El sueño es un factor determinante para el rendimiento académico de los niños

Por Patricia Armijo B. |

Dormir adecuadamente es primordial para realizar tareas de manera eficiente. Aplica tanto para niños como adultos, pero hay diferencias que se deben tomar en cuenta en cada caso.

El tiempo de sueño varía según la edad de las personas. Para los bebés recién nacidos son alrededor de 11 a 14 horas diarias. Mientras que para los niños entre 3 y 5 años lo recomendable es de 10 a 13 horas. Ya un poco más grandes, entre los 6 y 12 deben ser de 9 a 12 horas diarias.

Para los adolescentes de 13 a 18 años lo ideal es que duerman entre 8 y 10 horas por noche. Pero, lo ideal es que la hora de descanso empiece a las 21:00, ya que «es la hora pico de la hormona de crecimiento», según explica Christian Benavides, coordinador médico de Holding Médico, donde atiende una clínica del sueño.

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Es por eso que los adultos suelen incentivar a los niños a dormir temprano para que crezcan. De acuerdo con Benavides eso es así hasta que crecen y se convierten en adultos, entonces cuando duermen ya no crecen si no que descansan.

Con las vacaciones y el regreso a clases a los más pequeños del hogar se les pueden trastocar los horarios de sueño. Como resultado pueden presentar síntomas como irritabilidad y falta de concentración.

Benavides añade que, aunque no es una respuesta lineal, «estudios demuestran que los niños que no duermen bien pueden tener mayor riesgo a tener un aprendizaje diferente que el resto de chicos que si duermen correctamente». Incluso puede haber una relación entre no dormir bien y padecer depresión y ansiedad, entre otras patologías.

Por lo que si un niño no duerme adecuadamente, es posible que tenga dificultad para relacionarse con sus pares. También hay una tendencia a un aprendizaje menor a diferencia de los niños que sí duermen bien.

Problemas de sueño

Cualquier alteración al dormir es un problema para el adecuado desarrollo de las actividades. Hay hábitos que favorecen el momento del descanso.

Por ejemplo, Benavides recomienda mantener una habitación los más oscura posible. Evitar ventanas abiertas para que no ingresen ruidos. Así mismo, es preferible no usar dispositivos electrónicos, al menos, 15 minutos antes del descanso, y no dormir con el televisor o radio encendidos.

Si hay problemas recurrentes estos pueden necesitar atención médica y ser diagnosticadas. No todas necesitan medicación y pueden solucionarse con otras terapias.

Algunos de ellos pueden ser:

  • Ronquidos: roncar se asocia al trastorno apnea obstructiva del sueño. Aunque no siempre se trata de este problema, pero en los niños, puede reducir el período de concentración y causar problemas de comportamiento o bajo rendimiento en la escuela.
  • Apnea del sueño: es potencialmente grave. Sus principales síntomas son ronquidos fuertes, jadeo al respirar mientras duerme e insomnio.
  • Insomnio: la falta de sueño puede ocasionarse por la dificultad para conciliarlo o quedarse dormido. El estrés puede ocasionar insomnio y suele durar unos días o semanas antes de convertirse en crónico por su larga duración.
  • Síndrome de piernas inquietas: consiste en la necesidad de mover las piernas por una sensación de incomodidad. Puede incluir movimientos involuntarios en las noches y empeora con la edad.
  • Narcolepsia: es un problema del sistema nervioso que cusa excesiva somnolencia. Puede provocar en los niños obesidad, mala conducta y dificultades para socializar.
  • Bruxismo: se trata de apretar los dientes y hacerlos rechinar mientras duerme. Esto provoca el desgaste de las piezas dentales y sus causas no han sido determinadas.
  • Parálisis del sueño: son episodios en los que la persona no puede moverse ni hablar. Suele suceder al despertar o acostarse y está relacionado a la falta de sueño y estrés.
  • Hipersomnia idiopática: es el sueño excesivo y no existe una causa clara. A diferencia de la narcolepsia, este trastorno no incluye ataques de sueño.
  • Terror nocturno: son episodios de gritos, miedo intenso y agitación del cuerpo al dormir. A menudo están relacionados con el sonambulismo. A diferencia de las pesadillas, los niños no recuerdan lo ocurrido al día siguiente.
  • Sonambulismo: se trata de levantarse y caminar mientras está dormido. Generalmente es un problema que se supera antes de los 10 años.
  • Catatrenia: incluye inhalar profundamente y contener la respiración. Después exhalar emitiendo un sonido similar a un gemido o un chillido largo.
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