Terror, comedia y política, en las caretas de fin de año en Ecuador

Disfrazarse para despedir al año la noche del 31 de diciembre así como quemar monigotes para saludar al Año Nuevo forman parte de la tradición en Quito. Y las máscaras no pueden faltar. Antes de decirle adiós al 2022, Paola Morán llegó con familiares al Palacio de la Careta, en el centro norte de la ciudad, para buscar las opciones ideales.

Su hijo buscaba una capucha para interpretar a Batman; su sobrina a una enfermera, y su hija a Merlina. En total son unas 15 personas, entre niños, jóvenes y adultos los que participan en la actividad, cuenta Paola. Ella asegura que después de la pandemia, la familia considera que es necesario retomar hábitos de unión.

En el Palacio de la Careta se ofrecen opciones de varios materiales. Las máscaras de cartón tienen un costo de USD 2, las de fibra de vidrio cuestan USD 30 y las de látex, entre USD 15 y 50. Estas son las más famosas de este tradicional local quiteño, que cada año recibe cientos de visitantes en busca de personajes.

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El fin de año 2022 es de recuperación

La creación de las caretas va desde la elaboración de moldes, que incluye el uso de productos químicos, explica Gloria Escobar, propietaria del Palacio. Contó que normalmente fabrican las máscaras durante todo el año, pero en este 2022 hicieron pocas. Esto, debido a que por la pandemia no vendieron casi nada, así que este año tuvieron disponible toda esa producción.

Al igual que los comerciantes de monigotes, Escobar sostiene que en este fin año prevén que la venta de caretas tenga su pico este viernes 30 y el 31, último día del 2022.

Al tradicional local, Juan Carlos Pinto llegó con sus dos hijos a buscar caretas para la noche de Año Viejo. Planean pasar la noche del 31en Yaruquí y luego viajarán hasta Ibarra para compartir en familia.

El padre de familia considera que el movimiento en este fin de año permite la reactivación de la economía. “Todavía está poco movido con respecto a otros años, pero se siente como se retoman las actividades que todos hacíamos antes de la pandemia”.

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