‘Yo los acuso’; la defensa de Guillermo Lasso en el juicio polĆ­tico en la Asamblea

El presidente de la RepĆŗblica, Guillermo Lasso, acudiĆ³ al Pleno de la Asamblea Nacional para presentar su defensa en el juicio polĆ­tico que pretende censurarlo y sacarlo del poder por presunto peculado por un contrato entre Flopec y Amazonas Tanker.

El Primer Mandatario, durante 50 minutos defendiĆ³ su inocencia y llamĆ³ a los asambleĆ­stas a defender el alma democrĆ”tica del Ecuador, ā€œaquĆ­ nos estamos jugando el alma de una democracia. Cada voto que sirva para decirle no a este asalto institucional, serĆ” un voto para salvar esa almaā€.

Lea tambiƩn:

Guillermo Lasso llamĆ³ a todos a hacer ā€œdeponer las legĆ­timas diferencias para trabajar juntos en contra de las mafias que atentan contra la seguridad de todos; todavĆ­a estamos a tiempoā€.

Lea a continuaciĆ³n el texto integro del discurso del Presidente del Ecuador:

Comparecencia del Presidente de la RepĆŗblica ante la Asamblea Nacional, en el marco del proceso de juicio polĆ­tico

1. Defensa

SeƱores legisladores.

Ante todo, querido pueblo ecuatoriano.

Quisiera iniciar extendiendo mi reconocimiento a los asambleĆ­stas interpelantes, asĆ­ como a todos aquellos que con tanto brĆ­o se han dedicado a este infundado proceso.

Quiero reconocerles profundamente porque han hecho gala de una inventiva sin parangĆ³n en la historia de la RepĆŗblica.

Han estirado los lĆ­mites de la imaginaciĆ³n humana. Han creado una situaciĆ³n ficticia que no resuelve los problemas del pueblo ni de nadie.

Quiero agradecerles por haber creado la mayor prueba de templanza para los demĆ³cratas de este paĆ­s.

Porque mientras mĆ”s absurda sea su acusaciĆ³n; mientras mĆ”s ocurrida y pintoresca, mayor serĆ” la oportunidad de desplegar el talante democrĆ”tico que este paĆ­s verdaderamente necesita.

Quiero reconocer la oportunidad que me brindan para venir aquĆ­ a hacer algo que a lo largo de todo este proceso nunca se hizo.

Y eso es ejercer, a travƩs de mi presencia, la reverencia que exigen nuestras leyes e instituciones.

La verdad es que lamento mucho que, del frĆ”gil castillo de naipes que construyeron, no les quedĆ³ mĆ”s que conformarse con la carta mĆ”s dĆ©bil: la relacionada a Flopec.

Admito que ha sido instructivo ver cĆ³mo se las ingeniaban para tratar de armar una trama medianamente verosĆ­mil con hechos que ocurrieron en el aƱo 2018, cuando este Gobierno ni siquiera existĆ­a.

Se les olvidĆ³ que tanto el contrato, la adenda, como el informe de ContralorĆ­a fueron sobre un proceso que transcurriĆ³ entre 2018 y 2020, tres aƱos antes de que yo asumiera la Presidencia de la RepĆŗblica.

Ese informe de ContralorĆ­a hizo trece recomendaciones sobre el contrato que, insisto, fue firmado en el gobierno anterior. Āæy quĆ© creen? Las trece fueron adoptadas en el periodo de mi gobierno al pie de la letra.

Y a propĆ³sito, no sĆ³lo que la ContralorĆ­a jamĆ”s recomendĆ³ terminar el contrato con Amazonas Tanker. Fue tambiĆ©n una distinguida interpelante quien, a travĆ©s de un informe de la comisiĆ³n que preside, recomendĆ³ que se le dĆ© continuidad.

De igual manera, la controlarĆ­a nunca estableciĆ³ ningĆŗn tipo de indicios de responsabilidad penal contra ningĆŗn funcionario.

Y asĆ­, muy fĆ”cilmente, la florida ficciĆ³n que han montado va cediendo paso a la sobria e ineludible realidad.

AsĆ­ que permĆ­tanme que aquĆ­ haga una pausa para recapitular.

