El Municipio y las autoridades religiosas de Quito trasladaron su emblemática Semana Santa a las plataformas virtuales en un empeño por contener los contagios de coronavirus y, a la vez, preservar sus centenarias tradiciones.
El Cabildo organizó cerca de noventa actividades para conmemorar la Semana Mayor, hasta antes de la pandemia una de las mayores atracciones de la ciudad.
Se trata de la segunda vez que la capital se ve obligada a cancelar estos eventos multitudinarios para precautelar la salud de la ciudadanía debido a la emergencia sanitaria, que en la capital acumula 106.005 casos de covid.
«Pedimos que en esta ocasión seamos totalmente digitales, que sigamos nuestras creencias a través de las redes sociales», pidió el alcalde Jorge Yunda en una rueda de prensa.
CEREMONIAS EN LÍNEA
En las últimas semanas, un repunte en el número de contagios ha saturado los hospitales.
«La pandemia ha tenido un repunte significativo que no lo preveíamos», reconocía en una carta el arzobispo de Quito, Alfredo José Espinoza Mateos, al justificar la cancelación de una de las ceremonias más simbólicas, el Arrastre de Caudas.
De histórica tradición, y que hoy en día solo se celebra en Quito, solía tener lugar el Miércoles Santo en la Catedral Metropolitana.
Esta ceremonia, que replica la de la «Reseña» que se realizaba en la Catedral de Sevilla y que la Catedral Metropolitana heredó hace cientos de años, se inspira en un rito que se hacía en los funerales de los generales romanos.
LA SALUD POR ENCIMA DE TODO
La Semana Santa comenzó el Domingo de Ramos con actos limitados en todas las iglesias de la ciudad. Aquí los feligreses tuvieron oportunidad de bendecir los ramos con agua santa, aunque bajo medidas de distanciamiento y con mascarilla.
La famosa iglesia de San Francisco, en el casco histórico, recibió a fieles en su interior con un aforo del 30 por ciento.
La Iglesia ha decidido seguir con el acompañamiento a la población en las actuales circunstancias sanitarias «asumiendo esta nueva realidad desde la responsabilidad», aseguró a Efe el padre Jhonny Hermida, párroco del barrio San Bartolo, al sur de Quito.
Por ello, todas las misas se celebrarán de forma virtual, para evitar aglomeraciones. La emblemática procesión de Viernes Santo será sustituida por una bendición desde el aire.
Además de misas en línea, en este caso por iniciativa de la Iglesia, los departamentos de Patrimonio y Turismo del Municipio han hecho un esfuerzo por realzar las tradiciones con el Festival de Música Sacra, que ha marcado el inicio de la agenda pascual.
TRIDUO POR REDES
Decenas de miles solían concentrarse para conmemorar la pasión y muerte de Cristo por las estrechas calles del antiguo Quito, que este año se traslada a los dispositivos electrónicos.
El viernes se transmitirá el rezo de las Verónicas y cucuruchos desde el interior del Convento de San Francisco. Más tarde se tocarán las Dianas. Además, se dictará sentencia para que una réplica de Jesús del Gran Poder inicie un sobrevuelo por el centro y sur de la ciudad.
Paralelamente, en el Claustro Central, la congregación franciscana realizará una pequeña e íntima procesión que será transmitida por redes.
En línea también será la Bendición del Fuego en Sábado de Gloria, desde el parque central de la parroquia de Alangasí.
Algunos de los famosos templos podrán ser visitados de manera individual en recorridos por el corazón de la ciudad. Esto con el fin de habilitar momentos de intimidad cultural y religiosa.
LA FANESCA «DIGITALIZADA»
Otro recorrido habilitado es el de los establecimientos que elaboran la tradicional fanesca, reconocida a nivel continental y que ha marcado desde siempre la Semana Santa quiteña.
Este plato tradicional «refleja el sincretismo entre los orígenes milenarios de la capital, la introducción de componentes coloniales, y las manifestaciones religiosas y paganas de nuestra tierra», destacó la Alcaldía.
De tradicional elaboración en los hogares, este año unos 70 establecimientos ofrecen su particular fanesca, cuyos orígenes es trazado a épocas prehispánicas.
A base de pescado, incluye muchos de los productos tradicionales de la tierra ecuatoriana.
«Es un plato como el pueblo, lleno de cosas que provienen de diferente partes del país; un potaje hermoso que muestra la mixtura» de la realidad ecuatoriana, agregó Hermida.
Y como con tantas otras cosas en esta pandemia, también han surgido emprendimientos para despachar a casa la fanesca, si bien un mapa de geolocalización describe los lugares más recónditos donde comerla in situ. EFE
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