Marchan contra Ā«salarios de indigenciaĀ» en Venezuela en el 1 de mayo

Unos 1.500 trabajadores venezolanos, entre activos y jubilados de la administraciĆ³n pĆŗblica, exigieron este lunes un incremento y la dolarizaciĆ³n de sus Ā«salarios de indigenciaĀ», pulverizados por la rampante inflaciĆ³n.

Ā«Firma el contrato… en dĆ³laresĀ», cantaban un grupo de los manifestantes al ritmo de guaracha con charrasca y tambores, que intentĆ³ marchar hasta la FiscalĆ­a General pero la policĆ­a bloqueĆ³ el camino.

Ā«Pobreza crĆ­tica. Salarios de indigencia. No al exterminioĀ», se leĆ­a en una de las pancartas. Ā«Juntos por un salario dignoĀ», Ā«No es bloqueo, es saqueoĀ».

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El chavismo gobernante -que coloca en las sanciones internacionales toda la responsabilidad de la crisis- convocĆ³ en paralelo a otra manifestaciĆ³n en respaldo del presidente NicolĆ”s Maduro, que se hace llamar Ā«presidente obreroĀ» por sus orĆ­genes como dirigente sindical y debe participar del acto.

Posible aumento de 5 dĆ³lares al salario

No estĆ” claro si anunciarĆ” un aumento del salario mĆ­nimo de 130 bolĆ­vares, equivalente a 5,25 dĆ³lares y el menor de AmĆ©rica Latina.

Ā«Estoy aquĆ­ para exigir como venezolana y como educadora un salario decente, un salario justo (…) que nos alcance para cubrir la cesta bĆ”sicaĀ», exigiĆ³ Lisbeth Verdu, docente de 39 aƱos. Ā«Esta inflaciĆ³n nos tiene por el pisoĀ».

Maduro decretĆ³ el Ćŗltimo aumento en marzo de 2022, cuando pasĆ³ de 7 a 130 bolĆ­vares. En ese momento equivalĆ­a a poco menos de 30 dĆ³lares, pero desde entonces la moneda venezolana se desvalorizĆ³ 82%.

El dinero no alcanza

Ese dinero alcanza para kilo y medio de muslo de pollo, poco mƔs de dos docenas de huevos y o 2,6 kg de mortadela.

Ā«No vivimos, sobrevivimosĀ», dice a la AFP Dary Romero, de 50 aƱos y enfermera de un hospital en el que gana 160 bolĆ­vares. Ā«El salario se nos va en el pasaje (de bus), pero trabajamos con mucha vocaciĆ³n de servicioĀ».

Ā«Los fines de semana me dedico a ser emprendedora y vendo perros calientes, con eso me ayudo y bandeo mis necesidades bĆ”sicasĀ», explica. Ā«La enfermerĆ­a es vocaciĆ³n y no la voy a dejar. Si vuelvo a nacer, vuelvo a ser enfermeraĀ».

En enero se registraron protestas de empleados pĆŗblicos, que pedĆ­an equiparar sus sueldos a la canasta bĆ”sica, calculada en unos 500 dĆ³lares segĆŗn estimaciones privadas, e indexarlos al valor del dĆ³lar, una exigencia que es inviable, segĆŗn economistas.

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