«Popeye» nació en la población de Yarumal, Antioquia, fue uno de los más temibles asesinos del cartel de Medellín y sus acciones delictivas estuvieron ligadas a sucesos que en Colombia causaron gran consternación como el asesinato del excandidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, el atentado al avión de Avianca que dejó 107 muertos y la bomba al edificio de la policía secreta de Colombia.

Fuente: Infobae.com/ EFE