Actualizado 12:34
Redacción Día a Día |
Ser madre ya es un desafío. Ser mamá enfrentando una discapacidad propia o la de un hijo, lo es aún más. Estas mujeres viven una maternidad que no encaja en moldes, pero que está llena de amor, coraje y lucha.
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Tienen que lidiar con barreras todos los días: desde una rampa que falta, hasta un entorno muchas veces carente de empatía. Aprenden a moverse en sistemas que no están pensados para lo diferente, y, aun así, se abren paso. Se informan, se organizan, reclaman, acompañan.
No están buscando que las idealicen, solo que las escuchen y las vean. Su ejemplo es un recordatorio de que la maternidad no tiene una sola forma, tiene realidades distintas y rostros diversos.
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— @DíaaDíaec (@DiaaDiaEc) April 25, 2025