Tiempo de calidad con los niños hace adultos seguros e independientes

Por Redacción Transmedia Digital|

La sociedad actual exige a los padres trabajar para tener mejores condiciones de vida. Para quienes tienen hijos pequeños esto genera un conflicto sobre los momentos que pueden compartir con los niños. Según los expertos, el tiempo y atención de calidad que se da en la primera infancia forma niños más seguros e independientes en el futuro.

María Isabel Yánez, fundadora del centro Savia Materna, explica que es determinante el vínculo que papá y mamá puedan generar desde el nacimiento, ya que esto es una impronta en el cerebro del bebé y determinará su crecimiento. La relación debe afianzarse durante los primeros 1.000 días de nacidos para que el desarrollo sea más exitoso.

Estudios sobre neurodesarrollo indican que los primeros 400 días de vida son los que definen el desarrollo psicológico y emocional de una persona. En ese contexto es necesario que se generen vínculos emocionales seguros. Según Yánez, en caso de no estar disponibles los progenitores, la idea es crear una figura primaria que dé contención al pequeño.

Con un apego positivo, los niños entienden que el mundo es un lugar seguro y apagan sus alertas para dedicarse a explorar su entorno sin miedo. Sin embargo, cuando no existe esta condición, los niños no disfrutan el entorno, ni desarrollan sus capacidades a plenitud.

En tanto, un niño que no recibe apoyo emocional de ningún tipo vivirá en un constante estado de alerta y miedo que no le permitirá conocer su entorno de forma correcta, dice la experta. Mayra Díaz, psicóloga clínica, coincide con ese criterio y precisa que los niños requieren bases emocionales estables para un mejor desarrollo.

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Tiempo de calidad

Ambas especialistas creen que, por el ritmo de vida actual, es necesario que el tiempo que los padres comparten con los hijos sea de calidad. Es fundamental encontrar un equilibrio para que los hijos no se sientan descuidados y desprotegidos en ningún momento, aseguran.

Según dicen, uno de los errores comunes de los padres es que, al momento de compartir con los hijos, tienen su mente enfocada en otra actividad. Por eso no pueden prestar atención a todo lo que el niño quiere transmitir y esto lo hace sentir menos importante. Las expertas dicen que esa conducta debilita el vínculo poco a poco.

Yánez precisa que en el bienestar del niño influyen varios factores: lo que ve, lo que escucha y lo que siente. Por tanto, en el proceso de desarrollo debe sentirse validado en sus emociones y crecer en un entorno lleno de amor y cuidados.

“Solo por medio del juego, del aprendizaje, del afecto, ese niño va a sentir seguridad y en el futuro será un ser humano que confía en papá y mamá. En la adultez generará lazos de estabilidad emocional y, por lo tanto, sociedades más sanas y seguras”, dice.

Añade que los niños que se desenvuelven en un entorno hostil, con gritos, golpes o violencia, son más propensos a reproducir esos comportamientos en el ámbito escolar y en su vida adulta.

Las especialistas explican que para evitar estas situaciones lo óptimo es cultivar el amor, respeto y empatía en los hogares. Además, reconocer cada logro de los niños por más pequeño que sea, ya que eso ayudará a afianzar su autoestima y amor propio.

“Vivimos en un mundo huracanado, pero es importante entender que si damos presencia se puede acentuar en nuestros hijos seguridad, autonomía y más adelante, la independencia”, señaló.

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