Hasta ahora ha quedado claro que ni hubo firma de contrato en mi gobierno; que tampoco hubo informe de contralorĆ­a recomendando terminar dicho contrato; y que mucho menos hubo determinaciĆ³n de indicios de responsabilidad penal.

Todo esto deberĆ­a ser mĆ”s que suficiente prueba de descargo. Pero vayamos aĆŗn mĆ”s allĆ”.

Pues resulta que los distinguidos interpelantes tampoco se enteraron que las empresas pĆŗblicas son entidades autĆ³nomas. Y que el presidente no tiene injerencia ni interviene en la firma de contratos, ni en negociaciones de ningĆŗn tipo. Que no soy yo, sino el artĆ­culo 7 de la ley orgĆ”nica de empresas pĆŗblicas el que dispone que el directorio de dichas empresas sea dirigido por el presidente de la empresa coordinadora de empresas pĆŗblicas.

Y escuchen esto porque les resultarĆ” mĆ”s interesante aĆŗn: la conformaciĆ³n de este directorio estĆ” establecida en el

Decreto 1051, del 14 de mayo de 2020. ĀæEsto quĆ© quiere decir? Que aquellas famosas reglas con las que se me acusaba de haber creado una especie de poder omnĆ­modo, apocalĆ­ptico, en EMCOā€¦ pues resulta que ni siquiera las puse yo.

Queda absolutamente claro que no modifiquĆ© ningĆŗn decreto ni ninguna ley. Pero esto sĆ­ les digo: si algĆŗn funcionario violentĆ³ las normas que debĆ­a cumplir, o si usĆ³ su cargo para favorecerse a sĆ­ mismo o a terceros, no sĆ³lo espero que el sistema de justicia lo sentencie con la pena mĆ”s dura, sino que su alma jamĆ”s conozca perdĆ³n de Dios.

Y es por eso mismo, como si fuera necesario despejar cualquier duda, que el 23 de marzo de 2022 – hace ya mĆ”s de un aƱo – enviĆ© todo el expediente sobre Flopec y Amazonas Tanker a la FiscalĆ­a General del Estado.

Pero claro, los interpelantes no quieren ver esto. Y asĆ­ ponen en evidencia su perverso sesgo.

Pues todo aquello que yo sĆ­ hice no lo pueden reconocer, mientras que aquello que yo no hice me lo quieren endilgar.

Es insĆ³lito. Pretenden hallarme culpable de aquello que yo mismo he denunciado.

Y como si todo esto fuera poco, como si esto no bastara, el testigo estrella de los acusadores, aquel que iba a entregar las supuestas pruebas de una injerencia que jamĆ”s existiĆ³ā€¦ pues ni siquiera se presentĆ³ ante la comisiĆ³n de fiscalizaciĆ³n.

Asƭ que, una vez mƔs, recapitulemos:

  1. No hay contrato ni adenda firmados en mi gobierno.
  2. No hay recomendaciones de ContralorĆ­a para terminar dicho contrato.
  3. No hubo determinaciĆ³n de indicios de responsabilidad penal en ningĆŗn funcionario.
  4. Las reglas no las puse yo.
  5. Yo mismo puse en conocimiento de la fiscalĆ­a el expediente

De Flopec. Y, por Ćŗltimo:

  • No hay testigos relevantes de nada.

Es por eso mismo que no hay un informe acusador, sino todo lo contrario. De hecho, aquĆ­ tengo en mis manos, para conocimiento de todos ustedes, el informe de la comisiĆ³n de fiscalizaciĆ³n de esta asamblea que recomienda no enjuiciar al Presidente de la RepĆŗblica. Lo exhibo aquĆ­ para que el paĆ­s lo conozca y mis acusadores al menos lo vean de lejos, pues parece que no han tenido la energĆ­a ni para leerlo ni socializarlo, como mandarĆ­a la decencia y el sentido comĆŗn.

El informe concluye lo que ya todos sabemos: que no hay pruebas ni testimonios relevantes. MĆ”s bien, lo Ćŗnico que hay son informaciones que comprueban mi total, evidente, e incuestionable inocencia.

