Los peores temores del virus se cumplen en los paĆ­ses pobres

Durante meses, los expertos advirtieron del riesgo de un posible escenario de pesadilla: tras abrumar los sistemas de salud en algunas de las regiones mĆ”s ricas del mundo, el coronavirus gana terreno en paĆ­ses pobres, devastados por la guerra o poco preparados para contenerlo, y arrasa entre la poblaciĆ³n.

Ahora algunos temen que esos temores se estƩn cumpliendo.

Yemen, India y PakistƔn

En el sur de Yemen, varios trabajadores sanitarios dejaron sus puestos en masa por la falta de equipo de protecciĆ³n. AdemĆ”s, algunos hospitales rechazaban a los pacientes con problemas respiratorios. En Darfur, una regiĆ³n de SudĆ”n castigada por la guerra donde habĆ­a poca capacidad para hacer pruebas, una enfermedad similar al COVID-19 se extendĆ­a por campos para desplazados internos.

Los casos se disparaban en India y PakistĆ”n, hogar de mĆ”s de 1.500 millones de personas y donde las autoridades dijeron que las cuarentenas ya no eran una opciĆ³n debido a la alta pobreza.

AmƩrica Latina

En AmĆ©rica Latina, Brasil tiene una cifra de casos confirmados y muertos solo superada por Estados Unidos. Su presidente Bolsonaro rechazaba tomar medidas para frenar la expansiĆ³n del virus. HabĆ­a escaladas alarmantes en PerĆŗ, Chile, Ecuador y PanamĆ”, incluso despuĆ©s de que se impusieran cuarentenas al inicio del brote.

TambiĆ©n aparecĆ­an reportes de casos en hospitales de SudĆ”frica, que tiene la economĆ­a mĆ”s desarrollada de su continente. Los pacientes enfermos yacĆ­an en camas en los pasillos de un hospital que se quedĆ³ sin espacio. En otro hizo falta una morque de emergencia para alojar mĆ”s de 700 cuerpos.

En todo el mundo se han confirmado 10 millones de casos y mĆ”s de 500.000 muertes, segĆŗn un conteo de la Universidad de Johns Hopkins basado en reportes del gobierno.

Los expertos creen que esas dos cifras estƔn muy por debajo del alcance real de la pandemia, debido a la falta de pruebas y a los casos leves sin diagnosticar.

SudƔfrica

SudƔfrica tiene mƔs de un tercio de los casos confirmados de COVID-19 en Ɓfrica. EstƔ por delante de otros paƭses del continente en la curva de contagio y se acerca a su pico. La pandemia ha llevado al lƭmite sus infraestructuras, algo preocupante porque se cree que el sistema de salud sudafricano es el mejor del continente.

La mayorĆ­a de los paĆ­ses pobres tomaron medidas pronto. Por ahora, podrĆ­a decirse que algunos, como Uganda, que ya tenĆ­a un sofisticado sistema de detecciĆ³n establecido durante sus aƱos de lucha contra la fiebre hemorrĆ”gica, han tenido mĆ”s Ć©xito que Estados Unidos y otros paĆ­ses acomodados en la lucha contra el coronavirus.

SituaciĆ³n de los paĆ­ses probres

Pero desde el inicio de la pandemia, los paĆ­ses pobres o marcados por los conflictos se han visto en general en gran desventaja, y la situaciĆ³n no ha mejorado.

La carrera global por conseguir equipos de protecciĆ³n disparĆ³ los precios. TambiĆ©n ha sido difĆ­cil conseguir materiales para pruebas diagnĆ³sticas. Rastrear y aislar a los pacientes requiere muchos trabajadores mĆ©dicos.

ā€œEs todo un efecto dominĆ³ā€, dijo Kate White, responsable de emergencias en MĆ©dicos Sin Fronteras. ā€œCada vez que haya paĆ­ses que no estĆ”n tan bien como otros a nivel econĆ³mico, se verĆ”n afectados de forma negativaā€.

Los expertos globales dicen que hacer pruebas es clave, pero tras meses de pandemia, pocos paĆ­ses en desarrollo pueden seguir haciendo las decenas de miles de pruebas semanales necesarias para detectar y contener los brotes.

ā€œLa mayorĆ­a de los lugares donde trabajamos no pueden tener ese nivel de capacidad de anĆ”lisis. Y es el nivel que necesitas tener para tener de verdad las cosas bajo controlā€, dijo White.

SudƔfrica es el paƭs africano que hace mƔs pruebas, pero un sistema antes prometedor se ha visto sobrepasado en Ciudad del Cabo, que por sƭ sola ya ha reportado mƔs casos que cualquier otro paƭs africano salvo Egipto.

Pruebas para coronavirus

El desabastecimiento de kits de pruebas ha obligado a las autoridades a renunciar a hacer pruebas a los menores de 55 salvo que tengan problemas graves de salud o estƩn hospitalizados.

Es probable que el confinamiento sea la protecciĆ³n mĆ”s eficaz, pero se han cobrado un alto precio incluso en las familias de clase media de Europa y NorteamĆ©rica, y son devastadoras en lo econĆ³mico en paĆ­ses en desarrollo.

La cuarentena en India, la mƔs grande del mundo, hizo que un sinfƭn de trabajadores migrantes en grandes ciudades perdieran el empleo de un dƭa para otro.

Por miedo al hambre, miles fueron a pie por las autopistas para regresar a sus poblados natales. Muchos murieron en accidentes de trĆ”nsito o por deshidrataciĆ³n.

La pobreza tambiƩn ha acelerado la pandemia en AmƩrica Latina, donde millones de personas con trabajos informales siguen saliendo a trabajar, antes de regresar a casas abarrotadas donde contagian el virus a sus parientes.

El estricto confinamiento de tres meses en PerĆŗ no logrĆ³ contener el brote, y ahora es el sexto paĆ­s del mundo con mĆ”s casos, para una poblaciĆ³n de 32 millones de personas, segĆŗn Johns Hopkins. Las unidades de cuidados intensivos tienen una ocupaciĆ³n cercana al 88% y el virus no da visos de remitir.

ā€œLos hospitales estĆ”n al borde del colapsoā€, dijo el epidemiĆ³logo Ciro MaguiƱa, profesor de medicina en la Universidd Cayetano Heredia en la capital, Lima.

Grupos humanitarios han intentado ayudar, pero sufren sus propios problemas. MĆ©dicos Sin Fronteras dice que el precio que paga por las mascarillas llegĆ³ a multiplicarse por tres y sigue siendo mĆ”s alto de lo normal.

El grupo tambiƩn tiene problemas para transportar suministros mƩdicos a zonas remotas, ya que los vuelos nacionales e internacionales se han reducido de forma drƔstica. Y como los paƭses adinerados que suelen donar tienen problemas con sus brotes, se teme que recorten la ayuda humanitaria./AP

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