Se intensifica la escalada rusa en Ucrania, donde JersĆ³n se convirtiĆ³ en la primera ciudad de ese paĆs en caer bajo control de Rusia. Mientras tanto el Ć©xodo de refugiados ucranianos aumenta y ya suman mĆ”s de un millĆ³nĀ de personas en menos de una semana, segĆŗn datos de la ONU
Los invasores rusos tomaron el control de JersĆ³n, una ciudad portuaria clave del sur de Ucrania https://t.co/1vdW9yogQC pic.twitter.com/nD0eJMPyH5
— Infobae AmĆ©rica (@infobaeamerica) March 2, 2022
TESTIMONIOS
Los soldados rusos han tomado totalmente con militares y vehĆculos blindados pesados la ciudad de JersĆ³n, en el sur de Ucrania, y roban comida en las tiendas, relatĆ³ hoy una vecina de la urbe, que dijo tener Ā«miedoĀ» y estar Ā«muy nerviosaĀ» por la ocupaciĆ³n.
Ā«Por la noche vi desde mi ventana cĆ³mo los soldados rusos saqueaban las tiendas y se llevaban la comida. Ā”Ladrones!Ā», comentĆ³ por telĆ©fono una residente de JersĆ³n de 68 aƱos que prefiriĆ³ guardar el anonimato.
El Ministerio ruso de Defensa informĆ³ horas antes de que las tropas rusas se habĆan hecho con el control de la ciudad de cerca de 300.000 habitantes situada junto al rĆo DniĆ©per y a orillas del mar Negro.
SegĆŗn la testigo, mĆŗsica de profesiĆ³n, su barrio Ā«estĆ” totalmente ocupado por militares rusos y blindados pesadosĀ».
Ā«Los militares rusos quitaron las banderas ucranianas de los edificios gubernamentales en la Plaza de la Libertad, pero los habitantes de la ciudad las levantaron, no se asustaron y comenzaron a ondearlas frente a ellosĀ«, afirmĆ³.
La testigo, que vive en las cercanĆas de la plaza, afirma que Ā«hay transportes blindados rusos en todas las esquinas, de dos en dosĀ».
Ā«Se trata de muchos ocupantes rusos, los veo desde la ventana y veo tambiĆ©n mucho equipamiento militarĀ», indicĆ³.
Ā«Tenemos miedo. Mi marido y mi hermano son ancianos. Todos en JersĆ³n necesitamos ayuda: medicinas, alimentos. En casa nos quedan dos hogazas de pan y otros alimentos que logramos comprarĀ», relata.
Tras la ocupaciĆ³n rusa las tiendas estĆ”n cerradas.
Ā«Pronto se nos acabarĆ”n en casa la carne, el pescado y las pastas. No sĆ© quĆ© haremos despuĆ©s, quĆ© comer. Se nos acaban las reservas de agua potableĀ», aƱade.
Comenta que saliĆ³ junto a la vecina a pasear al perro.
Ā«Ella se acercĆ³ al militar ruso y le preguntĆ³ quĆ© hacĆan y a quĆ© habĆan venido. El soldado le respondiĆ³ que ‘esperaba Ć³rdenes’ y le pidiĆ³ que se retirase. Ā”Estamos muy nerviosas! Ā”El mundo debe enterarse de estoĀ», afirmĆ³ con voz temblorosa.
TambiĆ©n contĆ³ que un anciano Ā«se acostĆ³ en la calle, en un intento de impedir el paso de un blindado. Un soldado ruso saliĆ³ del vehĆculo, golpeĆ³ varias veces al hombre y lo echĆ³ a un ladoĀ».
Ā«El blindado siguiĆ³ adelante y el hombre, con el rostro ensangrentado, se fue dando tumbosĀ», comentĆ³.
Y enseguida dice nerviosa: Ā«Escucho cerca explosionesĀ».
Ā«AllĆ” abajo acaba de pasar un blindado ruso. Mejor me separo de la ventana, porque tengo miedoĀ», dice, y cuelga el mĆ³vil.