Las huellas que dejan las grandes epidemias en las sociedades

Igual que las grandes epidemias del pasado, el coronavirus ha dejado en pocas semanas su huella en todo el mundo, con paĆ­ses aislados, fronteras cerradas y una economĆ­a al ralentĆ­.

La gripe espaƱola de 1918 o la peste negra del siglo XIV, tambiƩn dejaron huella, aunque la Europa del final de la Edad Media o de la Primera Guerra Mundial tiene poco que ver con la sociedad hiperconectada y globalizada de hoy.

Ā«Una epidemia siempre es un momento de prueba para una sociedad y una Ć©pocaĀ», estima el historiador de ciencias Laurent-Henri Vignaud de la universidad de BorgoƱa.

Ā«Pone en peligro los lazos sociales, desata una forma larvada de guerra civil en la que cada uno desconfĆ­a del vecinoĀ», seƱala.

Ā«En la etapa en la que estamos da lugar a escenas grotescas donde los clientes de los supermercados luchan por el Ćŗltimo paquete de papel higiĆ©nico… MĆ”s trĆ”gicamente, en Italia, los mĆ©dicos tienen que elegir entre salvar a un paciente u otro por falta de material, como en una situaciĆ³n de guerraĀ», afirma Vignaud.

– Ā«Distancia mĆ­nimaĀ» –

Con la imposiciĆ³n de cuarentenas o la invenciĆ³n de mĆ©todos de desinfecciĆ³n, las grandes epidemias marcaron Ā«nuestro sistema de saludĀ», explica el historiador y demĆ³grafo Patrice Bourdelais de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales (EHESS).

La llamada gripe espaƱola del final de la Primera Guerra Mundial tuvo Ā«un efecto estructurador en la historia de la saludĀ», subraya el geĆ³grafo Freddy Vinet de la Universidad Paul ValĆ©ry de Montpellier.

Esta gran pandemia moderna, con sus 50 millones de muertos, hizo tomar conciencia sobre la necesidad de una gestiĆ³n global del riesgo de infecciĆ³n e hizo emerger una generaciĆ³n de mĆ©dicos jĆ³venes especializados en virus.

Ha tenido otro tipo de impacto: Ā«En tĆ©rminos de comportamiento, se ha creado una distancia mĆ­nima respecto al prĆ³jimo que es mayor en nuestras sociedades occidentales que en otrasĀ», afirma Bourdelais.

Las epidemias tambiĆ©n conducen a la designaciĆ³n de chivos expiatorios, segĆŗn este historiador. Ā«Hemos experimentado un pequeƱo episodio de xenofobia contra los chinos al comienzo de la epidemia actualĀ», recuerda.

Durante la gran epidemia de peste que devastĆ³ la Europa medieval entre 1347 y 1351, las poblaciones judĆ­as fueron blanco de ataques exacerbados, a veces de masacres como en Estrasburgo en 1349, donde casi mil judĆ­os fueron quemados.

Los grandes episodios de peste tambiĆ©n provocan Ā«reacciones de tipo epicĆŗreoĀ», de gasto sin contar: Ā«La gente eligiĆ³ el cabaret o la taberna y viviĆ³ cada dĆ­a como si fuera el ĆŗltimoĀ», informan los historiadores britĆ”nicos William Naphy y Andrew Spicer en el libro Ā«La peste negra, 1345-1730Ā».

Otros, por el contrario, optaron por retirarse del mundo, como afirma el escritor italiano Boccaccio (1313-1375), quien en el DecamerĆ³n cuenta la reclusiĆ³n voluntaria de diez florentinos fuera de la ciudad para escapar de la peste.

– Ā«Una coproducciĆ³nĀ» –

Ā«Una epidemia es una coproducciĆ³n entre la naturaleza  y las sociedades, entre microbios y humanos. Un germen solamente se vuelve peligroso en determinadas circunstanciasĀ», recalca Laurent-Henri Vignaud.

La peste negra devastĆ³ a finales del siglo XIV una Ā«Europa en plena forma donde los intercambios comerciales eran intensos, las ciudades muy pobladas, el campo estaba explotado hasta la saturaciĆ³nĀ».

La peste se aprovechĆ³ de esta prosperidad, puso fin al sistema de servidumbre en el que se basaba la sociedad medieval, explica Vignaud.

En 1918 la pandemia de gripe tuvo consecuencias econĆ³micas Ā«finalmente bastante dĆ©biles en comparaciĆ³n con los efectos de la guerra en EuropaĀ», seƱala Freddy Vinet.

Fue una excepciĆ³n porque lo normal es que las epidemias tengan efectos econĆ³micos importantes: Ā«Interrumpen los intercambios comercialesĀ» y Ā«redirigen el comercio hacia otras vĆ­asĀ», segĆŗn Bourdelais.

En la Ć©poca medieval, es probable que la repeticiĆ³n de epidemias de peste en la cuenca del MediterrĆ”neo haya beneficiado el desarrollo de ciudades del norte de Europa, comenta.

En la actualidad las repetidas crisis sanitarias en China, el centro manufacturero del planeta, podrĆ­a alentar la diversificaciĆ³n de los sitios de producciĆ³n y suministro, agregĆ³.