Terapistas argentinos al borde del colapso por el Covid-19

La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) advirtió que los profesionales están al límite de sus fuerzas debido a que atienden a un número creciente de pacientes con COVID-19.

Lo hacen con recursos humanos limitados, mientras el gobierno reconoció una mayor “tensión” en el sistema de salud.

En un escrito difundido el martes por la noche, la SATI expresó que los profesionales de esa especialidad sienten que están “perdiendo la batalla”.

Esto pese al refuerzo del sistema sanitario argentino desde que la pandemia impactó en el país hace seis meses y pidió a la sociedad que sea más responsable con sus hábitos para frenar los contagios.

Los terapistas al límite de sus fuerzas

“A diferencia de las camas y los respiradores, los trabajadores de terapia intensiva no pueden multiplicarse. Ya éramos pocos antes de la pandemia y hoy nos encontramos al límite de nuestras fuerzas, raleados por la enfermedad, exhaustos por el trabajo continuo e intenso, atendiendo cada vez más pacientes”, dijo la SATI, para la cual “el sistema de salud está al borde del colapso”.

Y se quejaron de que deben trabajar en más de un lugar “para llegar a fin de mes” y que ganan “sueldos increíblemente bajos, que dejan estupefactos a quienes escuchan cuál es nuestro salario”.

Nuevos contagios

El gobierno informó el miércoles que la víspera se contabilizaron 10.504 nuevos contagios y que desde que comenzó la pandemia se han registrado más de 428.000 contagios y cerca de 9.000 muertos.

Argentina es actualmente el décimo país del mundo con más contagios, según la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud, por detrás en la región de Estados Unidos, Brasil, Perú, Colombia y México.

Más de 2 300 en terapia intensiva

El Ministerio de Salud argentino informó que 2.314 personas están internadas en terapia intensiva.

“Este número ha aumentado y de nuevo a expensas de las provincias que están aumentando la cantidad de casos”, dijo la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti,

La funcionaria reconoció que el personal de salud está agotado, “sobre todo en las zonas con mayor cantidad de ocupación de camas”.

El Ministerio de Salud sostiene que en los últimos días se está registrando “tensión” en el sistema sanitario de al menos siete provincias por el aumento de los contagios.

El porcentaje de ocupación general de camas de terapia intensiva en el país es de 61 %.

La tasa de mortalidad

Sin embargo, la tasa de mortalidad de 197 personas por cada millón de habitantes “se mantiene relativamente baja” porque el sistema de salud “dio respuestas hasta ahora” y porque se enfatizó el cuidado de las personas mayores de 60 años, según el ministerio.

Los terapistas también se lamentaron de las crecientes pérdidas de personal infectado, “colegas y amigos caídos que nos duelen, que nos desgarran tan profundamente”.

La región de las Américas tiene la mayor tasa de personal sanitario afectado por COVID-19 en todo el mundo:

Cerca de 570.000 médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud se han enfermado y 2.500 han muerto, según informó el miércoles la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Una alerta epidemiológica

Una alerta epidemiológica de la OPS del 31 de agosto indicó que se notificaron en Argentina un total de 16.194 casos confirmados de COVID-19 entre el personal de salud. La mayor proporción de los casos se observó en los grupos de edad de 29 a 39 años (39%).

La SATI señaló además que se observa en las calles cada vez más gente “que quiere disfrutar, que reclama sus derechos” e instó a una mayor responsabilidad para mantener el distanciamiento social y “no desafiar al virus, porque el virus nos está ganando”.

Las autoridades han advertido sobre la necesidad de evitar las reuniones sociales en lugares cerrados durante la cuarentena, vigente desde el 20 de marzo y que es considerada una de las más severas de la región pese a que se ha flexibilizado con el correr de los meses.

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El hartazgo de la sociedad con las restricciones se ha evidenciado en la celebración de reuniones familiares y fiestas clandestinas que han disparado los casos.

AP