Violencia en las aulas universitarias por ser estudiante Lgbtiq+

Por Yadira Trujillo Mina

ā€œLas cosas salen mal en tu vida porque te ‘revuelcas‘ con personas de tu mismo sexo; atraes podredumbre y miseriaā€, escuchĆ³ -mĆ”s de una vez- Ximena (nombre protegido). Se lo decĆ­a un docente de su universidad por ser Lgbtiq+, estudiante.

Durante dos aƱos hizo prĆ”cticas en el lugar de trabajo del profesor sin problema, pero cuando Ć©l se enterĆ³ de que ella era bisexual todo cambiĆ³. ā€œDe repente empezĆ³ a tratarme de una forma discriminante, no me permitĆ­a salir o que mi pareja llegara a verme en la oficinaā€, cuenta Ximena.

Un dĆ­a, el docente obligĆ³ a la chica a ver la pelĆ­cula ‘La fiesta de los cerdos’. Cuenta que en ella se veĆ­a que las mujeres con orientaciones sexuales diversas son brujas y estĆ”n condenadas. ā€œMe hablaba mucho (el profesor) de cĆ³mo dios se hubiera avergonzado de mĆ­ y estaba decepcionado. DecĆ­a que yo debĆ­a darme cuenta de que mi orientaciĆ³n sexual era un pecadoā€.

Este miĆ©rcoles 28 de junio del 2023 se conmemora el DĆ­a Internacional del Orgullo Lgbtiq+ y los jĆ³venes de la poblaciĆ³n sexogĆ©nero diversa aprovechan para hablar de las constantes vulneraciones de derechos a las que se exponen, por ejemplo, en el espacio universitario.

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El estudio De la evidencia a la prevenciĆ³n: cĆ³mo prevenir la violencia contra las mujeres en las universidades ecuatorianas muestra datos de violencias contra la poblaciĆ³n universitaria Lgbtiq+. Este se implementĆ³ como parte del programa Prevenir la Violencia contra las Mujeres (PreViMujer), de la Sociedad Alemana para la CooperaciĆ³n Internacional (GIZ por sus siglas en alemĆ”n), y se publicĆ³ en 2022.

De acuerdo con la investigaciĆ³n, los estudiantes que se autoidentifican como parte de la poblaciĆ³n Lgbtiq+ tienen mayor probabilidad de experimentar violencia dentro de las universidades. Y, de hecho, la viven durante su vida estudiantil.

Desde acecho hasta violencia fĆ­sica

En el estudio participaron 16 universidades ecuatorianas, pĆŗblicas y privadas. Se realizaron encuestas a mĆ”s de 23 000 estudiantes, a 4 064 docentes y personal administrativo. Hubo dos clases de resultados para poblaciĆ³n Lgbtiq+. 381 estudiantes respondieron el cuestionario de mujeres y 282 el de hombres.

De las estudiantes que respondieron el cuestionario de mujeres se detectĆ³ que cuatro de cada 10 autoidentificadas como Lgbtiq+ vivieron algĆŗn tipo de violencia. Estos actos fueron perpetrados por sus pares, profesores, personal administrativo o asociado a las universidad, al menos 15 veces al aƱo.

Tres de cada 10 estudiantes fueron violentadas fƭsicamente con golpes, halones de cabello u otros ataques. Dos de cada 10 han sido acosadas con comentarios ofensivos sobre cuerpo, apariencia o sexualidad; tambiƩn recibieron mensajes, tuits, llamadas o correos sexuales que no deseaban.

ā€œAh, Āæesto es para el evento de maricones?ā€, le dijo a Vanesa (nombre protegido) un trabajador de su universidad, mientras ella organizaba un encuentro sobre diversidades Lgbtiq+. ā€œSoy una persona bastante masculina, que generalmente llama la atenciĆ³n a las miradas y por eso he sentido acecho o que juzgan, de alguna manera, mi forma de ser y expresarmeā€, dice la joven de 23 aƱos.

Vanesa pensaba que esas experiencias no eran violencia, pero luego reconociĆ³ que el acecho y las miradas acosadoras, por ejemplo, tambiĆ©n son formas de atacar a las personas Lgbtiq+.

La situaciĆ³n de los hombres

ā€œĀæSeguro mijito?ā€. ā€œSea hombrecitoā€. ā€œSolo era un chisteā€. Son las respuestas hacia estudiantes gais por parte de trabajadores universitarios que atienden sus denuncias, cuenta Gisela (nombre protegido).

