Nueva Zelanda no tiene ningún paciente ingresado por COVID-19

Nueva Zelanda no tiene a ninguna persona hospitalizada por la COVID-19 tras haber dado de alta al último paciente ingresado y después de cinco días en los que no se ha detectado caso alguno del nuevo coronavirus, informó este miércoles el Gobierno.

«Creo que ésta es la primera ocasión, probablemente, al menos en un par de meses, en la que no tenemos a nadie en el hospital (por la COVID-19), así que estamos en una buena situación»

Señaló el director general de sanidad, Ashley Bloomfield, durante su comparecencia diaria para explicar la evolución de la pandemia.

Nueva Zelanda ha acumulado desde el principio de la pandemia 1.154 casos confirmados de pacientes con el coronavirus, de los cuales permanecen enfermos 21 y han fallecido otros 21.

Según Bloomfield, los laboratorios han procesado un total de 267.435 pruebas en el país de casi 5 millones de habitantes.

El Gobierno neozelandés impuso a finales de marzo unas medidas de confinamiento que fueron consideradas entre las más estrictas del planeta.

En las últimas dos semanas ha reabierto escuelas, bares y otros establecimientos tras haber declarado que había ganado la batalla contra la pandemia.

Al igual que en otros países se sigue manteniendo normas de distanciamiento social y el nivel 2 de alerta.

Por otro lado, las autoridades del país anunciaron el martes que ha asignado 37 millones de dólares neozelandeses (22,9 millones de USD) de su presupuesto a los esfuerzos para crear, producir y distribuir una vacuna contra la COVID-19, de los cuales 20 millones de NZD (12,3 millones de USD) irán destinados a la investigación internacional.

¿Qué hizo Nueva Zelanda?

  • Cuarentena de todos los viajeros que llegaban del extranjero desde el 15 de marzo, al igual que el aislamiento obligatorio en el país.
  • Cuatro días después de conocer los primeros casos cerraron fronteras
  • Nadie podía salir de casa, excepto a comprar víveres o medicinas
  • Solo se permitía el contacto en la «burbuja» del hogar
  • Solo los empleados de servicios esenciales podían estar en las calles
  • Estrategia efectiva de comunicación para fomentar la higiene
  • Detección rápida a través de pruebas generalizadas