Dismorfia monetaria: no es el dinero, es cómo lo vemos

Actualizado 13:03

Redacción Día a Día |

Crees que estás ahorrando, pero terminas comprando cosas que no necesitas “porque estaban en oferta”. O al revés: te cuesta gastar incluso en lo esencial por miedo a quedarte sin dinero, aunque tengas con qué cubrirlo. A veces llenas el carrito sin pensar; otras veces lo dejas vacío por culpa del temor. Estos comportamientos reflejan una percepción distorsionada del valor del dinero y de cómo nos relacionamos con él, algo que se conoce como dismorfia monetaria. No se trata solo de cuánto tienes, sino de cómo lo ves.

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La dismorfia monetaria no es un diagnóstico clínico formal, pero sus efectos pueden ser profundos. Puede llevar a un comportamiento compulsivo de gasto, endeudamiento excesivo y problemas financieros crónicos. Además, puede deteriorar las relaciones interpersonales y la salud emocional, ya que la obsesión por el dinero puede desplazar otras prioridades en la vida.

Reconocer la dismorfia monetaria es el primer paso para recuperar una relación sana con el dinero. Implica reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo, identificar las emociones que nos impulsan a gastar y establecer límites claros. Hablar sobre dinero de manera abierta, buscar asesoría financiera si es necesario y hacer pausas para reflexionar antes de tomar decisiones impulsivas.

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