Trump dice que toma hidroxicloroquina para prevenir COVID-19

El presidente Donald Trump dijo el lunes que está tomando un medicamento contra la malaria para atenuar los síntomas en caso de que contraiga el nuevo coronavirus, a pesar de que no se ha demostrado que el fármaco sea eficaz contra el COVID-19.

Trump dijo a los reporteros ha estado tomando hidroxicloroquina y un suplemento de zinc todos los días “durante ya una semana y media”. El mandatario pasó semanas promoviendo el fármaco como una cura potencial contra el COVID-19, contradiciendo las recomendaciones de muchos de los principales asesores de salud de su gobierno. El medicamento puede causar importantes efectos secundarios en algunos pacientes y no se ha demostrado que combata al nuevo coronavirus.

Trump dijo que su médico no le recomendó el fármaco, pero que se lo solicitó al doctor de la Casa Blanca.

“Comencé a tomarlo porque creo que es bueno”, declaró. “He escuchado muchas cosas buenas”.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) advirtió el mes pasado a los profesionales de la salud que dicho fármaco no debe ser utilizado fuera de hospitales o de pruebas clínicas debido a que puede tener efectos secundarios de gravedad. Los reguladores emitieron la alerta después de recibir reportes de problemas cardiacos por su uso, incluyendo decesos, de algunos proveedores de servicios de salud.

El mandatario restó importancia a los reportes de efectos secundarios: “Lo único que puedo decirles es que, hasta ahora, me siento bien”.

Trump promovió reiteradamente el medicamento antimalárico hidroxicloroquina solo o en combinación con el antibiótico azitromicina, pero ningún estudio grande y riguroso ha indicado que sean seguros o efectivos para evitar o tratar el COVID-19.

Dos importantes estudios de observación, cada uno con cerca de 1.400 pacientes en Nueva York, reveló recientemente que no existen beneficios por el consumo de hidroxicloroquina. Otros dos reportes publicados el jueves en la revista médica BMJ llegaron a las mismas conclusiones.

En uno de los estudios, realizado por investigadores franceses, se administró el fármaco a 84 pacientes hospitalizados, y a otros 97 se les brindó el tratamiento habitual. No hubo diferencias en las probabilidades de muerte, necesidad de terapia intensiva o el desarrollo de un cuadro severo.

El otro estudio, en China, fue una prueba estricta: 150 adultos hospitalizados con la enfermedad en etapa leve o moderada, a los que se les asignó aleatoriamente la hidroxicloroquina o el tratamiento habitual. El fármaco no marcó una diferencia en las tasas ni en el tiempo de recuperación, pero sí provocó mayores efectos secundarios.