Polonia impone nuevas restricciones tras registrar sus peores cifras en la pandemia

Una nueva batería de restricciones a la vida social y la actividad económica de Polonia entró en vigor este sábado, tras batirse en las últimas 24 horas el récord de nuevos contagios diarios.

Las calles en Varsovia, una de las ciudades con más casos, aparecían más vacías que de normal, con los establecimientos no esenciales y los centros comerciales cerrados, al igual que cines, teatros, galerías de arte y museos, como ordenan las medidas del «Freno de seguridad» del gobierno para atajar la pandemia.

Las tiendas de menos de 100 metros cuadrados han quedado limitadas a un cliente por cada diez metros cuadrados, y las de mayor tamaño, a un cliente por cada quince.

Tampoco escapan a las nuevas medidas los lugares de culto. En este país profundamente católico, las iglesias seguirán abiertas, pero el espacio se limitara a una persona por cada quince metros cuadrados. Los hoteles, por su parte, solo estarán abiertos para quienes viajen por motivos de trabajo.

Estas restricciones, que se prolongarán tres semanas, vienen a sumarse a las aprobadas en las últimas semanas -que limitaban ya la actividad de bares y restaurantes a las entregas para llevar- y pretenden evitar la adopción de medidas más contundentes.

Al anunciar este paquete, el primer ministro, Mateusz Morawiecki, advirtió que si estas medidas no surten efecto entre siete y diez días será precisa una «cuarentena nacional» que será «mucho más severa».

Además, desde el lunes las clases de educación primarias serán también a distancia, sumándose a las de secundaria y educación superior, que ya operan en remoto desde finales de octubre.

MÁXIMO DE INFECCIONES

Las restricciones empiezan a aplicarse el día en el que el Ministerio de Sanidad anunció un nuevo máximo de infecciones diarias, con 27.875 casos, que sigue al récord del jueves (27.143 casos) y al tercer mayor registro hasta la fecha, los 27.086 casos de este viernes.

Además se notificaron 349 muertes con o por covid-19 en las últimas 24 horas. Se trata del cuarto mayor registro del histórico, tras las cifras de este viernes (445), este miércoles (373) y este jueves (367).

Las medidas han sido recibidas con cierta comprensión entre parte de la ciudadanía polaca, pese a los inconvenientes que suponen. Malgorzata, por ejemplo, explica en declaraciones a Efe que para ella «no cambia nada». «De una manera u otra sigo yendo a trabajar, no trabajo a distancia, pero entiendo que para otros si va a haber dificultades, como por las escuelas cerradas», comenta.

Kasia por su parte considera que la situación «es estresante» y teme que llegue el «encierro total» porque «estar sentado entre cuatro paredes afecta psicológicamente». En su opinión, es mejor un cierre parcial ahora que tener que «llorar» en un mes o unas semanas» y «cerrar todo».

Para Kuba el problema no son tanto las medidas como la forma de comunicarlas. «Estamos de acuerdo en llevar mascarillas y lo entendemos. Lo que realmente me enfada es el método de realizar a cabo estas medidas. Que la información se publique a última hora y que ello no de tiempo a prepararse», dijo a Efe.

HOSPITALES SATURADOS

Pawel Grzesiowski, médico inmunólogo, explicó a Efe que las restricciones pretenden «disminuir los contagios» al quitar los «pretextos para salir».

«Los resultados se verán en dos tres semanas. Debemos tener paciencia para no provocar nuevas medidas mucho más opresoras si las actuales no tienen efecto. De momento vemos que las infecciones caigan. Debemos esperar el efecto de las limitaciones ya aprobadas», indicó.

En cuanto a la situación real en el país, Grzesiowski declara que, como en otros países, las cifras de infectados en base a test son «a la baja respecto a la línea de enfermos» porque hay muchos asintomáticos. «Por eso hay tanta gente en los hospitales o casos mortales. Hay una parte de la población a la que no se ha comprobado y no se ha hecho test», agregó.

Advirtió que el principal problema es que se agote la capacidad de los hospitales: «Esto se está dando ya en Polonia: ingresos tardíos de pacientes en hospitales, largos tiempos de espera de ambulancias y el traslado al hospital. En este momento necesitamos nuevas camas de hospital y hospitales temporales que acojan a los pacientes de las ambulancias y ofrezcan terapia».

EFE