Un potente terremoto de magnitud 7,6 estremeció, este sábado 2 de diciembre del 2023, a Filipinas, horas después se registraron cuatro fuertes réplicas que llevaron a los pobladores a huir de las zonas costeras ante el temor de un tsunami.
El sismo se produjo a una profundidad de 32 kilómetros hacia las 22:37 hora local (14H37 GMT), a unos 21 km al noreste del municipio de Hinatuan, en la provincia de Surigao del Sur, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).Â
La mañana del domingo, cuatro fuertes réplicas de magnitudes 6,4, 6,2, 6,1, y 6,0 sacudieron la zona en el lapso de varias horas, indicó el USGS. El primer temblor provocó que las autoridades emitieran una alerta de tsunami y pidieran a la población de la costa desplazarse a zonas más altas.
«Se espera un tsunami devastador con olas cuya altura representa una amenaza para la vida», declaró el Instituto filipino de VulcanologÃa y SismologÃa en la red social X. Por el momento no se ha informado de vÃctimas ni daños en Filipinas.
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El Centro de Alerta de Tsunamis del PacÃfico (OTWC), situado en Hawái, emitió igualmente una alerta, pero después anunció que habÃa sido levantada. «Ya no hay amenaza de tsunami debido a este sismo», indicó el OTWC en un mensaje difundido a las 16H45 GMT.
El Instituto filipino de SismologÃa señaló que se observaron olas de 64 cm de altura en la isla Mawes, aunque posteriormente levantó la alerta. Además, en Japón se observaron olas de hasta 40 cm de altura en su litoral PacÃfico la madrugada del domingo.Â
El sargento de la policÃa de Hinatuan, Joseph Lambo, señaló que 45 000 residentes en el municipio recibieron la orden de abandonar sus casas. Muchos se dirigieron a pie o en vehÃculos hacia zonas más altas de Filipinas.
«En la comisaria cayeron aparatos de las estanterÃas y se rompieron dos televisores. Las motos aparcadas en el exterior también cayeron», declaró Lambo a la agencia AFP.
«Entramos en pánico»
Un video compartido en las redes sociales, y verificado por la AFP, muestra botellas de bebidas y otros productos cayendo de los estantes de un supermercado, mientras los trabajadores huyen hacia el exterior.
En otras imágenes, grabadas por Dennis Orong, de 26 años, se ve a gente gritando y corriendo en una calle de Lianga, municipio costero de Surigao del Sur. «Estaba temblando de miedo, principalmente por la explosión de los postes eléctricos», explicó.
Dyl Constantino, de 25 años, se encontraba en la isla de Siargao, en el noreste de Mindanao, cuando se produjo la sacudida. «Fue el terremoto más largo y fuerte que he vivido, probablemente duró unos cuatro minutos», contó.
«Aquà estamos acostumbrados a sismos pero este fue diferente porque las puertas realmente temblaron y todos entramos en pánico», continuó.
Bethanie Valledor, de 24 años, dormÃa en un hotel en la ciudad de Bislig, a unos 20 km al suroeste de Hinatuan, cuando el temblor la despertó. «Sentà como si la habitación en donde nos alojamos fuera a ser destruida«, relató.
«Estamos muy cerca del mar. El dueño del hotel nos pidió evacuar inmediatamente. Sinceramente, estaba gritando. Entré en pánico«, detalló.
El terremoto se produce casi dos semanas después de que otro sismo de magnitud 6,7 golpeara Mindanao, causando al menos nueve muertos.
Los sismos son habituales en Filipinas, que se sitúa a lo largo del Anillo de Fuego, un arco de intensa actividad sÃsmica y volcánica que se extiende desde Japón hasta el Sudeste Asiático y la cuenca del PacÃfico.
La mayorÃa son demasiado débiles y no se sienten, pero los terremotos fuertes y devastadores se producen al azar y no hay tecnologÃa disponible para predecir cuándo y dónde ocurrirán. AFP