Es por esto que quiero agradecer una vez mƔs la oportunidad que este juicio me brinda.

Y aquĆ­ quiero que la ciudadanĆ­a preste especial atenciĆ³n y reflexione sobre lo siguiente:

Si estos acusadores, que tan obsesionados han estado por acabar con este gobierno; estos acusadores que han querido tomarse el poder hasta por cuatro ocasiones en dos aƱos; estos acusadores que han sido impulsados por un sobrehumano rencor; si ellos jamĆ”s fueron capaces de encontrar nada, entonces sĆ³lo se puede concluir que no hay nada que encontrar.

Absolutamente nada.

El mismo rencor que me profesan es la mƔs grande prueba de mi inocencia.

2.  Cuestionamiento al sentido moral y polĆ­tico del juicio

Pero ojo, mucho ojo.

Retornemos a la parte de las pruebas. Pues la realidad es que no estoy diciendo nada particularmente nuevo.

Tanto ilustres abogados como lĆŗcidos observadores del acontecer nacional han explicado todo esto de manera aĆŗn mĆ”s clara que yo.

Y es que aquƭ viene lo mƔs interesante y alarmante de todo.

Pues en el fondo, ya casi sin esconderlo, son los mismos proponentes de este juicio quienes reconocen que no tienen nada.

De manera casi explĆ­cita admiten que nada de esto les importa.

Cada vez que las pruebas de mi inocencia se vuelven asƭ de evidentes, y los argumentos asƭ de irrefutables, los acusadores terminan recurriendo a la mƔs manoseada y trillada falacia que se ha esgrimido en un proceso en el que el manoseo ha sido la norma.

Vamos, no me hagan decirla. Que ya sƩ que la estƔn pensando. Ya puedo ver que la estƔn invocando en los rostros de algunos de los proponentes.

ĀæCĆ³mo es que dice? Se trata del ya clĆ”sico ā€œesto es polĆ­tico.ā€

Cuando todo lo demƔs falla, siempre se puede recurrir a esta confiable falacia multiuso.

Es que aplica para todo:

ā€œPero si el contrato es de 2018ā€. No importa, que esto es polĆ­tico.

ā€œPero si no hay testigos ni informeā€. Vamos, que esto es polĆ­tico.

ā€œPero si se estĆ” violando un pequeƱƭsimo detalle como el debido procesoā€. Por favor, que la ley no tiene por quĆ© ser un impedimento para algo que es polĆ­tico, Āæno?

ĀæNo es cierto, seƱores proponentes?

Y es que esto puede seguir hasta el infinito.

Los proponentes de este juicio parecen ser los Ćŗnicos

Acusadores exentos de probar la culpabilidad del acusado.

Son los Ćŗnicos que no se van a dejar intimidar por algo que sĆ³lo el resto de mortales ingenuos respetamos. Me refiero a la Ley.

Los Ćŗnicos que no se sienten obligados a acatar los dictĆ”menes de otras entidades, como la Corte Constitucional.

AsĆ­ que mucha atenciĆ³n. Y aquĆ­ quiero que quede claro que estoy hablando exclusivamente a mis acusadores, y no al resto de asambleĆ­stas aquĆ­ presentes, que Ć©ticamente han empezado a distanciarse ya de la sinrazĆ³n.

Hoy yo estoy aquĆ­ en este estrado ejerciendo mi defensa y respetando su rol fiscalizador.

Pero tambiƩn he venido aquƭ para decirle lo siguiente a mis acusadores. Yo los acuso a ustedes.

Yo los acuso de haber abandonado su rol de legisladores.

Ustedes ahora son los anti-legisladores de esta RepĆŗblica. Porque ustedes no crean leyes, sino que las destruyen.

Ustedes no afianzan nuestras normas, sino que las debilitan, las desgarran, las ultrajan.

Ustedes no piensan en cĆ³mo crear reglas de convivencia, sino en cĆ³mo romperlas para su propia conveniencia.

Yo los acuso porque jamƔs, a lo largo de este juicio, intentaron acercarse a la verdad, sino meramente al poder.

Yo los acuso de intentar destruir la credibilidad no de esta Presidencia, sino de la democracia misma.

