Dalái lama celebra sus 90 años con ceremonia multitudinaria y un plan para desafiar a China
La celebración de los 90 años de dalái lama fue una demostración de unidad y fuerza espiritual. Antes de su cumpleaños lanzó un plan.

El líder espiritual del budismo tibetano, el Dalai Lama, celebró su 90 cumpleaños en el templo tibetano de Tsuglagkhang.
EFE
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Actualizada:
06 jul 2025 - 08:22
El dalái lama cumplió 90 años, este domingo 6 de julio del 2025, arropado por miles de fieles en la capital de su exilio, la ciudad india de Dharamshala. La celebración ha servido de plataforma para lanzar un renovado plan: asegurar la continuidad de su linaje, defender la causa del Tíbet durante cien años más y desafiar el control de China.
La jornada en Dharamshala, en el Himalaya indio, ha sido una mezcla de devoción, misticismo y estrategia política. Desde primera hora, un mar de túnicas granates de monjes y monjas, junto a peregrinos tibetanos y seguidores occidentales, colmó por completo el complejo del templo Tsuglagkhang, hogar del dalái lama.
"Nunca hemos visto a alguien que encarne totalmente el desinterés, el amor completo, la compasión y la sabiduría. Nunca hemos visto un ser humano como este", dijo el actor estadounidense Richard Gere, amigo y discípulo del líder tibetano, durante la celebración.
El actor, que esta semana ha hecho múltiples apariciones intentando revivir la "tibetmanía" que inspiró Hollywood en los 90, aseguró la fortaleza física y mental del líder tibetano que a pesar de su edad camino entre la multitud de fieles y se dirigió a la audiencia con su carisma habitual.
Pero bajo el júbilo de la celebración, en Dharamshala subyace una corriente de nostalgia. La nostalgia por un Tíbet libre que la mayoría de los presentes nunca ha visto y que los más ancianos recuerdan con una claridad dolorosa.
Este enclave, con sus monasterios y sus tiendas vendiendo recuerdos del Palacio de Potala, es en sí mismo un acto de memoria; un esfuerzo colectivo de más de seis décadas para reconstruir un mundo perdido en una ladera india. Es esa memoria, aferrada con tanta fuerza, la que alimenta la lucha política y la devoción por el hombre que la encarna.

'Plan tibetano'
El plan tibetano, forjado durante esta semana de alta tensión, se basa en la decisión del propio dalái lama de que la institución que lleva su nombre continuará tras su muerte y que solo una fundación de su confianza, la Gaden Phodrang Trust, gestionará la búsqueda de su reencarnación.
El órdago del dalái lama a Pekín se materializó en la víspera de su cumpleaños, con su vaticinio de que espera vivir "otros 30 o 40 años más", desarmando la aparente estrategia china de simplemente esperar su fallecimiento.
Este factor se entiende mejor al recordar el precedente del panchen lama, cuya reencarnación reconocida por el dalái lama fue secuestrada por China en 1995 para imponer a su propio candidato.
Toda esta estrategia se desarrolla en un complejo escenario de cautela internacional, con tímidos apoyos a la santidad budista. Solo Estados Unidos y la anfitriona India emitieron declaraciones oficiales de felicitación.
En el acto central de este domingo, el dalái lama evadió la política, pese al tono desafiante de sus demás mensajes esta semana. En cambio se centró en la gratitud y en la "bodhichitta", la mente del despertar.
Con los deberes políticos ya ejecutados, la celebración de sus 90 años fue, precisamente más bien una demostración de unidad, fuerza espiritual y la serena confianza en un futuro que, aseguran, ellos mismos controlarán.
El testamento político del dalái lama
La semana se puede analizar a través de cinco grandes movimientos que redefinieron el escenario político en la disputa con China:
1. El detonante controlado
Todo comenzó con el propio dalái lama. Días antes del festejo, anunció que su linaje continuaría y que su círculo privado gestionaría el proceso, poniendo fin a la tesis de que él seria el último dalái lama, una institución de 600 años. El sucesor puede ser de cualquier género y su nacionalidad no estará limitada al Tíbet.
El anuncio, en las vísperas de su cumpleaños, aseguró la máxima atención mediática.
2. La demostración de fuerza
La respuesta inmediata fue la convocatoria de un cónclave, una reunión de los jefes de todas las escuelas del budismo tibetano como un acto de ratificación. Los altos lamas proyectaron una imagen de unidad sin precedentes y enviaron un mensaje a Pekín de que, frente a la amenaza exterior, la diversa cúpula religiosa está unificada tras una sola estrategia.
3. La ofensiva dialéctica
La estrategia acordada marcó un cambio de táctica. En entrevistas y comunicados, el Sikyong (líder político), Penpa Tsering, abandonó el tradicional tono diplomático por una confrontación directa. Su desafío a que China "busque la reencarnación de Mao Zedong" o su cuestionamiento histórico de la "Urna de Oro" fueron parte del mensaje para desmontar los argumentos de Pekín en el escenario público.
4. El telón diplomático
Esta estrategia se desarrolló con un significativo silencio internacional. Aparte de la anfitriona India y de Estados Unidos, que emitió una nota de apoyo a la sucesión, la mayoría de las potencias mundiales evitaron las felicitaciones oficiales.
Esta no reacción tiene de fondo el llamado "efecto dalái lama": el temor a las represalias económicas de China, que ha conseguido aislar diplomáticamente al líder tibetano y poner un alto precio a cualquier gesto de apoyo.
5. El acto final: el testamento en vida
Los discursos del dalái lama durante el fin de semana redondearon el mensaje. Su vaticinio de que espera vivir "otros 30 o 40 años más" es visto como un mensaje China que espera su muerte para nombrar un sustituto.
Un mensaje final este domingo, con una tarta y rodeado del exilio, centrado en la compasión y la gratitud, reiteró su discurso espiritual incontestable.
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