“Nos traen con el pase para reforzar la seguridad en la ciudad de Guayaquil, pero resulta que no hay espacio en los cuarteles y UPC para descansar de forma digna”. Este es el testimonio de un servidor de la Policía Nacional que llegó al Puerto Principal con el pase y asegura que debe buscar y pagar su alojamiento.
Byron Osejo policía en servicio pasivo sostiene que tener un lugar adecuado para descansar implica solo una cama, sino tener acceso a una ducha y espacios para hacer sus necesidades y no correr a otros lugares en busca de baños.
En enero de 2022 el Gobierno ofreció invertir 1.200 millones de dólares a la Policía, pero los primeros 11 millones tardaron ocho millones en desembolsarse.
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Los miembros de la fuerza pública siguen a la espera de chalecos, patrulleros, municiones y armas que se ofrecieron comprar. Y mientras se gestionan eso algunas Unidades de Policía han sido atacadas y las necesidades se incrementan.
En Nueva Prosperina, uno de los sectores más violentos de la ciudad, cuenta con 57 patrulleros asignados, de los cuales 47 están dañados. Y de los 10 que “funcionan”, ocho no operan por falta de gasolina.
Y la espera porque se reconstruyan las Unidades de Policía Comunitaria también continua.
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