Yo los acuso de distorsionar el verdadero sentido de lo polĆ­tico – que deberĆ­a entenderse como el servicio al ciudadano – hasta convertirlo en depĆ³sito de las mĆ”s bajas y negativas pasiones.

Yo los acuso de haber renunciado a lo que deberĆ­a ser el objetivo principal de este hemiciclo, que es la bĆŗsqueda incesante del bienestar de la ciudadanĆ­a.

Los acuso de pretender inclinar la balanza de la justicia

Ante el inescrupuloso peso de unos cuantos votos. Porque de eso se trata todo esto.

Y ahora quiero dirigirme a aquellos valientes asambleĆ­stas que en las Ćŗltimas semanas han tenido la prudencia de alejarse de estĆ©riles posiciones extremas.

ĀæEs que acaso vamos a permitir que la verdad sea algo relativo?

ĀæAcaso vamos a permitir que un juicio infundado sea el legado de esta legislatura?

Al contrario de lo que mis interpelantes falazmente sostienen, ustedes saben muy bien que es precisamente la condiciĆ³n de polĆ­tico lo que exige de este juicio el mĆ”ximo rigor y apego a las normas.

Precisamente porque es polĆ­tico, debe ser legal.

Precisamente porque es polƭtico, debe ser justo. Debe ser correcto. Debe ser honorable. Debe ceƱirse a los mƔs puros cƔnones de lo legƭtimo y lo verdadero.

Lo polĆ­tico jamĆ”s puede ser justificaciĆ³n para una ilegalidad.

Sostener eso es una autƩntica locura propia de adictos al poder que ya han abjurado de lo que significa servir.

Si cedemos ante esa primitiva nociĆ³n, entonces estaremos aceptando que nuestro paĆ­s se convierta en territorio salvaje.

Precisamente porque el juicio es polĆ­tico, aquĆ­ debe primar la voluntad de sostener lo correcto por encima de lo conveniente; de lo duradero por encima de lo coyuntural; del bien por encima del mal; la verdad sobre la mentira.

Lo que la patria espera de cada asambleƭsta es que vote siguiendo los dictƔmenes de su sentimiento y conciencia de paƭs, y no mezquinos intereses sectarios.

Por eso me da gusto ver a muchos asambleĆ­stas conscientes de que lo que estĆ” verdaderamente en debate aquĆ­ es una causa nacional.

Que esto no se trata de la simpatƭa o antipatƭa que tengamos hacia un presidente, sino de cuƔnto amor sintamos por nuestro paƭs.

Que esto no se trata de si se salva o no una presidencia – porque eso tambiĆ©n es temporal – sino de preservar el funcionamiento de nuestra democracia.

Que lo que estĆ” en juego no es meramente la viabilidad de un gobierno, sino del Ecuador como Estado.

Que aquĆ­ nos estamos jugando el alma de nuestra democracia, con sus reglas de conducta e instituciones.

Y cada voto que sirva para decirle no a este asalto institucional, serĆ” un voto para salvar esa alma.

Es por ello que quiero invitar a todos aquellos asambleĆ­stas patriotas a darle la vuelta a la narrativa que han querido instalar en este juicio.

ĀæQuĆ© tal si dejamos de pensar en lo polĆ­tico como una burda actividad en la que cualquier cosa vale?

ĀæQuĆ© tal si mĆ”s bien empezamos a concebir lo polĆ­tico como lo que realmente debe ser?

Como el autĆ©ntico servicio al prĆ³jimo por encima de los intereses individuales.

Como la bĆŗsqueda constante de la unidad por encima de la divisiĆ³n.

SĆ© que aĆŗn estamos a tiempo para ello.

3.  La verdadera estabilidad

SeƱores asambleƭstas:

Algunos de mis acusadores creen en una especie de lĆ³gica Invertida.

Ɖsta consiste en crear problemas para luego declararse los Ćŗnicos capaces de resolverlos.

Es una interesantĆ­sima paradoja: siembran inestabilidad para luego decirnos que sĆ³lo ellos son la respuesta a esa misma inestabilidad.

Pretenden conseguir apoyo ciudadano ofreciendo la misma

Tranquilidad que ellos nos quitan.

