No los matan. Les interesa cercenarlos vivos para que sus gritos por videollamada sirvan de presiĆ³n por un botĆn mĆ”s alto. Una ola de secuestros y extorsiones en Ecuador alimenta mĆŗltiples mafias que le estĆ”n cambiando el rostro al paĆs.
Por dĆ©cadas, Ecuador fue considerado una isla de paz entre Colombia y PerĆŗ, los mayores productores de cocaĆna del mundo, pero ahora se parece cada vez mĆ”s a sus vecinos golpeados por la violencia del narco.
La esposa de un comerciante en Guayaquil recibiĆ³ en marzo imĆ”genes de cĆ³mo le cortaban dos dedos de la mano izquierda a su marido y amenazaban con seguir con los demĆ”s si no pagaba 100.000 dĆ³lares.
La policĆa difundiĆ³ en diciembre la fotografĆa de un miembro de la Marina de Chile al que habĆan cortado dos dedos durante un secuestro. Una visita a su pareja ecuatoriana terminĆ³ en tragedia.
En abril la radiografĆa de una mano sin dedos encendiĆ³ las redes sociales con la historia de un ecuatoriano migrante en Estados Unidos, que fue torturado por sus captores durante unas vacaciones en el puerto guayaquileƱo.
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Entre enero y mayo, las denuncias por secuestros en el paĆs se triplicaron, con 189 casos frente a 60 en el mismo periodo de 2022, aunque expertos seƱalan subregistro. No se trata de grandes carteles ni de secuestrados multimillonarios, coinciden analistas, pues suelen ir por un botĆn rĆ”pido que empieza en 5.000 dĆ³lares.
Se expande asĆ Ā«un temor creciente, aumentado por una campaƱa de atemorizaciĆ³n, de pasquines, atentadosĀ» en medio de una crisis de inseguridad que el gobierno no ha sabido lidiar, dice a la AFP el experto Luis CĆ³rdova.
Guayaquil, con casi 3 millones de habitantes, se ha convertido en un bastiĆ³n de esa violencia que se recrudece con coches bomba, masacres carcelarias, cadĆ”veres desmembrados y colgados de puentes, y ahora, secuestros.
MƔs que narcos
Aunque la violencia en Ecuador todavĆa no estĆ” al nivel de la peor Ć©poca del narco en Colombia o MĆ©xico, Ā«estamos ya recorriendo un camino similarĀ», sostiene la especialista en seguridad Carla Ćlvarez. SegĆŗn la tambiĆ©n catedrĆ”tica de altos estudios, en la naciĆ³n se ha quintuplicado la posibilidad de que una persona sea secuestrada, extorsionada o asesinada.
En Guayaquil, un epicentro de la cocaĆna que sale hacia Estados Unidos y Europa, ya van mĆ”s de 1.000 homicidios en lo que va de 2023. Pero los expertos coinciden en que no todos los secuestradores provienen de grandes bandas narcos como Los Lobos y Tiguerones, vinculadas a carteles mexicanos.
Ā«Tenemos la impresiĆ³n de que la violencia y secuestros tienen que ver con el narcotrĆ”fico, (pero) el fenĆ³meno es mĆ”s complejoĀ», seƱala CĆ³rdova, catedrĆ”tico de la estatal Universidad Central. La mayorĆa de secuestros y extorsiones corresponde a delincuencia comĆŗn, pandilleros, asaltantes de buses o ladrones de bajo perfil.
Ā«Por quĆ© una banda poderosa, aliada a un cartel de la droga, se arriesgarĆa a hablar con el familiar de un secuestrado cuando puede traficar dos toneladas de drogaĀ» y es mĆ”s rentable, sostiene CĆ³rdova.
En Ecuador, con 18,3 millones de habitantes, hay mĆ”s de 13 organizaciones ilegales. En abril, el gobierno declarĆ³ al terrorismo una amenaza contra el Estado. AdemĆ”s, militarizĆ³ las calles para enfrentar al crimen organizado.
Ā«VacunasĀ»
Aunque torturados, la mayorĆa de los secuestrados sobrevive. Cuando los matan en general Ā«se trata de un ajuste de cuentas entre bandas criminalesĀ», dice el jefe regional de la Unidad Antisecuestros de la PolicĆa (Unase), Ćscar Salguero.
Encerrados en baƱos o en casas vetustas, con las manos atadas y aterrorizados, asĆ permanecen por dĆas mientras algĆŗn allegado paga por su libertad. Otros, son rescatados por la fuerza pĆŗblica.
Cuando la policĆa rescatĆ³ al comerciante en Guayaquil, Ć©ste estaba Ā«sin haber comido, con el rostro tapado (…) VolviĆ³ a la vidaĀ», sostiene Salguero. SegĆŗn el uniformado en lo que va del aƱo, la Unase ha liberado a mĆ”s de 70 secuestrados, casi 60 mĆ”s que en 2022.
A la par aumentan las extorsiones a empresarios y dueƱos de negocios. Unas 2.700 denuncias de este tipo han sido registradas este aƱo. Miguel, de 40 aƱos y quien pidiĆ³ mantener su identidad bajo reserva, estuvo bajo amenaza de secuestro durante un mes. Se negaba a entregar 20.000 dĆ³lares a Ā«vacunadoresĀ». El empresario de la construcciĆ³n recibiĆ³ fotos de seguimientos y advertencias desde celulares que provenĆan de una cĆ”rcel, de acuerdo con investigaciones.
Para CĆ³rdova, los mĆ”s golpeados por los secuestros y extorsiones son la clase media y alta, quienes en su mayorĆa votarĆ”n por una Ā«mano duraĀ» contra el crimen organizado en las elecciones generales de agosto.
El clima de inseguridad incidiĆ³ en la impopularidad del gobierno derechista de Guillermo Lasso y en su decisiĆ³n de disolver el Congreso para dar paso a comicios anticipados, en medio de una crisis institucional, estimĆ³.
Fuente: Agence France-Presse (AFP)
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