Explotación, estafas y una vida precaria para migrantes en EE.UU.

Cientos de migrantes denuncian estafas y explotación laboral en Nueva York, Estados Unidos. Muchos tienen extensas jornadas de trabajo pero reciben muy poca remuneración por las actividades y los peligros que enfrentan.

En parada de la calle 64, en Queens, decenas de migrantes indocumentados se concentran para intentar conseguir trabajos eventuales. «Toda la gente que está aquí necesita buscar el pan de cada día«, dice Ramón Sánchez, migrante mexicano, sobre la situación en la zona.

La mayoría de las personas que se encuentran en este lugar provienen de países de Sudamérica y Centroamérica, pero la mayoría son ecuatorianos. Con herramientas en una mochila, a diario acuden a esta calle para que otra persona les contrate y puedan obtener un recurso.

Dicen que conocieron de la forma más cruel la realidad de la migración a Estados Unidos. «Pensé que era fácil. En todo el camino pensaba en trabajar, pero la realidad no es así», asegura Olga Chanaluisa. De igual manera, Mario indica sentirse decepcionado del «sueño americano».

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Él revela que son explotados laboralmente, pues reciben apenas 80 dólares por trabajar todo el día en la construcción, y todavía no ha confesado a su familia la difícil situación que enfrenta en norteamérica. Mario, quien invirtió 25 000 dólares para llegar a Estados Unidos, dice que si no tuviera esa deuda ya habría regresado a Ecuador.

Las grandes expectativas y la falta de conocimientos sobre la realidad de este país ha provocado que miles de ciudadanos se arriesguen a cruzar múltiples fronteras y en condiciones inciertas en busca de oportunidades.

Los migrantes no pueden laborar sin un permiso legal y por ello son estafados en sus pagos. Revelan que incluso han recibido 100 dólares por trabajar arduamente por siete días o incluso no han recibido su pago de inescrupulosos contratistas.

Gustavo Tanqueño, migrante que busca trabajo en Estados Unidos, recorre a diario, bajo el sol, las calles de Nueva York en busca de una oportunidad, pero hasta ahora no han tenido suerte. Por ello, muchos no han logrado conseguir un sustento, pero afortunadamente ciertos grupos ofrecen comida.

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