Como si fueran ellos la exclusiva garantĆ­a de una paz a punta de amenazas, se venden como los Ćŗnicos capaces de crear estabilidad en el ecuador.

Y asĆ­ quieren convencernos de que este juicio es necesario. Pero esa es otra falacia  mĆ”s.

Hablemos, pues, de quiƩn ha aportado verdadera estabilidad a este paƭs.

Asƭ quedarƔ claro de una vez por todas quiƩnes boicotean mientras otros trabajamos.

Estabilidad, seƱoras y seƱores, es vacunar a 9 millones de ecuatorianos en 100 dƭas.

Estabilidad es estar entre los primeros paĆ­ses de amĆ©rica en levantar completamente las medidas de restricciĆ³n sanitaria.

Estabilidad es proteger la dolarizaciĆ³n que tanta seguridad brinda a los hogares.

Estabilidad es salvar las finanzas pĆŗblicas del inminente colapso al que se dirigĆ­an cuando iniciamos nuestra gestiĆ³n.

Estabilidad es aumentar el salario bĆ”sico cada aƱo en 25 dĆ³lares. Ya van 50 dĆ³lares de incremento, y este aƱo lo subiremos 25 mĆ”s, en cumplimiento de mi compromiso adquirido con los trabajadores del paĆ­s.

Estabilidad es la constante entrega de ya casi 250 millones de dĆ³lares en crĆ©ditos de las oportunidades para decenas de miles de emprendedores ecuatorianos, la mayorĆ­a de ellos mujeres. El crĆ©dito mĆ”s barato del mundo, aquĆ­ mismo en el Ecuador.

Estabilidad es mantener la inflaciĆ³n proyectada mĆ”s baja de amĆ©rica del sur en este aƱo 2023.

Estabilidad es crecimiento econĆ³mico entre los mĆ”s altos del Continente.

Estabilidad es la recuperaciĆ³n de la confianza econĆ³mica, reflejada en el aumento de ventas hasta los 226 mil millones de dĆ³lares, 13% por encima del aƱo 2021.

Estabilidad es la constante creaciĆ³n del empleo, que ya alcanza cerca de 500 mil nuevas plazas de trabajo.

Estabilidad es acometer la agenda comercial mĆ”s amplia en la historia econĆ³mica del paĆ­s, mediante la cual llevaremos productos ecuatorianos a las economĆ­as mĆ”s dinĆ”micas del planeta, como China y Corea del Sur en Asia, asĆ­ como a Costa Rica en nuestro Continente.

Estabilidad es profundizar la polĆ­tica ambiental mĆ”s exitosa de la historia ecuatoriana, reconocida asĆ­ en todo el mundo, menos por nuestros honorables acusadores. Es no sĆ³lo continuar cuidando de las especies marinas de nuestro adorado ArchipiĆ©lago de GalĆ”pagos, sino ademĆ”s reducir en 1100 millones de dĆ³lares la deuda externa que gobiernos anteriores contrajeron.

Todo esto es estabilidad. Y es obra de este gobierno, cimentada con duro trabajo a pesar de los constantes intentos de sabotaje institucional, como el que hoy nos congrega aquĆ­.

Estabilidad es seguir ampliando los programas contra la desnutriciĆ³n infantil, que este gobierno – al que tanto acusan de ā€œmalĆ©volo neoliberalā€- inaugurĆ³ antes que cualquier otro. Es continuar llevando a decenas de miles de niƱos el bono de los mil dĆ­as, que les garantiza una alimentaciĆ³n y desarrollo Ć³ptimo desde que estĆ”n en el mismo vientre de la madre.

Estabilidad es el proyecto Impulso Violeta, a travĆ©s del cual cerca de 40000 mujeres, libres de violencia, ya se benefician de actividades de capacitaciĆ³n, talleres y crĆ©ditos al 1%.

Estabilidad es continuar entregando vivienda subsidiada al 100% a 4000 familias ecuatorianas, en especial a quienes mƔs la necesitan. Es entregar crƩditos de vivienda con tasa preferencial del 4,99% a otras 5000 familias.