SegĆŗn el estudio de PreViMujer, un tipo de violencia se evidenciĆ³ en mayor medida en las personas que respondieron la encuesta de hombres. Dos de cada 10 estudiantes autoidentificados como Lgbtiq+ fueron acechados por hombres de la comunidad universitaria. Se da a travĆ©s de llamadas telefĆ³nicas, correos o mensajes de texto. Estos universitarios, ademĆ”s, se sintieron perseguidos, vigilados, espiados.

Asimismo, tres de cada 10 fueron acosados por parte de hombres del entorno universitario con comentarios, llamadas, mensajes ofensivos o denigrantes sobre sus cuerpos, apariencia o sexualidad. Y dos de cada 10 vivieron violencia psicolĆ³gica con insultos, humillaciones en pĆŗblico o control sobre sus vidas por parte de hombres que pertenecen a la universidad.

Casi la mitad de los estudiantes admiten que vivieron mƔs violencia por parte de hombres de la comunidad universitaria, por mƔs de 10 veces al aƱo.

ĀæResiliencia?

Gisela pudo ver conductas machistas, misĆ³ginas y homofĆ³bicas en la escuela, el colegio y la familia. Esperaba que eso no pasara en la universidad, pero esta resultĆ³ ser ā€œuna experiencia poco transformadoraā€. Cuando uno de sus profesores se enterĆ³ de que su novia era otra estudiante empezaron las vulneraciones.

El docente, cuenta la joven, eliminĆ³ sus calificaciones y, con eso, la obligĆ³ a presentarse al supletorio. TambiĆ©n insistĆ­a con comentarios negativos sobre su activismo en diversidades dentro del salĆ³n de clases y se referĆ­a a las lesbianas como ‘marimachas‘. Pero no se lo decĆ­a directamente a ella.

Ella rindiĆ³ el supletorio y sacĆ³ 20 sobre 20. Cuando el profesor no tuvo mĆ”s remedio que promoverla de semestre, cuenta, solo atinĆ³ a decirle una frase para despedirse de Gisela. ā€œBueno, mijita, salĆŗdeme a su noviecitaā€.

Por ello, la exestudiante de Derecho considera que es necesario empezar por la sensibilizaciĆ³n y capacitaciĆ³n a los funcionarios que estĆ”n en la primera lĆ­nea de atenciĆ³n de la violencia. ā€œYo logrĆ© ser resiliente y salir adelante, pero muchos no lo logran y terminan dejando la universidadā€.

ĀæQuĆ© hacer?

Mi universidad tiene un protocolo de atenciĆ³n a mujeres vĆ­ctimas de violencia, dice Gisela. Pero es necesario uno especial para la poblaciĆ³n Lgbtiq+. ā€œComo mujer puedo tener ciertos problemas y como mujer lesbiana tengo otro tipo de problemasā€.

La directora del programa PreViMujer, Viviana Maldonado, seƱala que, precisamente, el objetivo del estudio realizado es proponer un modelo sistĆ©mico para prevenir la violencia en las universidades. Para estas, dice, es un desafĆ­o, ya que su deber es contribuir al cambio y, por ello, es importante que desarrollen procesos de formaciĆ³n continua y no solo talleres o cursos.

Ese es el primer eje del estudio; todos se enfocan, principalmente, en la prevenciĆ³n. El segundo tiene que ver con investigaciĆ³n que contribuya a evidenciar la problemĆ”tica a travĆ©s de datos y analĆ­tica. Otro se enfoca en la articulaciĆ³n con servicios de atenciĆ³n y reparaciĆ³n con otras instituciones y organizaciones especializadas. Y el Ćŗltimo consiste en las polĆ­ticas y normas que se requiere cambiar.

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Ā«Abortera, no ha de haber novio que le aguanteĀ», le decĆ­an a Ximena sus profesores. Se referĆ­an a su activismo feminista, antes de conocer su orientaciĆ³n sexual. Y cuando lo supieron la violencia escalĆ³. Aunque logrĆ³ escapar de ella, reconoce que le costĆ³.

ĀæPor quĆ©? Cuenta que estaba convencida de que la universidad es una oportunidad Ćŗnica en la vida y, por ende, debĆ­a soportar todo por su futuro profesional. Ā«La universidad no deberĆ­a ser una carrera de supervivencia. Debe ser un espacio en donde el aprendizaje no te cueste sangre o violenciaĀ».

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