Lula y Boric presentes en el último adiós a Mujica en Uruguay

Actualizado 12:50

Montevideo, AFP |

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par chileno, Gabriel Boric, arribaron este jueves 15 de mayo de 2025 a Uruguay para dar el último adiós al exmandatario José Mujica, líder de la izquierda latinoamericana fallecido el martes.

La llegada de los presidentes sumó un tono político a los homenajes, que comenzaron el miércoles con un emotivo cortejo fúnebre seguido por miles en las calles de Montevideo.

Entre aplausos, flores y cánticos, los simpatizantes tiñeron el centro de la capital uruguaya con el rojo, azul y blanco de las banderas del Frente Amplio, partido de Mujica. Luego hicieron largas filas para ver el féretro en el Palacio Legislativo, donde se montó una capilla ardiente. 

Los dos mandatarios se abrazaron con su homólogo uruguayo Yamandú Orsi y con Topolansky, antes de acercarse al ataúd en silencio. Luego se sentaron en un espacio habilitado para las personalidades políticas y familiares de Mujica.

Lula y Boric, aliados de la izquierda latinoamericana, estaban en Pekín participando del Foro Ministerial China-Celac cuando recibieron la noticia de su muerte.

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«Un vacío muy grande»

Desde la mañana, y por segundo día, miles de uruguayos hicieron largas filas camino a la capilla ardiente. Algunos con flores en sus manos, otros con banderas en los hombros, simpatizantes de Mujica de todas las edades hacían su duelo.

«No me voy, estoy llegando», rezaba en la explanada del parlamento una bandera gigante del Movimiento de Participación Popular (MPP), agrupación política de Mujica y sector de la izquierda más votado en el país, de 3,4 millones de habitantes.

A pocos metros, puestos callejeros vendían choripán (sándwich típico rioplatense), bebidas, banderas de la izquierda y llaveros con el rostro del «Pepe».

«Fue un líder, un caudillo, con una forma de vida que no es normal en la política«, dijo a la AFP el jubilado Roberto Pérez, emocionado.  Con su forma de ser «nos dejó un legado acá y a nivel mundial y deja un vacío muy grande», dijo antes de entrar al Palacio.

Referente, legado: dos palabras que se repiten una y otra vez para definir a Mujica, conocido mundialmente por su estilo de vida austero, su lenguaje llano y su prédica anticonsumista.

Para Aurea Nascimento, una turista brasileña que se acercó a la capilla ardiente con una flor en la mano, Mujica era digno de admiración. 

«No era un político común, era un filósofo, un humanista, entrega valores que son universales y diferentes a los que estamos acostumbrados a ver en personas con poder».

Despedida anunciada

Desde que el actual presidente Orsi, delfín de Mujica, anunció por la red X su fallecimiento, el país inició lo que era una despedida anunciada. 

El exmandatario atravesaba la fase final de un cáncer de esófago, diagnosticado un año atrás. La esperanza de «Pepe» y su entorno era que pudiera llegar a los 90 años, el 20 de mayo. 

Este jueves será el último día de la capilla ardiente. En su mandato como presidente (2010-2015), Mujica se caracterizó por romper los esquemas de sus predecesores.

A su discurso llano, estilo campechano y alejado del protocolo, el izquierdista sumó durante sus años de presidente reformas y decisiones que marcaron al país de 3,4 millones de habitantes.

La más novedosa fue el impulso que dio a la legalización de la marihuana con un inédito plan que puso al Estado a manejar el cannabis desde la producción hasta la comercialización.

También tomó otras decisiones polémicas como recibir presos de Guantánamo, a pedido de Estados Unidos, y a refugiados sirios.

Ese espíritu contra lo establecido lo llevó en su juventud a ser uno de los líderes de la guerrilla urbana Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) y soportar a manos de la dictadura 13 años de prisión en condiciones infrahumanas. 

Al finalizar, los restos de Mujica serán cremados en una funeraria. Mujica falleció el martes a los 89 años tras luchar contra un cáncer de esófago diagnosticado un año atrás.

Murió acompañado por su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky, en la humilde casa de la pareja en la zona rural de Montevideo.  

Cuando anunció a principios de este año que el cáncer se había extendido, Mujica reveló su voluntad de ser enterrado en su jardín, junto a los restos de su perra, bajo un árbol que él mismo plantó. 

Lula y Boric estaban en Pekín participando del Foro Ministerial China-Celac cuando recibieron la noticia de su muerte.

«Conozco a mucha gente, conozco a muchos presidentes, conozco a muchos políticos, pero ninguno de ellos puede igualar la grandeza del alma de Pepe Mujica. Fue realmente una figura excepcional«, afirmó Lula desde la capital china, visiblemente emocionado.

Boric también le dedicó un emotivo mensaje. «Pepe querido, te imagino partiendo preocupado por la ensalada amarga que hay hoy en el mundo. Pero si algo nos dejaste fue la esperanza incombustible de que es posible hacer las cosas mejor«, escribió el chileno en las redes. 

Los dos presidentes visitaron a Mujica en los últimos meses en tono de despedida. 

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