Estabilidad es invertir masivamente en salud, donde la inversiĆ³n de este aƱo representa un 20% adicional con respecto al anterior. Son nuevos fondos que serĆ”n destinados al abastecimiento de medicinas, compra de ambulancias, asĆ­ como a la readecuaciĆ³n de centros de salud. Es continuar cumpliendo objetivos como la inauguraciĆ³n de los hospitales en DurĆ”n, BahĆ­a, Manta y Pedernales – que lo entregaremos en junio – y centros de salud en Machala.

Estabilidad es la entrega imparable de unidades educativas, como las 16 ubicadas en Quevedo, Guaranda, Pedro Moncayo, Cayambe, Quito, Ventanas, Guayaquil, Palenque, Playas. Es la contrataciĆ³n de 3200 nuevos docentes y 1000 nuevos psicĆ³logos para fortalecer el sistema de educaciĆ³n bĆ”sica en el Ecuador.

ĀæQue esto no es suficiente? Nadie ha dicho que lo sea. Nadie ha dicho que los desafĆ­os un buen dĆ­a se detienen. Siempre habrĆ” problemas y necesidades nuevas que resolver.

Y por eso mismo, la verdadera interrogante que hoy se deberĆ­a contestar es si estando aquĆ­, en juicios infundados, se solucionan los problemas de la gente.

ĀæQuĆ© tiene que ver toda esta absurda trama de Flopec con lo que verdaderamente importa a la gente?

Estos meses perdidos en peleas improductivas, investigaciones despistadas, y acusaciones infundadas, Āæen quĆ© sentido mejoran las vidas de los ciudadanos?

EstĆ” claro que enfrentamos un grave problema de seguridad.

Pero justamente por eso resulta difĆ­cil de creer que estemos aquĆ­, en un inĆŗtil conflicto polĆ­tico, cuando la Ćŗnica pelea que deberĆ­amos librar es la que estĆ” mĆ”s allĆ” de estas paredes, donde nuestros conciudadanos de verdad nos necesitan.

ĀæAcaso lo mĆ”s sensato no serĆ­a apoyar al gobierno en una lucha que requiere de la mĆ”xima unidad?

O quizĆ”s sea mucho pedir que nuestros interpelantes celebren la incorporaciĆ³n de 13500 nuevos policĆ­as hasta diciembre del presente aƱo, 8500 de ellos ahora en junio.

QuizƔs sea demasiado pedir que sean bien recibidos los 6000 fusiles, cascos, chalecos, asƭ como los primeros 53 blindados de un total de 136 adquiridos que serƔn entregados a las fuerzas armadas para el combate al terrorismo.

QuizĆ”s sea demasiado esperar que nuestros interpelantes complementen – con acciones desde esta cĆ”mara – la construcciĆ³n que en los siguientes meses se harĆ” de decenas de unidades de policĆ­a comunitaria a lo largo de todo el paĆ­s; asĆ­ como de nuevas unidades de vigilancia ciudadana para que la policĆ­a trabaje mejor equipada y mĆ”s cercana a la comunidad.

ĀæAcaso no deberĆ­an nuestros acusadores respaldar la planificaciĆ³n y seguimiento de todo este eje de seguridad que estarĆ” a cargo de dos experimentados y respetados militares que se han unido al equipo de gobierno, como los generales Paco Moncayo y Wagner Bravo?

ĀæNo serĆ­a ese el mĆ­nimo de lealtad a la patria que se deberĆ­a esperar?

Yo no quisiera creer en coincidencias.

No quisiera creer, como algunas voces ciudadanas sostienen, que hoy estoy aquƭ porque este gobierno es el primero en incautar mƔs de 420 toneladas de droga en 2 aƱos.

No quisiera creer que estoy aquĆ­ justamente porque he luchado frontalmente contra bandas, cuyas acciones, por primera vez en la historia, se han declarado como actos terroristas.

No quisiera creer que estoy aquĆ­ porque el mĆ­o es el gobierno que ha desmantelado la corrupciĆ³n que se llevaba los fondos del seguro de la PolicĆ­a.

O porque mi gobierno ordenĆ³ la liquidaciĆ³n de seguros sucre, que acabĆ³ con una estafa al estado por mĆ”s de 200 millones en primas al aƱo.

