Policía de EE.UU se burlan de un preso mientras lo asfixian

Un policía de una cárcel de Tennessee (EEUU) se burló de las quejas de un preso, que acabó falleciendo, de que no podía respirar mientras era inmovilizado por los otros agentes, según puede apreciarse en un vídeo difundido en las últimas horas en medios de comunicación de Estados Unidos.

En la grabación se puede ver al reo William Jennette, de 48 años y de raza blanca, diciendo: «No puedo respirar«, a lo que una policía le responde: «No deberías poder respirar, estúpido».

Jennette acabó falleciendo en mayo de 2020 tras recibir «una paliza salvaje y por asfixia» en la prisión del Condado de Marshall (Tennessee), alega su hija, Dominique Jennette, en la demanda federal que ha presentado contra siete agentes.

Al hombre lo detuvieron por «ofensas no violentas contra miembros de la oficina del sheriff del condado de Marshall»; y estaba esperando comparecer ante un juez, cuando falleció bajo custodia de las autoridades.

VIDEO DE LA AGRESIÓN

El informe de la autopsia indica que Jennette «comenzó a pelear con los agentes», después de que los funcionarios entraran en su celda. Entonces, los policías lo rociaron dos veces con espray pimienta y lo inmovilizaran en el suelo.

El vídeo grabado por las cámaras de vigilancia de la cárcel y una corporal que llevaba un policía muestra al preso forcejeando con los agentes. Los policías lo golpean y lo rocían con el espray fuera de su celda.

Poco después se aprecia en la grabación que los funcionarios logran reducirlo en el suelo boca abajo y lo esposan.

En ese momento Jennette comienza a gritar «ayúdenme, me van a matar» y se queja de que no puede respirar.

Después de que una de las agentes se burla de él, otro policía aconseja que tengan cuidado que lo pueden asfixiar; a lo que un tercer funcionario, que tiene su rodilla sobre la espalda de Jennette explica que es por eso que no está presionando a la altura de sus pulmones.

YouTube video

El informe de la autopsia señala que se solicitó atención médica urgente y se le intentó reanimar cuando la cara del preso «cambió de color» tras la asfixia que le provocó el policía.

Finalmente, Jennette fue trasladado a un hospital, donde falleció poco después de su llegada.

La autopsia dice que «la causa de su muerte fue una intoxicación aguda con drogas», a la que «la asfixia» contribuyó; por eso concluye que «la forma en que falleció es coherente con un homicidio».