Continúan los problemas por la situación del relleno sanitario de El Inga

La situación del relleno sanitario de El Inga es crítica. Esto mientras avanza el proceso para construcción del cubeto 11 que inició la administración Santiago Guarderas se cayó y en agosto el Municipio de Quito iniciará con un nuevo proceso.

Actualmente, El Inga tiene 197 000 metro cúbicos de lixiviados que causan enormes daños al ambiente y generan mal olor en la zona. El gerente de la Empresa de Residuos Sólidos (Emgirs), Santiago Andrade, revela que los fuertes olores son causados por el espejo de agua de 14 hectáreas que existe en la zona y no por la cantidad de basura que no está cubierta.

Los habitantes de las zonas aledañas al relleno aseguran que desde hace varios años la vida útil de El Inga terminó y que las intervenciones no han solucionado el problema. Jorge Pineida, presidente de la comunidad Itulcachi, señala que incluso por varios años se pidió que se realice una planta procesadora de basura que permita generar abono orgánico.

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«Pedimos que hagan un tratamiento cómo se debe, mínimo como el trabajo que se realiza en Loja. Se puede generar empleo al tecnificar la basura», agrega Pineida. Además, sostiene que se debería socializar sobre la construcción del complejo ambiental que el Municipio plantea construir.

El relleno sanitario de El Inga fue construido en el 2003 y tiene una extensión de más de 65 hectáreas, donde se deposita diariamente todos los desechos que se generan en la ciudad. Su vida útil fue planificada para 15 años, pero con las intervenciones del Municipio se amplio hasta el 2026.

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