La movilidad del futuro es eléctrica y con menos vehículos propios

El futuro de la movilidad de seres humanos será eléctrico y cada vez con menos vehículos bajo propiedad de una sola persona. Así lo plantea el Centro de Innovación e Ingeniería para la Industria (CEIIA) basado en la localidad portuguesa de Matosinhos (Oporto, norte).

Ese fue el mensaje que quiso trasladar su director, Miguel Sá Pinto, a los jóvenes iberoamericanos del proyecto Vuelta al Mundo.

«Los jóvenes de mi época esperábamos cumplir 18 años para tener un coche, era lo único que queríamos, pero ustedes no quieren eso. Quieren servicios, transportes que permitan desplazarse de otra manera, cuidando del planeta», les dijo Sá Pinto a expedicionarios.

El CEIIA fue fundado en 1999 y ha trabajado junto a grandes marcas de coches como Ferrari o McLaren; también con compañías aeronáuticas como la brasileña Embraer para generar una tecnología más eficiente y responsable con el medio ambiente.

La empresa trabaja en tres ejes, mar y espacio, aeronáutica, automóvil y movilidad. Todos los anteriores atravesados por una mirada de preservación del medio ambiente y sostenibilidad.

De sus oficinas salió el primer auto eléctrico portugués, llamado Buddy, desarrollado en 2009. Una empresa holandesa se encargó de venderlo en su país.

«Nos decían que estábamos locos, que no había mercado para venderlo, pero fuimos creciendo y desarrollamos los cargadores, los puntos de carga…», explicó.

No necesitamos vehículos individuales

El director del centro insistió en que actualmente no necesitamos un vehículo privado para cada persona. Recordó que existen alternativas para desplazarse distintas al coche privado y el transporte público.

«En el futuro no puede haber coches en propiedad, el automóvil del futuro será compartido en uso y en propiedad; no necesitamos tener vehículos que usemos una hora y estén ocho horas parados», ejemplificó.

A su juicio, lo que precisarán las generaciones actuales y futuras serán «servicios de calidad para moverse dentro de las ciudades». Se prevé que estas funcionen gracias a energías renovables tales como «el hidrógeno o la solar».

Ramón, un estudiante de Ingeniería Industrial, afirmó que este es un ejemplo real de innovación.

Es «un motivo de esperanza» de que una empresa de innovación pueda existir fuera de las grandes potencias tecnológicas.

«No está en Estados Unidos o en China, está en Portugal, aquí al lado de España y trabaja gente joven, de unos años más que yo, que habrán estudiado cerca y pueden desarrollar su carrera sin tener que irse de su país», aplaudió el joven. EFE

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