EEUU y Costa Rica desconocen elecciones en Nicaragua

Con la apuesta de Daniel Ortega de continuar en el poder en Nicaragua por un cuarto mandato consecutivo, el país centroamericano celebró el domingo elecciones que fueron desconocidas de inmediato por Estados Unidos y Costa Rica.

“Lo que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, orquestaron hoy fue la pantomima de una elección que no fue libre ni justa, y ciertamente no fue democrática”, dijo el domingo el presidente Joe Biden a través de un comunicado difundido por la Casa Blanca.

El gobierno de Costa Rica desconoció las elecciones por carecer “de condiciones y garantías democráticas”, dijo el presidente Carlos Alvarado en Twitter. “Hacemos un llamado al gobierno para que libere y restituya los derechos de los presos políticos; así como la comunidad a propiciar el diálogo para recuperar la democracia en Nicaragua”. En Costa Rica buscaron refugio la mayoría de los más de 100.000 nicaragüenses —entre ellos algunos opositores— que huyeron del país tras la represión a las protestas de 2018, según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Por otra parte, La Unión Europea (UE) consideró que la reelección de Ortega como presidente de Nicaragua, con el 74,99 % de los votos, carece de «legitimidad» al celebrarse los comicios generales «sin garantías democráticas»

En una declaración por escrito en nombre de los Veintisiete, el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, hizo un llamamiento a Ortega para que libere de forma «inmediata e incondicional» a todos los presos políticos y anule los procedimientos judiciales en su contra, «devuelva la soberanía de Nicaragua al pueblo nicaragüense», y no descartó adoptar restricciones que «puedan ir más allá» de las individuales.

Centros de votación vacíos

Poco antes, las casillas cerraron. El gobierno nicaragüense insistió en que el proceso se realizó sin contratiempos, mientras las calles y los centros de votación lucían prácticamente vacíos. La oposición llamó previamente a quedarse en casa y no votar en protesta contra el proceso electoral y la víspera denunció la captura de dirigentes.

En un informe emitido a las 22:00 horas, el observatorio ciudadano Urnas Abiertas reveló que en las votaciones hubo un índice de abstención del 81,5%; y una participación ciudadana promedio de apenas el 18,5% a nivel nacional. Olga Valle, miembro del grupo independiente, dijo que el proceso electoral estuvo “viciado de origen” debido, entre otros factores, a actos de coacción de activistas y funcionarios del gobierno contra los electores. Entre estos actos mencionó la presencia de paramilitares en torno a los centros de votación, y el control y amenazas de elementos partidarios contra trabajadores del Estado y estudiantes universitarios para presionarlos a votar por el Frente Sandinista.

Urnas Abiertas tomó los datos en base a muestras estadísticas y cartografía electoral, a partir de las visitas de 1.450 observadores a 563 centros de votación, quienes trabajaron de forma anónima debido al veto del gobierno a la observación independiente, explicó Ligia Gómez, miembro de la misma red ciudadana.

Aspirantes a la presidencia

La policía detuvo en junio a siete aspirantes a la presidencia por cargos que básicamente equivalían a traición. El día de las elecciones seguían detenidos. Otras dos docenas de líderes opositores fueron detenidos antes de la votación. Los otros candidatos del domingo eran políticos poco conocidos de partidos menores considerados como afines al (FSLN).

Para las elecciones se habilitaron 13.000 puntos. Los comicios determinarán quién ostentará la presidencia durante los próximos cinco años. Además de 90 de los 92 escaños del Congreso y la representación nicaragüense en el Parlamento Centroamericano. Más de 4,4 millones de nicaragüenses de 16 años en adelante podían sufragar. El Consejo Supremo Electoral indicó que los primeros resultados parciales se publicarían en torno a la medianoche. El conteo provisional se esperaba para el lunes.

Observadores

El gobierno no invitó a observadores de la OEA, la Unión Europea y el Centro Carter, que cuestionaron la reelección de Ortega en 2011 y 2016; y en su lugar acreditó a 232 “acompañantes electorales”, en su mayoría enviados por gobiernos y partidos de izquierda.

Ortega sirvió un primer mandato como presidente entre 1985 y 1990, antes de regresar al poder en 2007. Hace poco declaró “copresidenta” a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo. Ese cargo no existe en la Constitución.

La víspera, la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) se declaró en “estado de alerta” tras reportar la captura de al menos ocho de sus dirigentes “secuestrados —según dijo— por el régimen en redadas ilegales” durante la tarde y noche del sábado. La Alianza Cívica denunció a su vez casos de “hostigamiento, vigilancia, amenazas, intimidación, acoso, ataques, detenciones ilegales y arbitrarias” de algunos de sus dirigentes en diversas localidades del país.

Los observatorios ciudadanos Urnas Abiertas y Monitoreo Azul y Blanco —vinculados a la oposición— reportaron 21 arrestados en nueve provincias, de los cuales —aseguraron— cinco fueron liberados.

Ortega y su esposa sufragaron al mediodía en el capitalino reparto El Carmen. Posteriormente, Ortega dio un discurso ante activistas de la Juventud Sandinista, en el cual arremetió contra Estados Unidos; y volvió a acusarlo de “fomentar y financiar las protestas masivas de abril de 2018, que su gobierno calificó como “un fallido golpe de Estado”. Agregó que Estados Unidos “sigue conspirando porque no quería que se realizaran estas elecciones”.

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