El expresidente brasileƱo Luiz InĆ”cio Lula da Silva, favorito para las elecciones de octubre, confesĆ³ su Ā«frustraciĆ³nĀ» con el Mundial de fĆŗtbol de 2014, del que Brasil fue sede: Ā«Casi nos autodestruimosĀ».
Ā«Les confieso mi frustraciĆ³n con el Mundial. Si pudiera hacer como un avestruz y meter mi cabeza en la arena y no sacarla mĆ”s, lo harĆaĀ», asegurĆ³ el lĆder del Partido de los Trabajadores (PT).
Lula afirmĆ³ que las denuncias por corrupciĆ³n en la construcciĆ³n de los estadios para el Mundial perjudicaron el clima del evento.
Pese a que el Tribunal de Cuentas de la UniĆ³n -precisĆ³- le garantizĆ³ que solo hubo una irregularidad puntual en la obra del MaracanĆ” en RĆo de Janeiro.
Ā«No obstante, la imagen del paĆs era la de organizador de un Mundial corrupto, la de que todo el mundo robĆ³ en los estadios. Imagino el odio impregnado en la cabeza de nuestros jugadores en aquel 7-1 (la histĆ³rica derrota ante Alemania), porque el paĆs estaba irritado, nerviosoĀ», declarĆ³.
PROBLEMA
El dirigente progresista tambiĆ©n recordĆ³ los duros abucheos de los que su sucesora y aliada, Dilma Rousseff, fue vĆctima durante el partido de apertura del Mundial de 2014, en Sao Paulo, y asegurĆ³ que Ā«no era el comportamiento de un pueblo en su normalidadĀ».
El exmandario, quien gobernĆ³ Brasil entre 2003 y 2010, lidera todos los sondeos de cara a las elecciones del prĆ³ximo 2 de octubre, en las que su principal rival es el presidente Jair Bolsonaro, lĆder de la ultraderecha brasileƱa.
De acuerdo con la encuesta publicada la vĆspera por el Instituto Ipec, Lula mantiene su favoritismo con el 47 % de las intenciones de voto, frente al 31 % del capitĆ”n de la reserva del EjĆ©rcito, quien ha puesto en duda la fiabilidad de las urnas electrĆ³nicas pese a que no existen denuncias de fraude desde su implantaciĆ³n, en 1996.