Proyecto de Ley de Salud Mental: ¿por qué importa?

El 9 de febrero de 2023, el pleno de la Asamblea Nacional debatió el primer informe del proyecto de Ley de Salud Mental. La propuesta que analizó el Legislativo unifica ocho proyectos de ley y busca regular temas como la prevención del suicidio, la depresión, la salud mental comunitaria, y la salud mental en niñas, niños y adolescentes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a las tensiones de la vida y contribuir a su comunidad. Según el organismo, es un componente “integral de la salud y el bienestar”, que ayuda a mantener las capacidades individuales y colectivas. La salud mental es un derecho humano básico e indispensable.

Según el informe preparado por la Comisión del Derecho a la Salud y Deporte, el proyecto de Ley de Salud Mental, busca “cambiar e institucionalizar un nuevo modelo de atención de la salud mental”. Este nuevo modelo, dice el informe, debe promover la salud integral y el bienestar físico, emocional y relacional para prevenir la mortalidad, la morbilidad y la discriminación.

El informe explica que, históricamente, la salud mental ha sido “uno de los sectores de la salud pública más precarizados, desprotegidos y desprovistos”. Además, la salud mental ha sido invisibilizada y, según el informe, tampoco ha existido una preocupación y atención por parte del Estado”.

El proyecto de ley busca cambiar esta situación y establecer abordajes adecuados con tratamientos basados en evidencia y con personal idóneo.

Principales propuestas

Algunas de las principales propuestas del proyecto de Ley de Salud Mental son:

  1. Manejar la atención de la salud mental con un enfoque comunitario y de derechos humanos.
  2. Coordinar programas de prevención y promoción de la salud mental en el ámbito educativo.
  3. Asegurar programas de salud mental en el Sistema de Rehabilitación Social.
  4. Atender la salud mental de forma integral.
  5. Habilitar sistemas de atención de salud mental en toda la Red Pública Integral de Salud.

La salud mental en Ecuador

El Observatorio Social de Ecuador indicó que entre 2014 y 2019, en Ecuador hubo 5 300 suicidios y la pandemia de covid-19 elevó esas cifras. Se estima que solo durante los primeros meses del 2020 hubo 977 suicidios; la mayoría, dice el Observatorio, fueron casos de niños, niñas y adolescentes.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en 2020, el suicidio fue la segunda causa de muerte en niños y adolescentes de entre 10 y 19 años.

A pesar de las preocupantes cifras de suicidio en el país, Ecuador no tiene el número mínimo de psicólogos. En el Ministerio de Salud Pública hay 877 profesionales: 4,98 por cada 100 mil habitantes. La OMS recomienda que sean al menos nueve.

Además del déficit de personal, también hay un déficit presupuestario. Según el informe de la Comisión del Derecho a la Salud, el presupuesto asignado a la salud mental en el Ministerio de Salud “está por debajo de la mediana de países de la región”. En la actualidad, el presupuesto para salud mental equivale a no más del 1% de todo el presupuesto de salud. Y la mayor parte se usa para el mantenimiento del Hospital Psiquiátrico Julio Endara, el único de su tipo en el país.

Para los pacientes que necesitan medicación, el informe dice que, la disponibilidad de los psicofármacos es limitada. Y que uno de los mayores problemas es que la red pública no ofrece servicios de salud mental infanto-juvenil.

¿Por qué es importante esta ley?

El doctor Pablo Jiménez, psiquiatra y presidente de la Asociación Ecuatoriana de Psiquiatría de la filial Pichincha, dice que esta ley es importante porque “es urgente contar con legislación respecto a la salud mental”.

Según el médico, como no hay legislación, muchos de los trastornos de salud mental se abordan de manera irregular y hay personas que acceden a servicios no adecuados. Esto, explica Jiménez, podría empeorar los trastornos de algunas personas y por eso es urgente una regulación.

Adrián Díaz, asesor de familia, curso de vida y promoción de la salud de la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud en Ecuador, también considera que la ley es importante. La creación de una ley de salud mental en el país, dice, era una deuda histórica y por eso la propuesta actual es un avance muy significativo.

Juan Ayala, vicepresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Psiquiatría a escala nacional, dice que Ecuador es uno de los pocos países que no tiene una ley de salud mental y que es importante contar con una para poder mejorar la atención de las enfermedades mentales.

¿Qué está bien con el proyecto de ley?

El médico Pablo Jiménez dice que el primer borrador de la ley tiene muchas cosas buenas. Algo importante, explica, es que define que se trabajará con el modelo comunitario y que eso “muestra que la salud mental es un problema de la sociedad que involucra a todos”.

Jiménez también destaca que el proyecto tenga un enfoque de derechos humanos, de género y de movilidad humana porque significa que habrá más inclusión”.

Adrián Díaz, de la OPS/OMS Ecuador, también destaca que al tener un enfoque comunitario, la ley busca “superar el modelo manicomial, hospitalocéntrico para abordar la salud mental”. Díaz dice que la ley pretende que se deje de ver a esta área como algo de «locos» o como algo que requiere hospitalización e internamiento.

Según Díaz, esto es muy importante, pero asegura que para que el modelo comunitario funcione se debe abandonar el modelo actual. Díaz explica que si la ley se aprueba se debe hacer un compromiso para cerrar de a poco el Hospital Psiquiátrico Julio Endara. Si esto no se hace, dice el experto, se seguirá poniendo excusas para aplicar el modelo comunitario de atención.

El psiquiatra Juan Ayala dice que lo más básico de este proyecto de ley es que se busca dar una atención en salud mental “de forma integral con particularidad social, humanizada, y con el criterio gratuito”. También destaca que la ley facilitará el acceso a la atención de salud mental en todas las ciudades y ya no solo en las grandes urbes.

Aspectos que se pueden mejorar

Aunque los profesionales de la salud mental destacan los avances del proyecto de ley, también hay quienes opinan que se pueden hacer mejoras para el siguiente borrador. El psiquiatra Pablo Jiménez dice que “hay vacíos respecto a la atención de los trastornos mentales cuando ya son casos individuales”. Especifica que el abordaje de estos trastornos “debe estar más claro y los límites deben estar bien delimitados”.

También hace falta, dice Jiménez, definir qué rol cumple el psiquiatra, el psicólogo y el trabajador social para que así haya un mejor abordaje de los casos. Además, dice el psiquiatra Juan Ayala, se debe establecer que sean los psiquiatras quienes manejen y dirijan los procesos porque son quienes conocen la realidad de las personas con trastornos mentales.

El médico Pablo Jiménez dice también que “es absurdo pensar que no se va a necesitar más presupuesto para esta ley”. Por ello, sugiere que se debe analizar los mecanismos adecuados de financiamiento que permitan la contratación de más personal, la mejora de los servicios, entre otros programas que constan en el proyecto de ley.

Adrián Díaz, de la OPS, dice que una forma de cerrar la brecha de financiamiento “será reorientar y reoptimizar los recursos”.   

Y el médico Ayala señala que la ley debe promover que haya más psiquiatras en el país para satisfacer las necesidades de toda la población. “Actualmente tenemos dos por cada 100 mil habitantes pero se necesitan muchos más, sobre todo ahora después de la pandemia”.