Los negociadores de Gran Bretaña y la Unión Europea trabajaron durante la noche y hasta la mañana del día de Nochebuena para dar los últimos toques a un acuerdo comercial que debería evitar una ruptura económica caótica en Año Nuevo.
Tras resolver el miércoles las últimas discrepancias en materia de competencia y casi todos los asuntos de pesca, los negociadores revisaron cientos de páginas de textos legales que deberían convertirse en la base de su relación después del Brexit.
La pesca, un tema difícil
Como durante buena parte de los nueve meses de negociaciones, la cuestión de las flotas de la UE en aguas británicas fue lo más difícil y divisivo.
Sin embargo parece haberlo logrado, con los negociadores aún regateando cuotas para especies concretas cuando empezaba a amanecer.
Aun así, fuentes en ambos bandos dijeron que las largas y complejas negociaciones estaban a punto de concluir.
Esto mientras los negociadores, reunidos en la sede de la UE en Bruselas con cajas de pizza, trabajaban para entregar el texto a sus líderes el jueves.
Todo el mundo esperaba las comparecencias matinales del primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para anunciar el acuerdo.
Buscan el apoyo de toda la UE
Después, el texto se enviará a los 27 países de la UE para buscar un apoyo unánime, así como el visto bueno de la UE y los parlamentos británicos.
Pese a los avances, había aspectos clave de la relación futura entre el bloque de 27 países y su antiguo miembro que seguían envueltos en incertidumbre.
Pero dejaba su relación, mutuamente dependiente pero a menudo accidentada, en un escenario mucho más estable que una salida sin acuerdo.
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