O porque mi gobierno se atreviĆ³ a renegociar los contratos petroleros, que significaban un costo adicional al paĆ­s que iba a parar a manos corruptas.

No quisiera creer que todo lo alcanzado en esta lucha contra la verdadera corrupciĆ³n tiene vasos comunicantes con este infundado proceso.

No quisiera creer que estoy aquƭ porque simplemente me rehusƩ a formar un pacto de impunidad.

Porque entonces ahĆ­ sĆ­ que cabrĆ­a la pregunta: Āæesa es la supuesta estabilidad que nos quieren vender? ĀæLa estabilidad de la corrupciĆ³n? ĀæLa estabilidad de la impunidad?

ĀæSerĆ” para eso que me quieren destituir los honorables interpelantes?

RespĆ³ndanle ustedes al paĆ­s. La ciudadanĆ­a tiene derecho a saber.

4.  Cierre

Para concluir, seƱores asambleƭstas.

Me alegra ya ver en muchos de ustedes la sabidurƭa de no dejarse arrastrar por el camino fƔcil del caos.

Con claridad, muchos de ustedes ya han visto que se abre una bifurcaciĆ³n en el camino.

Esta asamblea podrĆ­a optar por seguir como ha venido los dos Ćŗltimos aƱos, especialmente los Ćŗltimos meses desperdiciados.

O puede recapacitar, extraer las lecciones de este malhadado proceso, y volcarse junto al gobierno para recuperar el tiempo perdido en un trabajo dedicado a favor de la ciudadanĆ­a.

Hagamos un examen de conciencia. Todos debemos rectificar, Gobierno y Asamblea. Pero ese cambio serĆ” mucho mĆ”s profundo y eficaz si lo hacemos en unidad de propĆ³sitos, en el mismo sentido, motivados por las mismas energĆ­as y el mismo proyecto de paĆ­s.

Depongamos nuestras legĆ­timas diferencias para trabajar juntos en contra de las mafias que atentan contra la seguridad de todos y dividen a los ecuatorianos.

TodavĆ­a estamos a tiempo.

Eso sĆ­: el primer paso en ese camino debe darse para salir de este infundado proceso.

Ese     paso     lo     darĆ”n        ustedes        cuando        se    contesten           una simplĆ­sima pregunta.

Es la cuestiĆ³n que subyace a lo largo de este juicio, y que debe ser el Ćŗnico y exclusivo criterio de sus deliberaciones.

Y esa pregunta es: Āæse puede cometer una ilegalidad en nombre de ā€œlo polĆ­ticoā€?

Esa interrogante la debe contestar cada uno de ustedes en sus conciencias.

Si ustedes consideran que en el fondo es cierto aquello de que ā€œtodo valeā€, pues entonces toda esta pompa y protocolo no tienen sentido alguno.

Pero si nos atrevemos a darle la vuelta a los tĆ³picos y las falacias; si tan sĆ³lo por unos instantes recordamos que en la vida no todo se vale; que en democracia no cualquier arbitrariedad es permitida; que hay unas leyes y principios patrios a los que debemos nuestra lealtad, entonces la respuesta es mĆ”s que sencilla.

Ustedes simplemente no pueden permitir que se cometa una ilegalidad.

MĆ”s bien es todo lo contrario: ustedes deben proteger, preservar, defender la legalidad democrĆ”tica y luchar para levantar, sobre ella, una verdadera unidad de propĆ³sitos.

Ese es el deber sagrado de todos los aquĆ­ presentes.

Y si tan sĆ³lo reconocemos la obvia verdad de que la polĆ­tica jamĆ”s puede ser la destrucciĆ³n de la institucionalidad democrĆ”tica, sino que estĆ” llamada a ser la construcciĆ³n de consensos ciudadanos, entonces la respuesta es mĆ”s sencilla aĆŗn.

Y asĆ­, su voto a favor de la institucionalidad estarĆ” muy claro.

Su voto a favor de todo lo que es legal y verdadero estarƔ mƔs que dirimido.

Su voto a favor de la democracia estarĆ” decidido. Muchas gracias. Y que Dios bendiga al Ecuador.

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