La primera ciudad de Ucrania en caer bajo control ruso

Se intensifica la escalada rusa en Ucrania, donde JersĆ³n se convirtiĆ³ en la primera ciudad de ese paĆ­s en caer bajo control de Rusia. Mientras tanto el Ć©xodo de refugiados ucranianos aumenta y ya suman mĆ”s de un millĆ³nĀ  de personas en menos de una semana, segĆŗn datos de la ONU

TESTIMONIOS

Los soldados rusos han tomado totalmente con militares y vehĆ­culos blindados pesados la ciudad de JersĆ³n, en el sur de Ucrania, y roban comida en las tiendas, relatĆ³ hoy una vecina de la urbe, que dijo tener Ā«miedoĀ» y estar Ā«muy nerviosaĀ» por la ocupaciĆ³n.

Ā«Por la noche vi desde mi ventana cĆ³mo los soldados rusos saqueaban las tiendas y se llevaban la comida. Ā”Ladrones!Ā», comentĆ³ por telĆ©fono una residente de JersĆ³n de 68 aƱos que prefiriĆ³ guardar el anonimato.

El Ministerio ruso de Defensa informĆ³ horas antes de que las tropas rusas se habĆ­an hecho con el control de la ciudad de cerca de 300.000 habitantes situada junto al rĆ­o DniĆ©per y a orillas del mar Negro.

SegĆŗn la testigo, mĆŗsica de profesiĆ³n, su barrio Ā«estĆ” totalmente ocupado por militares rusos y blindados pesadosĀ».

Ā«Los militares rusos quitaron las banderas ucranianas de los edificios gubernamentales en la Plaza de la Libertad, pero los habitantes de la ciudad las levantaron, no se asustaron y comenzaron a ondearlas frente a ellosĀ«, afirmĆ³.

La testigo, que vive en las cercanĆ­as de la plaza, afirma que Ā«hay transportes blindados rusos en todas las esquinas, de dos en dosĀ».

Ā«Se trata de muchos ocupantes rusos, los veo desde la ventana y veo tambiĆ©n mucho equipamiento militarĀ», indicĆ³.

Ā«Tenemos miedo. Mi marido y mi hermano son ancianos. Todos en JersĆ³n necesitamos ayuda: medicinas, alimentos. En casa nos quedan dos hogazas de pan y otros alimentos que logramos comprarĀ», relata.

Tras la ocupaciĆ³n rusa las tiendas estĆ”n cerradas.

Ā«Pronto se nos acabarĆ”n en casa la carne, el pescado y las pastas. No sĆ© quĆ© haremos despuĆ©s, quĆ© comer. Se nos acaban las reservas de agua potableĀ», aƱade.

Comenta que saliĆ³ junto a la vecina a pasear al perro.

Ā«Ella se acercĆ³ al militar ruso y le preguntĆ³ quĆ© hacĆ­an y a quĆ© habĆ­an venido. El soldado le respondiĆ³ que ‘esperaba Ć³rdenes’ y le pidiĆ³ que se retirase. Ā”Estamos muy nerviosas! Ā”El mundo debe enterarse de estoĀ», afirmĆ³ con voz temblorosa.

TambiĆ©n contĆ³ que un anciano Ā«se acostĆ³ en la calle, en un intento de impedir el paso de un blindado. Un soldado ruso saliĆ³ del vehĆ­culo, golpeĆ³ varias veces al hombre y lo echĆ³ a un ladoĀ».

Ā«El blindado siguiĆ³ adelante y el hombre, con el rostro ensangrentado, se fue dando tumbosĀ», comentĆ³.

Y enseguida dice nerviosa: Ā«Escucho cerca explosionesĀ».

Ā«AllĆ” abajo acaba de pasar un blindado ruso. Mejor me separo de la ventana, porque tengo miedoĀ», dice, y cuelga el mĆ³vil.