El aumento de casos de tosferina y fiebre amarilla en Ecuador encendió las alertas sanitarias. A esta situación se suma el cambio constante de condiciones climáticas por el fuerte invierno que afecta al país desde marzo del 2025. De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud Pública, hasta la semana epidemiológica 15 de esta año, se han detectados 220 casos confirmados de tosferina. Mientras que por fiebre amarilla a escala nacional se reportaron tres casos y una persona fallecida. La tosferina es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Esta se transmite fácilmente de persona a persona a través de la tos y los estornudos. Sus síntomas son: Los bebés y niños pequeños son más vulnerables y pueden sufrir ataques intensos que les dificulta comer, beber, respirar o dormir. Mientras que la fiebre amarilla es una enfermedad viral hemorrágica aguda de alto impacto y alta amenaza. El contagio se realiza a través de la picadura de mosquitos, que previamente se infectaron por personas o animales, como los monos. Los casos de contagio pueden ser difíciles de distinguir de otras fiebres hemorrágicas virales como el arenavirus, hantavirus o dengue. Las personas contagiadas presentan los siguientes signos: En Ecuador los contagios de covid-19 e influenza también son frecuentes y, en muchos casos, los síntomas suelen ser confundidos. La covid-19 es causada por un virus coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave de tipo 2, comúnmente SARS-CoV-2. Actualmente se convirtió en una enfermedad pandémica, cuyos síntomas son: La gripe, también llamada influenza, es una infección de la nariz, la garganta y los pulmones que se contagia por un virus a través de las gotitas respiratorias que se expulsan al toser, estornudar o hablar. Los contagiados pueden presentar: En los niños, los síntomas pueden manifestarse como inquietud o irritabilidad y son más propensos a tener dolor de oído, malestar estomacal, vómitos o diarrea. Ante cualquier síntoma de estas cuatro enfermedades es recomendable que las personas acudan al médico para realizar una evaluación exhaustiva y puedan recibir el tratamiento adecuado para evitar complicaciones, que podrían dejar secuelas permanentes o incluso la muerte.