Una serie de bandas de mĆŗsica desfilaron por BelĆ©n el jueves, pero pocas personas estaban en las calles para saludarles, con la pandemia de coronavirus y un estricto encierro disminuyendo las celebraciones en el lugar tradicional del nacimiento de Cristo.
Escenas similarmente apagadas ocurrieron en todo el mundo, donde las festivas reuniones familiares y misas concurridas que usualmente caracterizan la fecha fueron reducidas o canceladas. En Australia, los feligreses tuvieron que comprar boletos en la internet para acudir a servicios religiosos con distanciamiento social. El papa Francisco iba a celebrar misa en una ceremonia casi vacĆa en el Vaticano en Nochebuena, horas antes de un toque de queda en Italia.
Las celebraciones en otras partes de Europa fueron canceladas o reducidas drƔsticamente en momentos en que las infecciones aumentan en el continente y una nueva variante que pudiera ser mƔs contagiosa fue detectada. Miles de camioneros y viajeros se vieron atrapados en el puerto de Dover, en Gran BretaƱa, impedidos de cruzar a Francia por la lentitud de las pruebas de coronavirus demandadas por las autoridades francesas.
En BelĆ©n, un dĆa lluvioso aumentĆ³ el tono sombrĆo cuando decenas de personas se congregaron en la Plaza del Pesebre para recibir al Patriarca Latino, mĆ”ximo lĆder catĆ³lico en la Tierra Santa. Bandas juveniles tocaron villancicos, encabezando una procesiĆ³n antes del arribo del patriarca por la tarde.
En Tailandia, habĆa poco que celebrar, con el paĆs lidiando con un aumento inesperado de los casos del virus, pese a estrictos controles fronterizos que han impedido la entrada de viajeros a un paĆs muy dependiente del turismo.
Los australianos habĆan estado esperando hasta recientemente una Navidad relativamente sin COVID-19, luego que las restricciones a los viajes fueron relajadas en semanas recientes en ausencia de evidencia de transmisiĆ³n en las comunidades. Pero los planes navideƱos fueron estropeados cuando se detectaron tres casos el 17 de diciembre que expusieron un nuevo brote en el norte de Sydney. Al detectarse mĆ”s casos, los estados cerraron de nuevo sus fronteras.
Mientras que la mayorĆa de los paĆses estaban manteniendo o aumentando las restricciones durante los feriados, LĆbano es una excepciĆ³n. Con su economĆa en ruinas y partes de la capital destruidas por una enorme explosiĆ³n el 4 de agosto, el paĆs levantĆ³ la mayorĆa de las restricciones, esperando alentar gastos de los consumidores. Decenas de miles de libaneses residentes en el exterior han llegado al paĆs para la Navidad, creando temor de un aumento inevitable de los casos.