El Papa reclama trabajos dignos y seguros en la Misa del Gallo

El papa Francisco conmemorĆ³ hoy el nacimiento de Cristo en la Misa del Gallo y llamĆ³ a atender a los mĆ”s desfavorecidos, unidad en la Iglesia y dignidad en el Ć”mbito laboral: Ā«Ā”No mĆ”s muertes en el trabajo!Ā», exclamĆ³ ante cientos de fieles que regresaron a la basĆ­lica de San Pedro.

Ā«Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo. Nos recuerda quĆ© importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero tambiĆ©n dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es seƱor y no esclavo del trabajo. En el dĆ­a de la Vida repitamos: Ā”No mĆ”s muertes en el trabajo! Y esforcĆ©monos por lograrloĀ», pidiĆ³.

La Misa de Gallo

Francisco oficiĆ³ la Misa del Gallo en una basĆ­lica que este aƱo acogiĆ³ a unos 1.500 fieles en uno de los ritos mĆ”s importantes del calendario litĆŗrgico, pues el aƱo pasado lo celebrĆ³ solo ante unas pocas personas a causa de la pandemia.

En su homilĆ­a, recordĆ³ que JesĆŗs de Nazaret naciĆ³ como Ā«un niƱo pobre envuelto en paƱalesĀ» rodeado de pastores que trabajaban cuidando de su rebaƱo: Ā«Este es el mensaje: Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeƱez. La pequeƱez es el camino que eligiĆ³ para llegar a nosotrosĀ», apuntĆ³.

El papa se preguntĆ³ si el mundo ha sabido acoger ese camino, el de la Ā«pequeƱezĀ», para despuĆ©s lamentar que en los tiempos que corren Ā«Dios baja y nosotros queremos subir al pedestalĀ».

Una homilĆ­a para los fieles del mundo

Ā«Acoger la pequeƱez tambiĆ©n significa abrazar a JesĆŗs en los pequeƱos de hoy; es decir, amarlo en los Ćŗltimos, servirlo en los pobres (…) Que en esta noche de amor nos invada un Ćŗnico temor: herir el amor de Dios, herirlo despreciando a los pobres con nuestra indiferenciaĀ», advirtiĆ³.

Pero Francisco no solo se dirigiĆ³ en su homilĆ­a a los fieles del mundo, sino tambiĆ©n a la propia jerarquĆ­a del Cristianismo, llamando a la Ā«unidadĀ» y a practicar la caridad.

Mire tambiƩn

Porque en el Portal de BelĆ©n, explicĆ³, ademĆ”s de los pastores, tambiĆ©n estĆ”n los Ā«eruditos, los ricos y los magosĀ».

Ā«Queridos hermanos y hermanas, volvamos a BelĆ©n, volvamos a los orĆ­genes: a lo esencial de la fe, al primer amor, a la adoraciĆ³n y a la caridad (…) Que Dios nos conceda ser una Iglesia adoradora, pobre y fraterna. Esto es lo esencial. Volvamos a BelĆ©nĀ», instĆ³.

EFE